El camino perfecto

29. Porque a veces las cosas no son lo que parecen

-¿Y que es lo mejor para los dos?- pregunte, repentinamente asustado.

-Estuve pensando en tu propuesta- suspire aliviado. Al menos no era lo que yo pensaba.

-¿Y?- arquee una ceja.

-Y... Creo que es una buena idea- sonreí, saltando junto a ella en el sofá.- Pero...- hablo. Fruncí el ceño

-Siempre hay un pero- bufe.

-Hay condiciones- dijo sonriendo.

-Las que tu quieras, voy a hacer absolutamente lo que me pidas, solo prométeme que no te vas a ir de mi lado. Aunque cometa estupideces una y otra vez, por favor no te vayas. Se que soy un idiota y que a veces hago cosas que ni yo mismo me perdonaría, pero por favor, por favor no me dejes. Nunca había conocido a una chica como tu, de verdad. Yo vine a Nueva York en busca de libertad, solo quería alejarme de todos los lujos, y conocer a una chica que me quisiera solo por ser Chase Taylor el chico normal y corriente y no Chase Taylor el modelo, e hijo de un empresario multimillonario. Y créeme que cuando Sam dijo mi nombre completo frente a ti el día en que te conocí, y que no hicieras ninguna conexión con un modelo famoso, fue lo mejor que me pudo haber pasado. Eres todo lo que siempre había estado buscando- Le dije lo que nunca le había dicho a nadie, porque en el fondo sabia que ella era la indicada, y que tenia que seguir luchando por ella aunque en un momento se llegara a cansar de mi, pues yo nunca me cansaría de ella.

Candace tenia una sonrisa que casi no cabía en su rostro.

-Lamento haber reaccionado así ayer, lo menos que quería era causarte daño. En verdad no se que me paso- Lagrimas empezaron a correr por su bello rostro. Pase mis dedos por sus mejillas para secarlas.

-Yo también lo lamento, no tuve que apresurarme tanto. Una decisión tan difícil podía asustarte- dije.

-¿Osea que ya no quieres que me mude contigo?- pregunto enjugándose las lagrimas.

-Por supuesto que si. No voy a dejarte en paz hasta que aceptes- Ella rió. Una paz me invadió repentinamente, con solo escuchar su risa. Sonreí.

-Pues mis condiciones son estas: 1.Tienes que ayudarme a conseguir un trabajo, porque no puedo quedarme todo el día encerrada mientras tu aun vas a la universidad. 2.Siempre tiene que haber helado en el refri. 3. Cuando este en mis días procura no fastidiarme mucho, porque generalmente estoy de mas mal humor que de costumbre.Y, 4. Dormiremos en cuartos separados- hice una mueca ante su ultima petición.

-¿Por que?- hice un mohin- Prometo no intentar nada si tu no quieres- levante mi mano derecha y cruce los dedos de mi mano izquierda, escondiéndola detrás de mi espalda.

-Nop- Fruncí el ceño.

-¿Porfis?- pregunte haciendo puchero. Ella sonrió.

-Voy a poner una barrera entre tu y yo- accedió. Sonreí enseñando mis dientes, lo que hizo que se formaran hoyuelos en mis mejillas. Ella automáticamente miro hacia los hoyuelos.

Eso siempre funcionaba.

La tome en mis brazos besándola. Habia extrañado mucho esto, aunque solo haya pasado un día. Bueno, en teoría dos, porque ayer ni quiso hablarme.

-¿Quieres salir a comer?- pregunte.

-Seguro. Y así luego podemos traer mis cosas para acá, las chicas se van a volver locas- dijo levantándose.

***

Candace

-Debes de estar bromeando- dije mirando a Debbie.

-En absoluto- palmeo el espacio tras el. Puse los ojos en blanco y me subí, pasando las manos por su cintura. El giro su cabeza mirándome y sonrió triunfante.

-Te odio- espete. El rió.

-Los dos sabemos que no es cierto- sonreí.

Paramos frente a un restaurante de comida china. Chase estaciono la motocicleta y me tendió una mano para que bajara.

-No me gusta- mire a Debbie, haciendo un puchero. El sonrió abrazándome por los hombros.

Entramos a el restaurante y tomamos una mesa cerca de la salida. Era uno de esos restaurantes en los que preparan la comida frente a ti. El chico asiático cortaba todo con mucha rapidez y lo tiraba al fuego.

-Entonces...-dijo Chase captando mi atención.

-¿Como esta tu padre?- pregunte. El apoyo su mejilla en su puño.

-Mejorando...- dijo sin entrar en detalles. Asentí, lentamente.

Estuvimos hablando un rato, comiendo y riendo. El chef hizo unos cuantos trucos con la comida, pagamos y salimos del restaurante.

Chase estaciono la motocicleta en el estacionamiento de mi edificio. Baje, tomándolo de la mano. Entramos al ascensor, y justo cuando íbamos por el piso 4 hizo un movimiento extraño y se paro de golpe.



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En el texto hay: karma, drama, comedia humor

Editado: 29.10.2018

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