El chico del segundo B parte 2

Capítulo 3 Un código púrpura.

Después de que yo malgastara la frase de "código rojo" para cualquier tontería y de que Ethan lo usara a su antojo sin excepción de Lía decidimos que ahora el código púrpura sería para catástrofe o sea un nivel de emergencia fuera de lo normal y fue por eso que casi me morí cuando vi el mensaje de Lía aquella mañana. 
Yo me acababa de levantar. Estaba desayunando con Ethan el que traía unas ojeras enormes. 

—¿Qué te pasa? Pareces uno de los caminantes de The walking dead. 

Mi amigo no sonrió, sus ojos soñolientos se voltearon en mi dirección y de ahí miró a los lados cerciorándose de que nadie más que yo lo escucharía. —Se que no soy quien para juzgar puesto que esta no es mi casa y la visita soy yo. —Puse los ojos en blanco —Pero, llevo dos noches sin dormir, tu hermano ronca como un tractor descompuesto. 
Me reí de su comentario y frunció el ceño aún más —¿Lo sabías? 

Me encogí de hombros —Tampoco es para tanto. Hay cosas peores en la vida. 

Tlink 

El sonido del mensaje en mi celular resonó y lo tomé para leerlo. Era Lía. 

Lía : Mise es urgente, tengo un código púrpura. No le digas a tu mejor amigo. 

—Me tengo que ir. —Dije con una sonrisita culpable. Mi mejor amigo clavó su mirada en mí y me sentí como si estuviera haciendo algo malo. 

—¿A donde vas? 

—¿A tirar la basura? —Mi respuesta más bien sonó a una pregunta.

—Mise si te vas a ver con Alex no tienes que ocultarlo. Lo que si te digo es que no me quedé en tu casa para ver los ronquidos de tu hermano, tenemos que salir de fiesta hoy en la noche. 

—Está bien y no, no voy a ver a Alex, es un asunto de chicas.

Sin decir más nada salí lo más rápido que pude de mi casa, subí el elevador y fui hasta el piso de Lía. Me abrió la puerta su mamá con cara de pocos amigos y sin decir nada seguí como perro por su casa esquivando los juguetes de Bruno, el hermano menor de Lia. 

Al entrar a su habitación di un repaso por todo el lugar con la mirada. El lugar estaba como siempre y no había un incendio o una catástrofe como imaginé. 

—¿Lia?

—Pasa, estoy en el baño. —Hice lo que me dijo y tras abrir la puerta me la encontré en el suelo al lado del váter sentada. 

—¿Qué tienes? ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo? ¿Llamo a tu mamá? ¿Al 911? 

—¡Que no, pesada! —Una imagen pasó por mi cabeza, era eso que llaman un deja'bu.

—Entonces, qué tienes. Lía estoy cansada de decirte que no uses los códigos de emergencia para cualquier cosa que después te pasa algo grabe y no te creemos.

—Estoy embarazada, creó...tengo un retraso y náuseas...

Me quedé anonadada, pasmada, petrificada, congelada y muchas cosas más. Sólo logré decir una cosa :

—¡¿Qué?! 

###

En la noche, después de convencer a mi madre partimos para la casa de Miguel, aquel amigo de Ethan del instituto que estaba de cumpleaños. Antes de salir de casa le había mandado un mensaje a Alex invitándolo a ir con nosotros pero nunca llegó así que nos fuimos sin él. Era extraño pero mi chico del segundo B se había distanciado de mí desde el día en que nos vimos en el parque, justo después de aquel mensaje que le llegó. Era raro ¿no? 

Al llegar Ethan aparcó su auto a un lado de la carretera al frente de la casa del cumpleañero y salimos del auto. Lía caminó lo más rápido que pudo y se perdió en la casa. Yo sabía que estaba evitando a nuestro amigo ¿por qué? Porque esta no sabía quien era el padre del bebé si es que existía algún bebé y no quería que el pobre Ethan supiera pues el día de la fiesta de graduación ambos borrachos tuvieron sexo. Si, se que suena raro y asqueroso que tus dos mejores amigos tengan sexo en una fiesta borrachos pero ellos no eran la viva imagen de lo que se considera normal o al menos no de lo que yo consideraba normal en ese momento. 

Conclusión, entramos a la casa de Miguel la que no era tan grande como la de Charley aunque vivían cerca. En realidad parecía más acogedora y hogareña. De las paredes colgaban adornos de distintas formas y tamaños. En medio de la sala había una pequeña mesita desbordada de basos plásticos llenos de bebidas rodeada por algunos chicos. De la cocina se podían escuchar algunas voces y en la escalera había una pareja metiéndose mano. Los ojos del Miguel se posaron en nosotros y con una sonrisa saludó a Ethan y después a nosotras. Después de eso con un "están en su casa, tomen lo que quieran" se marchó hacia la cocina. 

—Tomen —Nos dijo nuestro amigo sosteniendo unos vasos y Lía observó el baso y después me observó a mí. Sus ojos decían ¿qué hago? y sonreí mentalmente porque  estaba siendo responsable por primera ves en su vida. 

—¿Ethan aquél no es tu amigo? —El chico buscó con la mirada y yo aproveché para quitarle el baso a mi amiga y darle tres enormes tragos. 

—No veo a nadie —Dijo él regresando la mirada a nosotras y me encogí de hombros. 

Perfecto, mi convicción de no emborracharme jamás se vería quebrantada por mi mejor amiga y su "bebé". 


De esa manera fue como en media hora me vi atiborrada de alcohol por lo que fui a uno de los baños del lugar para mojarme el rostro y salir lo más sobria posible. 

Cuando estaba secándome con una toalla que encontré sentí como el pomo de la puerta se giraba y pensé "mierda me descubrieron" luego reaccioné y caí en la cuenta de que era normal que fuera al baño y no estaba haciendo nada malo. 

Quisiera decirles que esa sería la escena perfecta donde entra el chico que la protagonista del libro ama y terminan besándose o haciendo el amor encima del lavamanos ( anotar mentalmente no imaginar escenas de sexo en lavamanos o llegarán imágenes de Lía y Ethan en mi casa, en mi baño...) Pues les informo que esas cosas no me suceden a mí. La que entró fue Rita y frunció el ceño al verme. 

—¿Tú aquí? 

Me encogí de hombros volteandome para sacar el labial de mi cartera y retocar mi intento de maquillaje. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.