El chico de cabello blanco

21. Nuevo grupo

Freeze saboreo con mucho gusto las galletas que Mangle le ofreció. Eran deliciosas de eso no había duda, algo dentro de el le decía que no debía estar hay con ellos. Debes estar con tus amigos. Le dijo aquella voz dentro de su cabeza.

Freeze no le prestó atención pues estaba equivocada, lo que aquel susurro trato de decirle era que debía de estar con Los Animatronicos, con sus amigos, con sus verdaderos amigos, pero ya no lo eran y Freeze ya no era un animatronico, sólo era Freeze ahora.

Además Mangle también era su amiga, se había encariñado con ella de una manera un tanto extraña, no parecían amigos no después de todos los roces que tuvieron, aún así Freeze la consideraba una pieza importante en su vida. También su radiante belleza ayudaba mucho a que deseará ser alguien importante para Mangle.

—Te veo un poco enojado, ¿Estas bien? —pregunto Mangle a lo cual Freeze se estremeció.

¿Su rabia y enojo eran tan fáciles de leer? Mangle había visto a través de el como si fuera un libro abierto esperando a ser leído.

—No estoy bien —dijo con desgana —algo me paso hoy y no quiero hablar de eso.

Mangle miro la expresión de Freeze, se veía enojado y al mismo tiempo dolido.

—Es algo que tiene que ver con tus amigos verdad, quiero decir con Los Animatronicos.

Freeze casi se ahogó con un bocado de las galletas que estaba degustando, tomo un sorbo de soda para que la comida pudiera recorren con más facilidad el interior se su garganta.

—¿Cómo sabes eso? —le interrogó, aquella traición había pasado sólo algunos minutos y Mangle sabia demasiado como para sólo adivinar.

—No te enojes con migo —dijo juntando sus manos en forma de súplica —la verdad es que los estaba espiando.

Los ojos de Freeze casi se le salen de las órbitas, Mangle le había espiado, ¿Por qué? Esa respuesta ya la conocía, Freeze no había olvidado cuando Mangle en su propia forma rara y retorcida se le había declarado. Le había dicho que le gustaba, que estaba enamorada de el.

Las intenciones de Mangle fueron más que fáciles de deducir para Freeze, ella estaba preocupada por el.

—No estoy enojado —dijo suspirando —al menos no lo estoy contigo, verás mis amigos, bueno digamos que ya no lo son, invadieron mi privacidad y eso es algo que yo no perdonó con facilidad.

—¿Tú privacidad? ¿Qué quieres decir?

Freeze le mostró su diario y entonces todo fue claro para Mangle, era extraño no muchos niños tenían el hábito de escribir un diario por lo generar esa era una costumbre que sólo tenían las jóvenes adolecentes.

—¿Me dejas leerlo? —dijo en tono bromista.

—Claro que no —exclamó con una sonrisa.

Muchos decían que Mangle era una muy mala persona e incluso sus amigos llegaban a murmurar sobre lo poco que la líder le Los Toys les agradaba, claro que Freeze no les prestaba mucha atención. El ya había tenido sus roces con ella, choques de los que sus amigos no tenían ni idea.

—¿Todavía tienes la roza? —pregunto Freeze de repente.

Le había pregunta por aquella roza tan hermosa y adornada que el le había regalado en su momento, claro que la idea de que Mangle había arrojado su regalo a la basura pasó por su mente, si se había derecho de ella no le importaba demasiado, lo único que quería era cambia de tema a uno que no le recordará a esos traidores.

El rostro de Mangle se sonrojo, volteó su vista y dejo de mirar a Freeze.

—Lo siento —dijo el sin más —de seguro lo arrojaste a la basura como prometiste.

Mangle se tenso, todo su cuerpo era rígido como una piedra, no esperaba esa pregunta por parte de Freeze.

Mangle se alejó de Freeze, este quedó desconcertado y luego una expresión teñida de tristeza se dibujo en su rostro, lo que menos deseaba era hacer que Mangle se sintiera incómoda, lo que mas necesitaba en ese momento era un verdadero amigo que lo reconfortara y Mangle realizaba esa tarea de una manera tan fácil y natural que en su interior Freeze deseó que en verdad fueran buenos amigos.

Mangle se alejó de Freeze, pero no era su intención dejarlo sólo por mucho tiempo, con la rapidez que sus diestras manos de cantante le permitieron busco dentro de su mochila algo que de seguro le devolvería a Freeze su sonrisa.

Desde que llegó Freeze demostró ser un chico peculiar, extraño a su manera, diferente y muy inusual, pero no de una manera mala, si no de una manera muy especial. El era único e interesante, claro que al principio Mangle pensaba lo peor de el.

Fue muy tentadora la idea de hacer que Freeze se uniera a su grupo, con su talento para la batería Los Toys de seguro arrasarían en la batalla de las bandas.

Toda la buena intención que las rítmicas manos Freeze le habían causado fueron borradas cuándo este de manera muy descarada rechazo la oferta de Mangle de unirse a los Toys. Un grupo con mucho talento, los cuales ya tenían la victoria asegurada, y además un grupo mucho mejor que esos novatos llamados Animatronicos.




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