Luego de escasos segundos aún pensando en ese episodio, Ava se dispuso a continuar con esa vaga normalidad en la que se hallaba. Creyó que solo era un ebrio confundido por lo que no le dio tanto peso. Buscó con la mirada a su amiga, quien se encontraba bailando animadamente con un grupo de personas que desconocía. La joven Roux sonrió involuntariamente al contemplar esa escena; puesto que luego de su accidente se aisló por completo de todos y al conocer a Olivia todo se volvió más liviano. Ambas con sus historias a cuesta pero siendo un apoyo mutuo.
Mientras esperaba su turno para pedir las bebidas, revisó el móvil que hacía varios minutos no dejaba de vibrar en su bolsillo. Sintió como su buen humor se esfumaba al momento que leyó aquellos mensajes de su madre.
“No puedo creer que le cortaras a Dominic así ”
“Todos estamos de luto y tu prefieres salir como una ramera, las redes sociales también se ven aquí”
“Eres una vergüenza para la forma en la que te criamos”
Entre muchos otros que no abrió, Ava había aprendido muchas cosas de su familia, principalmente a detestar su forma de vida, cosa que, a lo largo de los años le jugo en contra. Soltó un suspiro que pareció eterno y guardo el aparato nuevamente, no sin antes apagarlo. No lograba entender como desde tanta distancia todavía tenían el poder de afectarle así. Con las cervezas ya en su poder, se aventuró entre el mar de personas, poco a poco lograba contagiarse de esa alegría sinsentido que la rodeaba.
Al llegar donde su compañera, notó que a pocos metros se encontraba aquel muchacho que se había chocado rato atrás, pero en comparación con el resto parecía no disfrutar demasiado del gentío, este solo permanecía bebiendo con la mirada un tanto perdida, a pesar de llevar la media máscara, Ava pudo reconocerlo por su disfraz que era bastante similar a que ella usaba. Cosa por lo cual, inconscientemente miró.
Olivia que llevaba varios minutos en su mundo, la atrajo para que bailara a su lado. Y fue entonces que después de años sintió que estaba divirtiéndose; en medio de la multitud, varias carcajadas resonaron incluso más fuerte que la música que los manejaba. La castaña volteo su cabeza por mero instinto dejándose llevar por esas melódicas risas que se confundían con las penumbras. Entonces, comenzaron a ver como las personas se corrían a un costado para que un muchacho vestido como el tío Sam pasara entre ellos, parado sobre zancos de un metro, el chico de cabello largo y violeta reía de una manera adorable y repartía volantes a todo aquel que estuviera cerca. Su amiga tiró de ella para hacerla a un lado. Aún sin quitarle la vista de encima, logro contemplar de forma fugaz que detrás y a sus lados lo acompañaban cuatro mujeres que se aseguraban de llamar la atención. Pocos metros delante de ella, aquel muchacho peculiar frenó de golpe y volteo para ver por sobre su hombro y fijar sus ojos en la zona donde estaban.
Giró sobre sus pasos y se agacho levemente para darles a ambas un folleto, todo sin despegar sus filosos zafiros de las dos que, sin chistar tomaron el papel. Una vez que fue así, hizo una reverencia y continuó con su camino. Ava quedó un tanto perpleja por aquello, era la segunda vez en la noche que sentía ese conexión extraña con alguien que jamás había visto antes.
Bajó su mirada hacia lo que estaba sosteniendo “Circo Staberon: Disfruta de una experiencia fuera de este mundo por las siguientes siete semanas”, frunció el ceño al leerlo, pues no tenia más información que esa, la dirección y algunos enganches sobre las atracciones.
—¡Oh por Dios! lo sabia — gritó emocionada Olivia a su lado llamando su atención — El circo Staberon es un itinerante infame que ha viajado por todo el mundo, desde pequeña he querido ir
—¿Qué tiene de especial? — inquirió sin comprender el alboroto que se desarrollaba a su alrededor, ya que, al parecer Olivia no era la única emocionada al respecto
—¿Lo dices enserio? — escupió la castaña incrédula al recibir un asentimiento, luego de eso bufó y arrastro a Ava hacia uno de los balcones cercanos — Se nota que no salías mucho ¿eh? — bromeó — A este circo lo rodean las historias más locas que puedas imaginarte, desde que su gente es la misma desde su apertura, que fue hace más de cincuenta años, a que son unos psicópatas — relató como si solo fuera un chisme más — incluso se ha hablado de asesinatos… pero nunca se supo bien, por eso mismo mis padres no me dejaban ir de niña
Ava mantenía una expresión de asombro en su rostro pero aún así se preguntaba que tanto de eso era real y cual era la parte donde la gente comenzaba a inventar cosas —Bueno todo eso suena absurdo — rio de sus propias palabras, teniendo en cuenta su historia — pero… si hacen este tipo de cosas solo para repartir folletos supongo que vale la pena ir ¿no crees?
Sabiendo cual sería la reacción de Olivia, la miró con vergüenza, puesto que la rizada había comenzado a dar pequeños saltos, pero quitando eso del panorama, sentía cierta necesidad de averiguar lo que sucedería allí; además de que, nunca había asistido a un circo, pues su amiga estaba en lo correcto, en su Francia natal, no salía demasiado y mucho menos si no era acompañada por alguien del cónclave o su hermano mismo.
Todo el mundo seguía bailando como si su energía no se acabara nunca, luego de aquella situación, la menor de los Roux se dispuso a disfrutar un poco más pero, con el pasar de los minutos, comenzó a sentirse abrumada por lo que decidió retirarse por un rato de la fiesta. Ava se estaba sentada en una de las zonas de descanso armadas en el patio, donde tenía una excelente visión de su amiga, quien parecía estar muy a gusto coqueteando con un muchacho barba y rizos dorados.
Por su parte, sabiendo que quizá lucía como una amargada allí sola, la francesa mantenía su propio disfrute degustando una gran porción de torta de chocolate que le habían ofrecido. No era para menos, estaba realmente deliciosa y ella estaba acostumbrada a convivir en soledad incluso rodeada de gente.
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Editado: 31.05.2024