Andres
Ya eran las 9:12 de la noche y tengo todas las manos sudadas, el nervio y la ansiedad me consume, estoy expectante por los posibles resultados de mis futuras acciones, tengo miedo, no sabes que pasa por la mente de las personas y no sabes cómo reaccionaran.
Cuando siento vibrar mi celular en mi bolsillo, es Isaac, debe llevar mucho esperando, no hay caso con él, no puede llegar tarde.
-hola Isaac, ¿qué pasa? -
-como que pasa...llevas 12 minutos de retraso y no contestas ningún mensaje, por lo menos podrías responder, su alteza...-
Reviso rápido la pantalla, claro ahí están más de 15 mensajes sin leer, lo único que irrita más a Isaac que hacerlo esperar, era que esperara sin que le contestaran los mensajes y era entendible, a quien le podría gustar estar de pie en un lugar frío mientras lo miraran las demás personas y no saber dónde están tus amigos.
-discúlpame, lo siento es que estaba absorto en mis pensamientos, es la emoción del momento, ¿tú no estás emocionado? - debía distraerlo sus enojos solo son momentáneos, después de tantos años siendo su amigo, he aprendido como lidiar con el cuándo está molesto.
-si lo estoy, pero sinceramente tengo más frío que emoción, ¿te falta mucho? -
-estoy llegando amigo, así que no te preocupes, ahí te compro un café por el retraso, supongo que anastasia no está contigo-
-no, sino para que te estaría llamando, no me gusta esperar solo y lo sabes. -
-bueno, ya llego así que espéreme mi amor- le digo de forma burlesca, lanzando le un beso, del otro lado del celular se escuchan carcajadas, se le había pasado el enojo.
-ya te dejo, no te tardes- termina diciéndome antes de cortar la llamada.
Llegue a las 9:15, Isaac me dijo que no quería un café, pero sí que le invitara un trago, y estaba de acuerdo, total esta noche tenía que ser la mejor de todas.
5 minutos después de mi llego anastasia, ahí estábamos los 3 listos para una noche inolvidable, todos estábamos con nuestra mejor vestimenta y partimos a la disco...
“Lo que ninguno de ellos sabia era de que esa noche cambiaría sus vidas y que de los tres solo uno lograría declarar sus sentimientos...”