el camino de Alessandra

capítulo 31

 

Despierto sintiendo mucho calor, intento apartar a Connor de mi lado, pero esto solo causa que me abrace más fuerte. Doy un suspiro, hace tres semanas he estado entrenando con mi madre y desde entonces Connor se cola a mi habitación todas las noches y se queda a dormir conmigo, no me quejo, pero esa actitud posesiva me comienza a molestar un poco, además no estoy tan acostumbrada a dormir con alguien, y pese a que la cama es muy grande él esta toda la noche pegado a mí.

— Connor, quítate, tengo mucho calor

— Mmhhm— murmura

— ¿qué?

— No quiero, déjame dormir— dice con pereza y me estrecha más hacia él.

— Tengo calor— me quedo callada al sentir de un momento a otro mucho calor, ya no es solo la sensación, mi cuerpo de verdad esta muy caliente— Connor, ¡Connor!

— ¿Qué carajos? —Connor me suelta con fuerza al ver mi cuerpo literalmente soltando vapor, intenta tocarme, pero aleja su mano con dolor tan solo con acercarse a mí.

— No me toques— me siento con velocidad en la cama y él sale corriendo a abrir las ventanas, ¿en serio Connor?

El calor comienza a aumentar más y más, siento como si estuviera dentro de una fogata, escucho gritos y pronto sé que son míos, grito con tanto dolor que ya no sé que es peor, estar literalmente quemándome viva o sentir mis cuerdas vocales destrozarse.

— Alessa, Alessa, mírame— la sensación es tan fuerte que no quiero subir la mirada de las sábanas a las que también empieza a salirles humo.

Connor corre a la puerta, la intenta abrir y luego voltea a verme con el pánico aflorando lentamente en su rostro.

— No puedo— intento preguntarle a qué se refiere, pero el ardor y el calor de mi propio cuerpo esta causando que me falte la respiración.

— ¡maldita sea, la puerta no se abre! —logro vero como con desesperación Connor golpea la puerta intentando abrirla y nada surge efecto.

Miro hacia la ventana considerando saltar y que me de un poco de aire o acabar de una vez con mi sufrimiento, pero ni siquiera puedo mover los dedos. Connor voltea a verme con exasperación y corre hacia mí. Por el dolor comienzo a llorar muy fuerte, escucho ruidos detrás de la puerta, aunque no logro distinguir qué son.

— Asher, Samantha, la puerta no abre. Intenten entrar por la ventana— logro distinguir lo que Connor esta gritando, y los ruidos de la puerta se alejan.

Connor estira su mano hacia mí, y hace una mueca de dolor solo con acercarla un poco.

— N…o— mi voz suena débil y tan solo decir eso me costó mucho esfuerzo, cada vez me falta más el aire y pierdo poco a poco las fuerzas.

Al estar sentada, mi cuerpo comienza a caer nuevamente a la cama, Connor hace un gesto que no logro distinguir y en un rápido movimiento toma mi cuerpo y lo posa delicadamente sobre las sabanas, las cuales ya no solo les sale vapor, también, comienzan a sentirse muy calientes.

— Suel…tame, te vas que…mar— esas simples palabras parecen tomar toda mi energía y mis ojos se van cerrando lentamente.

— Amor no, hermosa, quédate conmigo, por favor, hermosa, no— las lágrimas de Connor, y de pronto, todo es negro.

Narra Connor

 

El ardor de mis manos no es nada comparado con el dolor que siento al ver como Alessandra cierra sus ojos lentamente, la llamo, pero no me responde. Grito con impotencia y las lagrimas caen a mares, verla sufrir de esa manera y no poder hacer nada me hace sentir exasperado.

Un ligero aire se siente de un momento a otro y se escucha un suave aleteo, miro hacia la ventana.

— Ay, por Dios— Samantha corre hacia nosotros y Asher se queda en el marco con una expresión de horror.

— No la toques, te vas a quemar— le menciono a la asiática frente a mí y noto como ella baja su vista hasta mis manos quemadas.

— Entonces suéltala, tus manos, la carne de tus manos se está abriendo ¡Connor¡

— No la voy a soltar, esto no es nada.

Samantha mira con horror a su hermano, el cual sigue inmóvil, con la misma expresión de horror en el rostro.

— Asher ¡haz algo! —le grita Samantha y él parece volver, me mira a mi, a Alessandra y luego a mis manos.

— Suéltala

— No

— Tu toque también le hace daño a ella— bajo la vista y veo que los brazos donde la estoy sosteniendo están muy rojos, la suelto con delicadeza, pero lo más rápido posible.

— Samantha, intenta abrir la puerta.

Ella hace lo que le piden, Asher se acerca a Alessa y estira su mano para tocarla, intento detenerlo, pero el ni se inmuta, y termina de posar su mano sobre la frente sudada de ella.

— Su temperatura esta volviendo a la normalidad— dice y se escucha un click, volteo y veo que Samantha abrió la puerta con solo girar el pomo.

— Estaba cerrada— menciono con sorpresa

— Lo sabemos, hace mucho no veía un caso así

— ¿ya habías visto esto? —el asiente

— Es magia

— ¿de los brujos? —niega

— De ella, es su propia magia. Es tan poderosa que su cuerpo aun no esta en condiciones de soportarlo, y al romperse el bloqueo que tenía su parte licántropo esta luchando para no perder el control.

— ¿dónde lo habías visto? ¿qué ocurrió con esa persona? —él mira a su hermana y es la primera vez que lo noto incómodo.

— Con Samantha, esto también le ocurrió a ella— la miro asombrado.

Antes de poder decir algo, los padres de Alessa, Coral e Ethan entran al cuarto, Ethan viene sosteniéndose de su padre.

— Lo sentí, no tan fuerte como ella, aun así, no fue algo muy agradable. Intentamos venir antes, pero el dolor no me dejaba levantar.

— ¿fue su magia verdad? —Asher asiente hacia la madre de Alessa.

— Y la puerta ¿cómo se explica lo de la puerta?

— También fue ella, probablemente estaba tan asustada que inconscientemente bloqueo la puerta, al desmayarse su magia se comenzó a desactivar, por eso luego Samantha la pudo abrir y su temperatura comenzó a volver a la normalidad.



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En el texto hay: romance, suspenso, hibrida

Editado: 31.08.2021

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