------Un año Después---------
—Orina aquí—Susana me tendió sin miramientos la prueba de embarazo comercial que había comprado en la farmacia de camino acá.
—No puedo hacerlo—dije cobardemente.
Tenia 5 días de retraso y unos mareos horribles, les había comentado mis inquietudes a las chicas y a la media hora Susana había aparecido en mi puerta con 8 pruebas de embarazo.
—¿Quieres salir de dudas o no?—Preguntó sin aspavientos.
Quería, pero al mismo tiempo no.
—Ya estoy aquí, ya estoy aquí—dijo Liz, quién llegaba apresuradamente con sus tacones de 3 centímetros y un montón de bolsas en sus manos.
—¿Estás embarazada?—Preguntó sin aliento llegando a la sala.
—Aún no sabemos—Respondió Susy tomando asiento en la mesa del desayuno—¿Qué traes en las bolsas?
Liz inmediatamente escondió las bolsas detrás de su espalda con prisa—Nada—Respondió nerviosa.
—Ay Dios ¿Compraste cosas de bebé, no es cierto?—Susana se levantó de la mesa y empezó a acercase a Liz
—Claro que no—Replicó Apresuradamente la castaña mientras corría todo lo que podía con sus tacones alrededor de la mesa del desayuno.
—Liz....—dijo Susy arqueando la ceja y dejando de perseguirla.
—Unas cositas—Respondió dulcemente con una sonrisa—No me pude resistir.
Gemí en voz alta—Aún no sabemos nada—dije molesta.
—Por tu culpa—Contestó ella—Orina rápido.
Trague en seco y tome la prueba de embarazo que Susana me tendía, salí de la cocina hacia el baño que quedaba en la sala, fui al váter, me senté y orine en el palito de la prueba de embarazo. Baje el inodoro, me lave las manos y cómo la cobarde que soy, fui hacia la cocina nuevamente por apoyo moral. No quería hacer esto sola.
—¿Y bien?—Preguntó ansiosamente Liz.
—Tienen que pasar 4 minutos.
Le tendí la prueba a Susana y le dije—Mira tu primero, yo estoy muy nerviosa
La pelinegra puso los ojos en blanco y miró su reloj.—¿4 minutos dijiste?
—Si—Confirmé.
De pronto un alboroto en el patio trasero nos llamó la atención. Susana, mecánicamente toco el arma de su cinturón y se puso delante de nosotras. Era increíble lo protectora que era. Hace un año fue promovida a detective y ya no lucía el famoso uniforme azul distintivo de la policía, ahora utilizaba cuellos de tortuga, chaquetas de cuero y pantalones ajustados y, por supuesto se veía gloriosamente hermosa. Traía de cabeza a toda la división 15.
—Ábranme rápido—Gritaron apresuradamente— Antes de que alguien me vea, maldición.
Nos relajamos, esa voz mandona solo podría pertenecer a una sola persona.
—Pensé que estabas rodando tu última película—Le dijo Liz a la pelirroja explosiva mientras abría la puerta del patio y la abrazaba.
—Sí, a dos horas de aquí—Respondió Bárbara—Pero cuando tus amigas te necesitan, finges una rabieta de diva y huyes en un auto rentado.
Todas nos reímos y la saludamos, hace más de 3 meses que Bárbara comenzó a rodar en el soleado Texas y solo nos comunicábamos por video llamadas, era hermoso verla.
—Entonces...¿Estas embarazada? —Me preguntó intrigada
Yo abrí los ojos, me había olvidado por completo de la prueba con todo el alboroto de la llegada de Barby. Voltee a ver a Susana y
esta inmediatamente vio la prueba y frunció el ceño.
—¿Qué pasa?
—Estas embarazada.—Confirmó.
Pasaron 3 cosas:
Las chicas gritaron alegremente y se abrazaron
Susana le brillaron los ojos y trató de disimularlo.
Y yo... me desmayé.
****
—Ya está, esta abriendo los ojos—dijo una voz
Traté de enderezarme y el mundo me dio vueltas de nuevo.
—No te muevas—Dijo Liz
—¿Qué pasó?—Observé a mi alrededor y estábamos en mi recamara
—Te desmayaste—Respondió Barby.
—¿Te sientes bien? Deberíamos ir al hospital.
—No—dije Rápidamente—Ya se me está pasando.
—Debió ser la impresión—Argumentó Susy.
—¿Qué pasa? ¿No estas feliz?—Preguntó Liz preocupada tomándome de las manos.
—No, Sí...bueno estoy asustada.
—¿Por qué? ¿Simón no quiere tener hijos?—Preguntó Susana muy seria
—Claro que sí—Lo defendí—Solo...—Titubee—Siento que es muy pronto, nos acabamos de casar hace 6 meses, acabamos de comprar esta casa y a Simón lo acaban de ascender en el trabajo Y...
—¡Al diablo con eso! ¿tú cómo te sientes?—Interrumpió Barby.
—Estoy un poco asustada...Pero feliz.
—Entonces eso es lo que importa.
—¡¡No puedo creer que vayamos a ser tías chicas!!—chillo entusiasmada Liz.
—Destapemos la champaña!!—indicó Barby feliz.
Yo arquee mi ceja.
—Eh...digo un refresco mejor.
***
—Bien ¿Cuándo se lo piensas decir a Simón?—Preguntó Susana cortando algo de queso y jamón en la barra de la cocina para hacerme un sándwich. De pronto se me había incrementado el apetito.
—¿Cuándo se me note?—Propuse
—Deja de ser una cobarde, creo que estará muy feliz.
—¿Tu crees?—Dije
—Por supuesto—Respondió Liz—Y hablando de buenas noticias—Liz se paró en medio de la cocina y extendió su mano izquierda y nos mostró un brillante anillo en su dedo anular—¡¡Me voy a casar chicas!!
—Oh por Dios—Chillamos todas al unisonido.
—¿Cómo es que no había visto esa gigante piedra?—Pregunté examinándola.
Liz estaba saliendo hace 2 años con un médico cirujano muy respetado y guapo, se habían conocido en mi firma de libros porque él llevo a su sobrina quien era una gran fan. Fue amor a primera vista por parte de él, Liz fue un poco más difícil por lo tímida que era, hasta que un día la emborrachamos y la obligamos a llamarlo, concertaron una cita y a las pocas semanas comenzaron a salir. Ella aún no nos perdona por haberla emborrachado, porque para nuestra sorpresa la pequeña Liz cuando está ebria es algo sincera, ¿Qué tan sincera? pues.... al punto de confesarle al cirujano que quería una revisión de cuerpo completo y que se moría por ser su enfermera personal para jugar con él en su escritorio y lamer su cuello. Hasta el día de hoy Liz no se acuerda de lo que dijo y nosotras no quisimos darle detalles, pero fue muy gracioso ver su cara de confusión al día siguiente cuando él le mandó un montón de rosas.
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Editado: 06.03.2022