El Chico De Mis Sueños #famous_libro1

Capítulo Veintiuno.

-Tú...

Lo observé de pies a cabeza, no puedo creer que sea él. Tengo unas inmensas ganas ahora mismo de abrazarlo fuertemente hasta profundizar nuestros cuerpos en uno solo.

 

- Te extrañé tanto- Me juntó a él en sus cálidos brazos al rededor de mi torso, por un momento pensé en disfrutar de ese momento pero luego recordé todo y lo aparté con brusquedad- ¿Qué pasa?

 

- ¿Es que aún no lo entiendes?- Grité al borde de las lágrimas- Vas, te besas con otra y luego, vienes como si nada hubiera pasado, no te entiendo Matt ¡No entiendo!

 

-¿De que hablas?- Me mira con el ceño fruncido haciendo un ademán con sus manos, de pronto las ganas de golpearle la cara me invadieron.

 

-¡ERES UN TRAIDOR!- Le grito mientras golpeo mis puños y brazos contra su pecho- ¡Te Odio!, escucha bien, ¡Te odio!

 

-¡YA BASTA! - Llega al borde del desespere y sujeta con fuerza mis muñecas para hacer que pare de golpearlo.

 

-Ahh- Jadeo de dolor, pues en éstas muñecas se encuentran aún las heridas no cicatrizadas de anoche, Matt frunció el ceño  para después llevar una de mis mangas arriba de mi brazo, observando con detenimiento cada una de las rajadas en él, me miró serio.

 

- ¡¿Qué significa ésto?!- Alza la voz haciéndome sobresaltar- ¿por qué?, Marha ¿por qué lo haces?. Nunca antes lo habías hecho.

 

- Eso tú qué sabes.

 

- Te conozco- Contestó con seguridad.

 

- Yo también creí lo mismo, y me arrepiento de eso- Sentí mis ojos arder, entonces las lágrimas amenazan con salir- No sabes cuanto te detesto, todo ésto es tu culpa, mientras lo hago te recuerdo a ti con esa chica, besándose, abrazados, tomados de la mano, ¡En todas partes!- Una lágrimas cayó por mi mejilla- Yo te amaba, confíe en ti- Otra y otra lágrima más.

 

- ¿Por qué te auto-lesionas? No tienes que dañarte a ti misma.

 

- ¿Aún no lo entiendes?, tú eres el culpable, por ti hago esto- Señalé mi brazo descubierto para luego volver a mirarlo con odio- ¡Tú eres mi maldito error!

 

Matt me tomo por los hombros sacudiéndome.

 

-¡REACCIONA!- Me gritó mientras me sacudía con fuerza- ¡Tú no eres de quien me enamoré! ¿dónde quedó esa chica? ¡¿Dónde?!

 

- Déjala imbécil- Jack se asoma por detrás de sus espaldas, lo hizo soltarme mientras lo empuja sujetado por el cuello de la camisa, azotándolo contra la pared más cercana, yo solo miro la escena asombrada, ni siquiera me molesto por limpiar las lágrimas que dejan tan mojados mis ojos, y la sensación pegajosa en mis mejillas justo el camino que se formó por donde las lágrimas se deslizaron.

 

-Vuelves a tocarla y te juro que...- hizo de su mano un puño y justo antes de golpearlo contra la cara de Matt se detuvo - Olvídalo- bajo el puño- no tiene caso que gaste mis fuerzas, esa carita de muñequito estúpido es lo que te da para sobrevivir y ser amado.

 

Lo soltó y Matt se acomodó la camisa.

 

-¿Podemos hablar? - Ni siquiera lo miré, negué con vista gacha.

 

-Ya escuchaste- Escuche la voz de Jack responder por mi.

 

-Pero...- pude diferenciar unos pies arrastrar a otros hasta la puerta y luego de eso escuche un portazo.

 

-¿Estas bien?- Preguntó levantando mi vista con su mano, tomándome por el mentón.

 

-No creo que pueda responder eso- Lo abracé escondiendo mi cara en su pecho derramando algunas lágrimas.

 

POV Matt.

 

Mientras conduzco al hotel en que estamos hospedados, no puedo entender de qué habla Marha, ¿yo con otra chica? Imposible, no sería capaz, la amo demasiado...

Pero... hay algo, una imagen tras otra vinieron a mi mente de golpe, cuando Astrid me besó frente al entrevistador, cuando nos abrazamos en el centro comercial y luego caminamos tomados de la mano. Pero, todo eso era pura publicidad, yo no quería fallarle con nadie, ella es todo para mí, mamá dijo que era solo un paso más en mi carrera, así las personas tenían razón para hablar de mí en todas las televisoras y revistas, ya que, hasta el momento no había presentado ante el publico a una novia.

Ese tipo de cosas lo ocultaba siempre por mis hunters, mis fans, ellas tendrían una reacción no muy comprensiva, les rompería el corazón verme pasear con una chica.

Dí vuelta en la izquierda, y avancé.

Después de que los trabajadores se hicieran cargo de mi auto subí hasta la suite reservada.

Llegue hasta mi habitación y me tumbe en la cama, dejando mi cuerpo hundirse en ella, mientras las lágrimas amenazan con salir. No quiero perderle, no puedo perderle, ella es mi vida.

 




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