Ashly Pov.
Mi día va muy mal me llegó la bendita regla y soy de las personas que se ponen muy sensibles en este tiempo puedo llorar hasta por la más mínima tontería y el no entender lo que intenta explicar el maestro de matemáticas hace que quiera llorar, en estos días hasta a mí me doy risa por mis cambios de humor tan repentinos e inexplicables.
Salgo un poco tarde por terminar de copiar unos ejercicios que estaban en la pizarra para hacer la tarea, me dirijo a mi casillero para cambiar mis cosas, pero me encuentro con una paleta se nota que la metieron por los huecos que hay en la puerta de este por la forma en la que estaba por lo que la tomo y hecho en mi mochila mientras tomo mis libros para la clase de química. Entrando al salón Amy y Cinthya estaban guardándome lugar.
—Buenos días —saludó dejando la mochila en el asiento.
— ¿Cuándo vamos a tener nuestra tarde de chicas? —cuestiona Amy poniéndose frente a nosotras.
—Cuando quieran —responde Cinthya— Aunque eso debe verse de acuerdo a Ashly, ella es la que trabaja.
La mención de mi nombre hace que levante la mirada del cuaderno. — ¿Yo qué?
— ¿Cuándo puedes salir con nosotras? —pregunta mirándome.
—Solo trabajo tres días a la semana, de ahí podemos vernos cualquier día.
—Siempre y cuando no estés con Dylan —suelta burlona Amy mientras entra la maestra.
Su comentario me saca de onda peor lo ignoro empezando a tomar nota de lo que dice la maestra mientras como la paleta que estaba en el casillero, era una paleta agridulce, aunque muy pequeña para mi gusto, pero igual estaba deliciosa.
— ¿El fin de semana? —pregunta Amy susurrando, asiento con la cabeza.
—Perfecto, después te mandamos la ubicación de donde nos vamos a juntar —responde Cinthya del otro lado.
Yo solo pensaba que al único que le agradaba era a Darcy y Simón, pero parece termine equivocándome otra vez, muy pocas veces he hablado con las chicas además pensé que ellas no me querían en su grupo de amigos, que me sentían como una intrusa o chance y si era así al inicio, pero al parecer no.
(...)
Las chicas y yo llegamos a la cafetería para guardar la mesa donde siempre nos sentamos, la maestra tenía una cita médica con su hijo por lo que salió temprano dejándonos 10 minutos libres, yo quería ir a la biblioteca que hay aquí, pero recordé que Darcy quería mostrármela por lo que tenía prohibido ir a verla yo sola. Las chicas hablaban sobre el baile de navidad lo cual me sorprende porque todavía no ha pasado Halloween por lo que se me hace raro, pero supongo que es normal.
— ¿Sabes nadar? —me pregunta Amy mientras se sienta en frente de nosotras.
—Sí, ¿por qué?
—Va a haber una fiesta con alberca y queremos que vayas.
— ¿No se supone que el anfitrión es el que invita no los invitados? —pregunto extrañada.
Al menos eso se acostumbra en México.
—El anfitrión es Simón así que ibas a ser invitada de todos modos —responde Cinthya abriendo la gelatina que pidió.
Nos centramos en comer con algunos comentarios de por medio, claro que la plática era más entre ellas que conmigo y es entendible, ¿Lo lindo de eso? Es que hacen el intento de unirme a la plática y de algún momento a otro terminamos hablando sobre mí y lo que hacía en México.
— ¿Qué es lo que más extrañas fuera de tu familia? —pregunta Cinthya recargándose en su mano.
—La comida, a pesar de que cocino cosas muy similares no sabe igual —respondo cuando escuchamos el timbre para salir al receso— Y el parque que estaba cerca de mi casa.
— ¿Por qué? —interroga Amy.
—Porque la comida es única —respondo riéndome provocando sus risas.
Vemos llegar a Simón con su bandeja y entra Darcy buscando la mesa.
— ¿De qué hablan? —pregunta Simón para después besar a su novia.
—No coman pan enfrente de los pobres —suelto desviando la mirada.
—Vas a hacer que ponga atención en mis clases de español.
—Se supone que eso debes hacer —interfiere Amy.
Simón no dice nada haciendo que nos riéramos así que se sienta al mismo tiempo que Darcy se acerca a nosotros.
—Hola —saluda sentándose a mi lado.
—Genial, solo falta el limón y estamos todos completos —mencionó.
—El limón no vino a clases —habla Simón.
—Aunque también falta Paolo —susurra Darcy a mi lado.
—Ese no sé si contarlo como parte del grupo porque también tiene sus amigos —respondo de la misma forma.
Estamos hablando entre risas además de que Simón está sacando los trapos sucios de Dylan aprovechando que no está. Darcy a mi lado está algo apurado comiendo, pero no le tomamos importancia.
—Ustedes emocionadas por el baile de navidad y yo sigo pensando que usar en Halloween —comenta Darcy.