El corazón quiere lo que quiere

Capítulo 3

"Las personas pueden pasar de personas que conoces a personas que no conoces."
 

Haley
 

No tardó en corresponderme el beso, sus labios y los míos encajaban a la perfección y había una buena sincronía. Deslicé mis manos por sus brazos hasta llegar a su cuello, él acarició mi mejilla con mesura. El beso se fue tornando más salvaje y rápido. Nos separamos por falta de aire, pero antes de hacerlo le dio una mordida a mi labio.

—¿Por qué? —preguntó, susurrando.

—¿Por qué, qué? —pregunté. No sabía a lo que se refería.

—¿Por qué haces esto? —dijo.

Sin poder evitarlo miré hacia donde se encontraba Ian, pero no estaba y tampoco Melanie. Me sentí estúpida por lo que había hecho.

Me di cuenta que Elián había hecho el mismo acto.

—Entiendo —soltó un suspiro y se pasó la mano por el cabello.

Antes de que pudiera responder se levantó y desapareció del jardín.

Me quedé sola y con un dolor de cabeza.

Simplemente, no podía controlar mis impulsos, hacía cosas y terminaba arrepentida. Ésta había sido una de esas veces.

Me levanté de la silla y salí del jardín, entré a la cocina y vi a Ashton, junto con unos hombres y mujeres, apoyado con sus antebrazos en la mesa, me miró, sonrió y negó con la cabeza.

Ashton era una persona sarcástica y poco amable, siempre quería tener la razón y no le importaba la vida de los demás.

Pasé por el lado de la mesa y estaba a punto de salir de la cocina, pero escuché una voz detrás de mí.

—¿Sabes lo malo que es que una persona juegue con los sentimientos de otra como si nada? —volteé para poder ver a Ashton —Sí, si lo sabes—dijo, me miró y no había una pizca de diversión en su rostro, realmente estaba serio—No juegues con los suyos —sentenció y volvió a la mesa.

Mi cabeza había quedado en blanco, ni siquiera había podido moverme.

Salí de mi trance debido a que Lilia se  había parado al frente de mí.

—¿Dónde estabas? Te he estado buscando para que nos vayamos —reprochó.

—Yo también quiero irme —dije, mientras me sobaba la cabeza, cada vez era más insoportable el dolor.

—Le dije a Katherine que nos recogiera, no puedo conducir en este estado.

—Uhm jum.

—¿Te sientes bien? —preguntó.

—No —solté un suspiro.

—Lo siento —tomó mi mano derecha y le dió un apretón suave —. No debí invitarte, sé que no es fácil. Sólo quería distraerte, pero no resultó bien.

—Lo sé —Le di una sonrisa —. Gracias por invitarme, aunque no creas, me siento mejor —dije, no quería que se sintiera mal.

—Te creeré —revisó su celular y texteó —. Mi hermana ya está afuera —informó.

Ella comenzó a caminar entre la gente y yo la seguí. La poca luz hizo que no pudiera ver bien, casi caía al suelo, de no ser que me agarré de los hombros de Lilia. Ella volteó y le dije que seguiéramos.

Miré a mí alrededor, y ví a Melanie bailando con Ian.

Y pasó, lo sentí por primera vez. Se habían ido para siempre. Todo pasó ante mis ojos. Fue un álbum de imágenes pasando en mi mente.

Recordé a Melanie, recordé las veces en la que me escuchaba, contándole todos mis problemas, confesándole mis sentimientos; las veces en la que creí que era la mejor persona; siempre estaba allí apoyándome, diciendo que todo estaría bien; la amé como la hermana que no tuve. Ahora lo único que me quedaba era la duda ¿Todo fue mentira?

También recordé a Ian, recordé la manera en la que me hacía sentir segura; las veces en la que me miraba, como si fuera lo más preciado; recordé todos los "te amo" salir de su boca. ¿Me había amado o siquiera en algún momento de nuestra relación?

Sólo ellos sabían la respuesta.

Y los recordé a ambos. Sentí que los dejaba, por primera vez sentí que no me merecían.

Seguí avanzando, dejándolos junto con los recuerdos.

Salimos de la casa.

—Yo también los vi —rompió el silencio Lilia.

—Ya no importa —dije —¿Dónde está el auto de Katherine? —pregunté, al no verlo.

—Ella ha venido en uber, porque no podía dejar mi auto aquí —explicó.

—Entiendo —fue lo único que dije.

Caminamos hasta donde se encontraba su auto y ví a Katherine apoyando su cuerpo en el auto. Llevaba un jean y un suéter.

Katherine era la hermana mayor de Lilia, era mayor por tres años.

—Me debes una, hermanita —fue lo primero que dijo Katherine en un tono medio molesto —Hola, ¿Haley? —me saludó. Sólo la había visto la vez en la que Lilia y yo nos encontramos en el centro comercial, por eso no estaba segura de mi nombre.

—Hola, Katherine —le di una sonrisa afable.

—Bueno, bueno —rió Lilia—. Pero como amas a tu hermana y sabes que podría tener un accidente, viniste a buscarla —volvió a reír, realmente, estaba borracha.

Lilia le dio la llave del auto y subimos a él. Lilia y yo nos sentamos atrás.

Katherine arrancó y colocó música:

Sweater weather de The Neighborhood.

Lilia se había dormido y yo estaba mirando el camino por la ventana cerrada.

Veía los edificios y la calle solitaria.

Pensaba en el beso de Elián y al ver a Ian con Melanie.

Ya no sentía esa rabia al verlos, sino tristeza, tristeza por haberlos perdido a los dos al mismo tiempo.

Volteé a ver a Lilia y seguía dormida.

Solté un suspiró.

Y sólo disfruté la música. Porque la música hace olvidarte del mundo y crear tu mundo.

Y eso fue lo que hice, olvidarme de ellos.
 

 



#31200 en Novela romántica
#7120 en Joven Adulto

En el texto hay: melancolia, amor y lagrimas, dolor

Editado: 23.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.