Ashly Pov.
Y aquí estamos corriendo contra reloj cuando a Darcy y a mi nos tocan clase en los edificios de hasta abajo, pero los señoritos querían estar hasta arriba.
— ¡Cuidado! —grita demasiado tarde pues ya había chocado contra la máquina expendedora, todo por guardar mis cosas.
Él siguió corriendo y riéndose mientras yo revisaba mi nariz que no sangrara pero no llegamos muy lejos pues Darcy se estrelló en el pecho de un maestro.
— ¿Se están divirtiendo jóvenes?
Los dos nos quedamos en silencio y shock al mismo tiempo pues sabíamos que era nuestro fin, bueno no tan exagerado pero no nos íbamos a salvar de detención.
— ¿Qué hacen a fuera a esta hora?
—Venimos de comer pero no habíamos escuchado el timbre —responde Darcy de manera amable.
— ¿Y no se les olvido nada? —cuestiona el señor en un tono muy sarcástico y grosero.
—Pues no alcanzamos a comer el postre pero no pasa nada —le respondí a su sarcasmo.
—No se preocupen que yo tengo uno que les gustara.
Ya no le pude decir nada pues Darcy me dio un golpecito en el brazo para que me quedara callada y bajo la mirada de victoria del señor caminamos a la dirección dando por ganada esta pelea.
(...)
Nos sentamos afuera de la oficina del director pues iba a entrar primero para "explicar" la situación en la que nos encontró.
—No vayas a decir alguna tontería.
—No iba a decirlas aunque siento que es muy exagerado el traernos aquí.
—Yo voy a hablar en todo momento para que nos vaya bien.
—Entendido.
Sale el señor dejándonos pasar y cerrando la puerta apenas terminamos de cruzar la puerta. La oficina está decorada en colores blanco y vino con un librero en el fondo que tiene algunos trofeos de la escuela y justo en el centro está el director indicándonos que tomemos asiento para recibir el castigo.
—Me sorprende verla aquí señorita.
Volteo a ver a Darcy pues no sabía que decirle y la verdad si me intimida.
—¿Quién me explica que sucedió?
—Se nos pasó el tiempo volando y no nos dimos cuenta en qué momento dieron el toque, nos apresuramos a correr para llegar a nuestro salón pero sin querer choque con el maestro.
Nos mira analizando la respuesta que bien podría parecer una muy mala excusa que era verdad. —Ustedes escogen detención o trabajo comunitario.
—Trabajo comunitario.
—No fue grande la falta por eso se quedarán a ayudar a los de limpieza a limpiar las áreas verdes, ¿Entendido?
Ambos asentimos para salir de la oficina e irnos a la siguiente clase, el camino fue en silencio pues ambos íbamos concentrados en que íbamos a hacer al rato cuando caigo en cuenta de un pequeño detalle: Cathi.
(...)
Llegue a la siguiente clase que la comparto con Dylan pero me da miedo enfrentarlo así que en el momento en que cruzamos miradas yo corro a sentarme en una silla de cerca para no tener que hablarle y que cuando la clase termine pueda salir rápido de ahí.
Sueno de lo más cobarde y lo sé pero también sé que todo lo relacionado con la familia es lo más importante para él y el hecho de que no pueda de alguna forma ver a su hermana o procurarla siempre le va a molestar y preocupar. Tengo planeado decirle a una señora que vive cerca de ahí si es que puede recogerla por mí y ya yo pasar a su casa, el detalle es que tengo que encontrar un momento para llamarle.
Dan el toque y sin pensarlo dos segundos corro fuera del salón llamándole a la señora julia, se queda siempre platicando conmigo y me una gran confianza además de que literalmente vive enfrente de la escuela.
— ¿Diga? —contestan apenas da un tono.
—Señora Julia, quería pedirle un gran favor.
—Claro hija, lo que necesites y este a mi alcance lo hare sin dudar.
—Muchas gracias, quería ver si puede recoger a Cathi, yo después paso por ella.
—Claro, ¿sucedió algo?
—Nada grave pero voy a tardar un poco en llegar por ella.
—Bueno yo aquí la vere, no te apures y tárdate el tiempo que necesites.
—Muchas gracias.
Llegue al salón un poco más relajada pues ya tenía resuelto un problema ahora solo ha esperar la salida para enfrentar el castigo.
(…)
—Bien dicen que las mexicanitas son problemáticas.
Es lo primero que escuchamos apenas entramos al cuarto donde están los de intendencia.
—Yo no sé cómo le hizo para estar aquí, no tiene nada en la cabeza y solo causara problemas —. Detengo a Darcy pues va a discutir con ellos y realmente no tiene mucha importancia para hacer el problema más grande.
—Es que en estas fechas aceptan a cualquiera con tal de que les paguen.
Doy unos golpecitos en la puerta haciendo notarnos y ganarme sus miradas de desprecio, se levantan y toman unas cosas las cuales nos entregan y nos indican donde tenemos que limpiar.