Si lectoras y lectores, estaba presenciando como mi madre ( la siempre estricta y desconfiada Sargento Aslan ) se enrollaba con un desconocido para mí. No era un sueño y lo corroboré cuando me apreté el brazo para saber que estaba despierta.
Al notar mi presencia ambos se separaron de golpe y sin imaginar lo que venía me dispuse a hablar pero fui silenciada cuando ella tomó al individuo a su lado por un brazo, lo volteó en un movimiento seco y conciso y con la rodilla le dio en la espalda haciéndole una llave para inmovilizarlo.
Lo se, dirán y esto que cosa es. No se si les conté que mi madre de joven practicó artes marciales. Lo dejó después de casarse con mi padre y de que yo naciera.
—Hija es un ladrón llama a la policía —Gritó logrando que yo reaccionara poniendo los ojos en blanco.
—Mamá no disimules que vi lo que estaban haciendo. —Haciendo un puchero lo soltó y este la miró como si estuviera loca.
Unos minutos después de ese momento incómodo y loco esperé en la sala a que hablaran. Después de escuchar como murmuraban ambos salieron visiblemente avergonzados y se sentaron en el sofácama frente a mí. En silencio los observé a ambos con el ceño fruncido para meterles presión y que se sintieran mal. Por dentro tenía una sonrisa por lo tiernos que se veían llenos de nerviosismo.
Él, un hombre de unos cuarentitantos años, de cabello cenizo y ojos color café movía una pierna de ves en cuando y observaba su celular impaciente entonces hablé como hablaría ella. Me sentí una madre protectora en ves de una hija.
—¿Y bien, cuándo pensabas decirme que tenías un amorío furtivo con este señor? —Mi mirada de detective de quinta se detuvo en la sargento Aslan.
—Este..Mi niña esto no fue algo que planeé, ambos nos conocimos por una amiga. Él es plomero y ha estado viniendo a ver lo del salidero en el baño del cuarto de huéspedes...
—¿Y por qué no lo había visto antes?
—Porque venía cuando no estabas en casa.
—Frunci el ceño —¿Piter lo sabía?
Ella dudó en si hablar o no pero la llegada del susodicho lo dijo todo.
—Hola familia —Dijo en general y al ver al individuo frente a nosotras le específicamente a él con una sonrisa —Ah Juan cómo estás.
Me crucé de brazos esperando una explicación.
—No te había dicho nada porque a veces eres muy temperamental y te pones a gritar como loca por todo.
—¡Yo no grito! —Me tapé la boca viendo que era verdad. —En fin, un placer conocerte Juan, necesito hacerte algunas preguntas para saber si eres digno de mi madre o no.
Juan sonrió —Adelante, pregunta lo que quieras.
—¿Qué redes sociales usas? ¿Cuál es tu nombre completo? ¿Qué signo eres? ¿Comida favorita? ¿Hijos? ¿Alguna enfermedad contagiosa? ¿Cuáles series y películas prefieres y cuales no? Ah y por último ¿Se acercó a mí madre por amor o por algún interés económico?
Los dos me miraron perplejos por mis preguntillas de nada.
—¿Cuál interés? Si no tenemos un peso partido por la mitad.
—Ajam, vamos a ver. —Dijo él interrumpiendo a mi madre —No uso redes sociales, mi nombre completo es..
—Miseria deja de molestar a Juan con tus boberías.
—No son boberías, es algo serio.
La mujer me observó y frunciendo el ceño me preguntó —Importante es esta pregunta ¿Qué hacías anoche en la azotea con Alex cuando claramente te advertí la semana pasada que te quería ver lejos de ese chico?
—Ajam —Sonreí torpemente fingiendo que revisaba mi celular —Huy, una llamada de Lía. Necesito contestar.
Diciendo eso último corrí a toda prisa hacia mí habitación.
###
Dos días pasaron en los que no pude visitar a Alex, mi madre no me dejaba ir, fue entonces que en la noche a eso de las 11:00 PM recibí un mensaje que no me despertó pues llevaba horas contemplando las estrellas en mi cuarto. Esas que él había pegado hacía unos meses atrás.
Mi odioso vecino : En las noches oscuras, cuando las voces se apagan dejando el silencio esparcirse por doquier escucho tu respiración. Se que en algún lugar tus ojos verdes me observan. El mundo está lleno de prohibiciones pero te aseguro que nada podrá impedir que la luna y el sol puedan estar juntos, ni la lejanía, ni las cerraduras, ni el tiempo. Sueña conmigo Miseria Elizabeth, sueña que sigues las estrellas, y que nos encontramos en una. Sueña, que los sueños se pueden hacer realidad. ⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐🌟
Recorrí la habitación con la mirada buscando algo fuera de lo normal. A simple vista no se veía nada, todo estaba en orden, bueno, no precisamente en orden, mis cosas estaban esparcidas por doquier pero eso era normal ya.
De prisa tomé mis pantuflas de unicornios, me acomodé el cabello un poco y abrí las enormes ventanas que daban a mi balcón. Entonces vi en el suelo una linea de estrellas fosforescentes. La última estaba en el borde del balcón. De la nada vi como Alex comenzó a subir lentamente. Me parecía surrealista la imagen y me estremecí al verlo en ese coche escalera. Literalmente ese chico estaba loco. Estando a mi altura me dijo con una voz seductora.
—¿Estás lista para ver las estrellas? —En su mano llevaba una estrella colocada cerca de su corazón. Aunque no podía hacerlo, por dentro salté y chillé de emoción.
—Alex, muy lindo y romántico todo pero ¿No deberías estar en el hospital?
Poniendo los ojos en blanco subió el muro de mi balcón y se sentó con las piernas colgadas de frente a mí.
—No seas agua fiestas ¿Quiéres?
—¿Te escapaste? —Insistí con el tema.
—Te prometo que en cuanto el sol salga estaré de vuelta en el hospital. Ahora ven aquí de una maldita vez que te echaba de menos —Gruñó viéndome con deseo y me acerqué a toda prisa.
Antes de sellar de una vez nuestra distancia lo tomé por el cuello del abrigo de algodón gris que traía y lo arrastré hasta mi habitación. Tenía que cerciorarme de que ningún vecino pervertido nos estuviera viendo desde su balcón. Estando dentro nos quedamos viendo el uno al otro. Por segundos temí que las pulsaciones de mi corazón fueran escuchadas por alguien pero aparté esa idea y más centré en lo que estaba sucediendo, Alex estaba en mi habitación tarde en la noche. Eso significaba que...