— ¿Listos? —pregunta el profesor Rilley cuando abre la puerta.
Vemos a tres hombres que entran. Uno de ellos tiene el cabello oscuro, otro es rubio y el otro es como marrón. Los tres van vestidos como personas de esa edad, casi llegando a los treinta.
—Aquí están —ríe el profesor antes de presentarlos—. Almas Sublimes.
El de cabello oscuro arruga la nariz. —Tengo tantos años de no escuchar ese nombre.
El profesor Rilley nos mira —Los presento, este es William —señala al de cabello oscuro y corto—. Él era el vocalista de la banda.
Levanta la mano sonriendo. —Hola chicos, es un placer conocerlos —mira al profe—. Rilley nos insistió mucho para que viniéramos con ustedes.
Señala al rubio. —Este es Dylan, tocaba la guitarra eléctrica.
También saluda y sonríe. —Hola.
—Y Owen —se mueve hacia él—. Owen era la batería.
Sonríe. —Un gusto conocerlos, Rilley ha hablado mucho de todos ustedes, está orgulloso —lo mira—. ¿No es así? ¿Eres un profesor orgulloso?
El profesor Rilley rueda los ojos. —Como sea, los chicos querían conocerlos y bueno, aquí estamos.
Chase levanta la mano. — ¿Aun tocarían algo juntos? Queremos escucharlos y queremos ver al profesor como antes, eran geniales.
William ríe. — ¿Éramos? Aun lo somos.
Dylan sonríe. —No, ya no —mira hacia su ropa—. Somos ancianos.
Yo siento que estoy viendo unas celebridades. —Profe —hablo—. ¿Vamos a hacer la actividad? ¿De las preguntas?
Owen me mira. —Ah, tu eres la chica, ¿no? Rilley dijo que había una chica que se volvió fan de nosotros.
—Sí —contesto—. Soy su fan, aunque llegué tarde al club ya que ustedes no siguieron.
Dylan se señala. —Aun puedes ser fan de nosotros, yo soy fan de muchos cantantes que están muertos.
William ríe. —Inspirador, siempre fuiste así.
El profesor Rilley niega, les pide a sus antiguos compañeros que se sienten en unas sillas que colocamos al frente y lo hacen. —Van a preguntarles cosas quieren saber sobre, pues, nosotros.
—Claro —dice Dylan.
Arthur levanta la mano. — ¿Tienen canciones originales? Hemos buscado pero no encontramos nada y el profesor Rilley dice que no pero, no le creemos mucho.
Owen niega. —Si llegamos a escribir algo pero nunca lo grabamos, teníamos planes de hacerlo pero las cosas cambiaron.
Bobby levanta la mano. — ¿Por qué ya no siguieron en la música?
—Yo sí —responde el profesor.
William sonríe. — ¿Ustedes tienen como diecisiete, no? Bien, a esa edad uno cree que es invencible pero la vida pasa y a veces suceden cosas que te fuerzan a tomar un camino diferente —explica—. Pero diferente no es malo, es hacer lo necesario.
— ¿Regresarían? ¿Harían música de nuevo? —pregunta Chase.
Los cuatro se ríen, Owen responde: —No lo creo, estos dos —señala a Dylan y a William—. Están ocupados con su vida, Will tiene un hijo y Dylan quiere formar una familia.
Jason hace una mueca. —Pero, ¿era su sueño? ¿No fue difícil dejarlo atrás?
Dylan habla esta vez. —No fue difícil porque todos encontramos algo más —mira a William—. Sé que este chico ama a su hijo, deberían ver las publicaciones de cada momento de su vida y luego están ellos, con otros sueños.
El profesor Rilley dice: —Este es mi sueño, chicos, ustedes son parte de él —sonríe—. Mi amor por la música me ha hecho ayudarlos y espero haber hecho un buen trabajo.
Sonrío, sin duda él es mi profesor favorito.
— ¿Cómo lograron su fama? —pregunta Guido.
Ellos explican que las redes sociales los impulsaron y que algunos de sus videos se hicieron virales. Después los demás chicos les hicieron preguntas sobre los instrumentos y sobre su época en la secundaria.
Mientras ellos iban respondiendo me pareció interesante como las personas que están al frente fueron en algún momento, estudiantes como nosotros.
Sé que la mayoría de las preguntas son sobre la música pero a mí me gustaría saber sobre ellos. ¿Aún son buenos amigos? ¿Se arrepienten? ¿Quisieran regresar el tiempo y hacerlo diferente?
—Karlie —habla el profe—. ¿Tienes una pregunta?
Sonrío y entorno los ojos. —Tengo una —miro al profesor—, ¿Siempre fue tan gruñón? ¿El profesor Rilley?
Los tres sueltan carcajadas. —No soy gruñón, Karlie —reniega.
William lo mira. —Rilley era complicado, le gustaba mesclar los nombres y solía hacerse el misterioso.
—No es cierto —se defiende.
Dylan asiente. — ¡Es cierto! No recordaba, ¿Cómo es que llamabas a Bryn? ¿Brynston?
Asumo que Bryn es su novia o esposa.
Rueda los ojos. —Sí, Brynston —niega—. Era un buen chico.
Owen le da una palmada en la espalda. —Claro que sí, aunque todos éramos un poco dramáticos.
—Yo no —dice Dylan—. Yo era una buena persona, aun lo soy.
—Amor y paz —ríe William—. Eras el hippie.
—William era el rey del drama —señala Owen—. Amigo, casi nos mandas a la otra vida.
William se cubre el rostro. — ¡Todos están vivos! Supérenlo.
Y ríen.
Están hablando sobre situaciones que nosotros no vivimos, que nunca vamos a conocerlas y los hace ver como un grupo de adolescentes más.
Veo a los chicos, a mis amigos, y pienso en lo raro que es, como cada uno de nosotros tiene una historia y que solo conocemos una fracción de ella.
Sé que los padres de Chase murieron, sé que el padre de Arthur se fue y sé que el papá de Oscar vive en otra ciudad. Sé que Erick tuvo un momento complicado con su familia el año pasado, que Bobby sufría de acoso escolar en la escuela cuando era niño y que Jason quiere hacerse un tatuaje en la espalda.
Sé que la familia de Guido son inmigrantes de Italia, Henry quiere ser un profesor de música como el profe Rilley y que Nick puede hablar alemán. Sé que a Mason le gusta One Direction, pintar y cuida a su familia.