La sangre recorre todo mi brazo, la respiración la tengo agitada, no puedo ver con claridad, ésto invade un dolor y ardor en mi brazo, es algo tan doloroso. Una sensación inhumana.
Pero las lágrimas no dejan de derramarse junto con ello.
***
-¿Cómo te ha ido éstas tres semanas con Jack?-Me pregunta mi amiga con una mirada picara, ahora sólo estamos ella y yo, ya que, Louis está en entrenamiento de Vasquetbol.
Pues han sido maravillosas...
-Bien.- Sólo contesto eso, Denise me mira con una ceja alzada de manera interrogativa, sé que estará pensando "No puedes hablar enserio"- ¿Qué quieres que te diga?, ¡¿Qué hemos tenido sexo loco?!
-Tampoco exageres, al menos esperaba un...- Lo pensó-. Muy bien, han sido unas semanas muy divertidas ¿tal vez?
- Sabes que no puedo...-Me interrumpió.
-Deja de pensar en aquel inútil, deja que lo mire y le corto los...
-¡Basta!- Grité, cansada de que siempre me reproche lo sucedido con Matt.- No puedes seguir pensando en mil maneras de matarlo, además, lo hecho, hecho está. No podemos cambiar nada.
Terminamos de almorzar y nos conducimos a la siguiente clase, música.
Cuando llegó el maestro, y comenzó a dar la explicación sobre el tema de hoy, me perdí en mis pensamientos, recordando cada uno de los momentos junto a Jack.
Semana 1
Día 1
-a ver quien alcanza a quien- Gritó Jack delante de mí, comencé a pedalear lo más rápido posible, para alcanzarlo.
-Crees que te dejaré ganarme-. Llegue hasta su lado, y ahora yo soy quien está al frente.
Estamos pedaleando montados en nuestras bicicletas, ahora estamos a la misma altura, admirando el paisaje, la puesta de sol es tan bella. En un momento volteo a mirar al chico al lado mío, y me sonríe amplia mente, mientras el reflejo de luz le da un brillo especial en sus ojos.
-La vista es bella.
-No más que tú.- Sentí cómo mis mejillas se ponen coloradas, soltando una risita nerviosa.
Día 2
-Papá acostumbraba a traerme aquí, por las tardes.-Suelta con tristeza admirando las olas que se forman en el mar, mientras estamos sentados en la arena cálida, por inercia ambos volteamos a mirarnos,-Todo cambió cuando mamá murió.
-Lo siento tanto...-Toma mi mano derecha con la suya.
-No te preocupes, total, si ella estuviera con nosotros, no habría viajado hasta acá, y yo no te habría conocido.
-Puedo preguntar ¿Cuál fue la razón por la cual decidiste venir?- Él suelta una risita.
-Papá me envió, quiere que tenga una buena educación, además, me alegro que haya sido así.
-Yo me alegro de haberte conocido-.Le sonrío y él me devuelve el gesto.
Día 3
-Jack, ¡Dame el pan!- Doy pequeños saltitos para alcanzar el pan qué tiene sobre su mano, alzada a lo más alto de su estatura,-Tengo hambre-Gruñí
- ¿Por favor?- Le rogué con mi cara de perrito.
Quiero hacerme un sándwich ¿es mucho pedir?
-Sabes qué es lo que tienes que hacer.
-NO te voy a besar, eso no está en discusión.
-¿Tan feo soy?--Se hizo el indignado.
-Ok. Si no me lo quieres dar, no importa, total moriré de hambre- Me crucé de brazos y me giré dándole las espaldas.
Sentí un brazo rodear mi hombro y vi la barra de pan frente a mí.
-No pienso dejar que entres en un cuadro de anorexia- Sonreí victoriosa.
Día 4
Entramos a la sala del cine, y nos acomodamos en los asientos seleccionados, hasta los asientos de arriba, para mí son los más cómodos.
Mientras transcurren los cortos de la película, Jack comienza a jugar tirándome palomitas en la cara, yo hago lo mismo, 'guerra de palomitas'.
La película comienza, elegimos el género de terror, es mi preferido aunque luego no puedo dormir, cuando llegaban las partes fuertes, me sujetaba fuerte del brazo de Jack, escondiendo mi cara en su hombro, él aprovechaba para besar la coronilla de mi cabeza y acariciar mi rostro tierna mente con su mano.
-Eres tan tierna cuando te asustas.-Dijo en tono de burla, entonces alcé la vista para mirarlo y soltar con enojo.
-Y tú eres tan idiota.-Nuestras miradas chocaron, y cómo mi rostro aún estaba demasiado cerca del suyo, él se acerca poco a poco, echó con su mano un mechón de mi cabello atrás de mi oreja y acarició con su mano mi mejilla. Pero antes de que nuestros labios choquen, baje la mirada algo sonrojada y avergonzada.