No entiendo por qué mi madre se empeña en que conozca al duque, sabiendo la mala fama que tiene ese hombre, yo nunca podría estar con alguien como él, es tan inverosímil somos dos personas totalmente distintas, pero eso a la vieja no le importa en lo más mínimo.
Salgo de mis pensamientos cuando alguien me mueve
- Hija, como te decía el Duque es un hombre encantador, mira hay viene, pon tu mejor cara.
- Desde luego madre (mi mejor cara y un cuesco pienso)
- su excelencia, que agradable encuentro
- Lady Amelia, que placer verla, tan hermosa como siempre
Las mujeres que estaban con ellas soltaron risitas tontas, mientras lady Amelia fingía encontrarse ruborizada tras su abanico, pero a Rubí se le escapo un bufido muy impropio de una dama de su categoría, esto llamo inmediatamente la atención del duque, ya que vio que sus encantos no habían causado nada en esa pequeña dama.
- Pero que descortés de mi parte su excelencia, le presento a lady Pierce, mi hija
- Mi lady es un verdadero placer conocerla.
Rubí supo en ese instante que esas palabras tenían un significado implícito pero no quiso darle mayor importancia al asunto.
- su excelencia el placer es mío.
- Por favor mi lady puede llamarme Gideon
- Mi Lord no encuentro apropiado llamarlo por su nombre de pila, ya que no tenemos la cercanía ni confianza para ello.
Su madre en ese momento la miro de una manera que si pudiera golpearla en la cabeza lo aria, justo en ese momento le dio a su hija por ser diplomática y educada siendo que amaba romper las reglas de protocolo y conducta, por el amor de todo lo bueno era un Duque, como no se daba cuenta de eso y sacaba provecho de la situación.
Gideon
Esta mujer es real mente hermosa, me encantaría estar entre las sabanas con ella, se nota que es toda una fierecilla me encantaría poder domarla, no entiendo cómo se resiste a mis encantos ninguna mujer lo ase, ni siquiera su madre, quiero que sea mi nueva amante.
Mi lady si Ud. quisiera podríamos conocernos mejor, sería un honor poder ser su amigo.
Pero este cretino que se cree, piensa que no me doy cuenta de las intenciones que tiene con mi persona, que cree que soy una de esas mujeres lujuriosas con las que acostumbra a codearse.
- Mi lord sus palabras me alagan pero no sé si eso sea correcto, ¿Ud. que opina madre?
- Lady Amelia, Ud. ¿qué opina?
- Bueno mi lord si Ud. quiere entablar una amistad con mi hija no veo ningún inconveniente salvo que estén siempre con su carabina como corresponde.
Rubí
Mujer traidora prácticamente me entrega a las garras de ese animal, no se da cuenta que es solo quiere meterse entre mis piernas, es como un animal en celo que lo único que busca es saciarse y aumentar su ego pero eso con migo no lo conseguirá, sabrá lo que es una mujer de verdad, cree que soy tan tonta como para caer con sus palabras cursis y banales hace falta más que eso para que una mujer inteligente caiga en sus redes.
Gideon
Las madres prácticamente lanzan a mis brazos a sus hijas y estas no ponen oposición alguna creyendo que podrán casarse con migo luego de un tiempo o que serán mis queridas para siempre, pero eso nunca pasa ellas solo me sirven por un tiempo determinado, cuando veo que se van a colocar más melosas y soñadoras de que me casare con ellas o que obtendrán algún beneficio más allá de un buen orgasmo las dejo, a los hombres casados les hago un favor dejando a sus mujeres satisfechas y felices, me encanta la vida que tengo y no pienso cambiarlas hasta que sea necesario, pero eso será en unos años más, por el momento seguiré disfrutando de mi vida y gozando al máximo mi soltería. Le doy a Rubí un último vistazo antes de despedirme de todas estas mujeres.