Rossy y Mel salieron un rato para que nos encontráramos. Rossy era una princesa zombi y Melanie una bruja con labial negro y un vestido gris oscuro.
—Tu disfraz es único —dijo Rossy, riendo.
Me encojo de hombros. —Lo sé, me tarde horas pensando en qué usar.
Mel entrelaza su brazo con el mío. —Oye, ¿Ya están tocando los chicos?
Asiento. —Acaban de comenzar, están por allá en el fondo.
—Vamos —pide Rossy tirando de ambas.
Mientras caminamos les cuento lo que me dijeron los chicos sobre Mason. —No sé qué pensar, no sé…
Rossy sonríe emocionada. — ¡Karlie! ¡Siempre supe que le gustabas a Mason!
—Pero… —aclaro mi garganta—, no sé qué siento, ¿no es muy pronto?
Melanie niega. —Claro que no —me mira mientras ajusta su sombrero—. Tal vez sientes que estas obligada a esperar mucho tiempo por los años que pasaste aferrada a Adam pero la realidad es que no le debes nada a él, te lo debes todo a ti.
— ¡Si! —Rossy asiente—. Si te gusta Mason y tú le gustas, ¿no es justo que algo suceda? Él quiere ser tu novio, tú serías muy feliz con él porque son tal para cual —levanta sus manos—. La pareja perfecta.
Mel niega. —Esas somos nosotras.
Rossy le guiña un ojo. —Sí, bueno, la segunda pareja perfecta.
Suspiro. —Pero no sé qué siento por él, digo, supongo que me gusta pero no sé si me gusta porque es amable conmigo o porque lo quiero —cierro los ojos—. Esto es tan complicado.
—Pero te gusta estar con él —Melanie habla y yo asiento.
—Y te gusta la manera en que te trata, ¿no? —Rossy pregunta alegremente.
Bajo la mirada. —Claro pero…
—Y ustedes se entienden —Melanie ríe—. Hablan de cosas raras pero se entienden.
—Y te cuida —Rossy afirma—. Siempre te cuida de todo, siempre hace lo que sea por ti.
—Pero no quería que sienta que es un remplazo de Adam o algo así —les explico—. La verdad es que aún no sé si ya superé a Adam, no es como si lo quiero de vuelta en mi vida pero siento que aún me estoy aferrando un poco.
No creo que mi historia con Adam tenga arreglo. Ya no pienso que él se dará cuenta de su error y vendrá corriendo a mis brazos, pero, él fue el primer chico que quise y sé que aun pienso en él.
No quiero que Mason crea que es el chico que estoy usando para olvidar a Adam. Tampoco quiero comparar mis sentimientos con Mason con lo que sentí por Adam todo el tiempo, quiero que si llega a pasar algo entre nosotros, sea ajeno a Adam.
Llegamos donde varias personas se han reunido para escuchar a los chicos. Mason está al frente cantando una canción acompañado de Bobby, Arthur, Guido y Chase en los instrumentos.
Rossy se inclina a mi rostro — ¿Que sientes cuando lo ves ahora?
Miro a Mason que tiene los ojos cerrados. Su disfraz es tan acorde con su personalidad, una camiseta que dice “disfraz” y unos pantalones negros. Lo veo y quiero sonreír porque me gusta la forma en que su cabello cae sobre sus ojos, su voz inconfundible y desde hace un rato siempre que lo veo, tengo la necesidad de acercarme a él.
—No sé —respondo, finalmente—. Solo sé que me gusta estar cerca de él.
Melanie recuesta su cabeza en mi hombro —Karlie, no tiene que suceder ahora pero deberías darte permiso a sentir sin miedo.
—Sé que no es fácil Karlie —Rossy habla—. Tú sabes que para nosotras no fue sencillo, sabíamos que había mucho en contra pero cuando encuentras a esa persona especial, no tienes que dejarla ir.
—Y Mason no es Adam —Melanie afirma—. Mason es diferente, es un gran chico y él cuidará de tu corazón.
—Pero siento que aún falta algo —les explico, aun observando a Mason—. No sé qué, siento que aún no es tiempo.
—No tiene que suceder ahora —afirma, Melanie—. Pero no creas que lo que pasó con Adam es como siempre será, lo que viene siempre es mejor.
—Mucho mejor —agrega Rossy.
Nos quedamos escuchando las siguientes canciones. Cuando faltaban dos para que ellos terminaran, las chicas me avisaron que tenían que regresar a sus puestos. Yo me despedí de ellas y se alejaron sosteniéndose de las manos.
Me acerqué un poco al frente pero luego me moví a un lado, un poco apartada del campo de visión de Mason. No quería que me viera, no le he hablado desde que se fue a su casa por sus hermanas, ni siquiera cuando regresó.
No puedo dejar de pensar en todo lo que ha sucedido en las últimas horas.
¿Me gusta Mason?
¿De esa forma?
No lo sé.
No quiero pensar en eso.
Veo al profesor Rilley y sonríe satisfecho por ellos, tengo que admitir que todos son geniales, me alegra que las personas hayan venido aquí para escucharlos.
Cuando terminan se agrupan como siempre con el profesor para agradecer a las personas que les aplauden y luego se mueven para saludar a quienes actúan como sus fans.
Erick se acerca a mí. — ¿Qué tal lo hicimos?
Asiento, con una sonrisa. —Genial.
Toma su teléfono y lee la pantalla. —Oh, creo que Lila quiere que vayamos a la casa embrujada —ríe tímidamente—. Debería ir.
Yo le doy una palmada en el hombro —Ve con tu doncella.
Erick resopla. —Bien, gracias —se iba a comenzar a mover cuando se detiene—. Papá me prestó su auto hoy, en caso tú…
— ¿En caso yo? —le pregunto, juntando las cejas.
Mira hacia el otro lado donde está Mason hablando con el profesor Rilley. —En caso ustedes quieran escaparse una vez más.
Se refiere a la noche del baile.
Ruedo los ojos. —Ve con Lila, Erick.
Erick asiente y corre en dirección a encontrarse con el amor de su vida.
Mason sigue hablando con el profesor Rilley del otro lado así que yo me volteo para caminar pero, no sé a dónde ir ahora. Podría ir con Melanie y Rossy pero está ocupadas ahora mismo, o tal vez solo dar vueltas por ahí.
—Hola —es la voz de Mason.
Me giro y sonrío con los labios apretados. Él no sabe lo que los chicos me dijeron, la conversación con mis amigas. Lo que pienso ahora mismo. —Hola —respondo nerviosa.