Terminada nuestra plática, mi padre salió de la casa y yo comencé a prepararle té y el desayuno a mi madre, la cual aún seguía dormida. _ unos minutos después puse la mesa y coloqué todo lo que había preparado en ella, esperé a que mi madre terminará su sueño, para que pudiésemos desayunar juntas.
Cuando mi madre se levanta, le doy los buenos días y un cálido beso en la frente, la guío hacía la mesa y separó la silla para que pueda incorporarse, esta me agradece por los alimentos y yo le respondo con una sonrisa.
No entenderían cuán importante es para mí, mantener a mi madre bien, aunque a veces mis esfuerzos sean frustrados, por el nivel de alcohol y brutalidad de mi padre, pero esto estaba a punto de cambiar , y por fin mi madre y yo tendríamos paz y un poco más de felicidad.
Aunque todavía no sabía, cómo podría tomar mi madre la noticia de que mi padre se iría, puesto que ella estaba muy acostumbrada a su presencia, aunque esté siempre la lastimara, no sabía si podría soportar vivir sin el amor de su vida, pero esta noticia no me correspondía a mí dársela, así que tendría que esperar, a que mi padre se llenará de valor y le dijese.