Desperté a eso de las siete y treinta de la mañana y fui a la cocina por una taza de café, para mi sorpresa o desgracia, encontré todas mis cosas esparcidas por el suelo y lo último que quería era amargarme el día, así que dejé toda tal cual estaba y fui a tomar una ducha. Mientras me vestía me senté al filo de la cama para poder atarme los pasadores, pero al momento de agacharme vi que alguien estaba parado en la parte delantera de la cama, inmediatamente me pare para ver quién era, pero no encontré a nadie.
Con algo de miedo terminé de vestirme y fui a la cocina para desayunar, mientras preparaba el café escuché un ruido que provenía de la sala y salí corriendo para ver que o quíen era, pero no encontré nada y volví a la cocina, para mi sorpresa la estufa estaba apagada, no podía seguir ignorando lo que estaba pasando, pero no tenía alguna explicación lógica para ello por lo que no le di mayor importancia y me senté a tomar mi café. Después de un par de minutos volví a escuchar el mismo ruido, estaba fastidiado y no le hice caso, pero cada vez era más y más fuerte y fui a la sala para ver que era y otra vez no había nada, eso estaba empezando a fastidiarme mucho y lo único que quería era terminar mi café y salir al trabajo. Cuando volví a la cocina encontré todos los platos trizados en el suelo y los cajones del mueble abiertos, con cuidado de no lastimarme las manos recogí todos pedazos y los eché a la basura.
Mientras limpiaba la cocina pude escuchar algunos pasos, esta vez venían del pasillo y se acercaba cada vez más hacia mí, con cuidado de no hacer ruido me levanté y me puse detrás de la puerta de la cocina, pero nunca llego a entrar. Me asome despacio y vi una sombra que entraba a mi cuarto en ese momento me llene de valor y tome la escoba para poder defenderme, iba caminado despacio para que no se diera cuenta que yo iba hacia él, un paso antes de entrar levante la escoba y coloque mi mano en el filo de la puerta para tomar impulso y lanzarla con fuerza y justo antes de hacerlo ¡boom¡ la puerta de la entrada se cerró con tal intensidad lo cual hizo que mi corazón se acelere cada vez más. Salí corriendo de la casa para ver quién era, pero no encontré a nadie. Me puse como loco y revisé toda la casa y boté todas las osas que enontrába, sabia que estaba haciendo mal porque no podia dejar que los nervios me ganaran, quería ir al trabajo, pero recordé que ya no lo tenía, así que cerré mi casa y salí a caminar un poco para olvidar todo lo que estaba pasando.
Pasé más de tres horas dando vueltas y por más que pensaba o intentaba encontrar una explicación para lo que había sucedido, no pude llegar a una conclusión, así que lo mejor que podía hacer era ir en busca de un nuevo empleo para poder tener dinero para comer. Despuésa de varias horas y sin un peso en el bolsillo me senté en una banca del parque para descansar un poco y llego Andrea, la asistente del jefe, me preguntó que por qué no había ido al trabajo en todo el día, le dije que no pude conseguir la nota que el jefe me había pedido a lo que ella me respondió.
—Henry esta como loco preguntando por ti, dice que el artículo que escribiste es muy bueno y se vendió todo.
—Estas equivocada, no pude conseguir la nota, me estas mintiendo.
—Henry está convencido que fuiste tú quien escribió el articulo ya que Ximena paso todo el día en la oficina. Será mejor que vayas y hables con él en persona.
—Tienes razón Andrea, no quiero meterme en problemas, más que suficiente tengo con lo que me está pasando.
—Entones vamos, yo también voy para la oficina -Dijo ella.
En el camino hablamos de lo que la policía había encontrado la noche anterior y Andrea me dijo que estaba investigando y se enteró que aquel sujeto no había muerto, que solo estaba noqueado por un fuerte golpe en la cabeza y que ya había despertado, lo malo es que al parecer perdió la memoria y no sabe quién es o en qué lugar esta, así que será difícil de ayudarlo.
Al cabo de unos minutos llegamos a la oficina y justo antes de despedirnos Andrea menciono que aquel sujeto solo preguntaba por una cosa, por un collar que traía puesto la noche que lo golpearon y que es muy importante para él, es por eso que la policía salió al bosque para ver si encontraban algo, tal vez sea de gran ayuda para poder reconocerlo.
Después de escuchar lo que Andrea me dijo, me vino muchas cosas a la cabeza y me quede pensando cuando salió el jefe y me dijo
—¡Muchacho! Sabía que lo ibas a conseguir.
—Señor. ¿De qué está hablando?
—El artículo que me enviaste esta mañana es muy bueno. Por cierto, veo que ya te recuperaste del fuerte resfriado que tenías.
—Señor, no entiendo nada de lo que usted me está diciendo.
Fue a su escritorio y saco una hoja y me la entrego. ¡No podía creer lo que estaba leyendo! Era una carta dirigida al jefe explicando el motivo por el cual no iba a poder asistir a la oficina, la misma que decía.
San Agustín, jueves 16 de julio de 1895
Señor Henry Benedetto
Presente
Por medio de la presente me permito comunicarle a usted que me es imposible asistir a la oficina el día de mañana, tengo un fuerte resfriado y no me es posible levantarme de la cama. En el sobre esta la noticia completa de lo ocurrido en el bosque. Gracias por confiar en mi