Advertencia
Contenido fuerte no para personas débiles, si decides continuar leyendo el capítulo dejo como tu responsabilidad lo que leas después. No me hago responsables de daños emocionales que puedan pasar.
Sin más que decir, sigan leyendo.
PD: Capitulo largo, disfrútenlo se lo mérense por esperar tanto.
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Fantasma
En algún callejón de los edificios cerca de Central Park.
Las noches son frías para mí mientras no suelto mi cigarro y observo desde la oscuridad como siguen despejado las calles por una llamada de terrorismo.
Siempre he creído que las personas que colocan las bomba deben ser personas de religión, esas personas que mantienen una creencia loca por el cual deban morir.
Yo creo que son patéticamente estúpidos, porque si vas explotar algo infestado de personas por qué haces una llama anónima advirtiendo. Eso le quita las ganas a uno de estar en primera fila para ver cómo la gente muere.
Por eso abandono ese lugar ya que va más de una semana y no veo nada de acción, en cambio yo si quiero acción. Quiero sangre, quiero oír los gritos de dolor y las personas pidiendo misericordia.
Camino sin detenerme, cruzando callejones como si ya me conociera el camino de memoria y cuando llego al gran edificio de cinco estrellas me detengo todavía con mi capucha cubriendo mi identidad.
Me recuesto en la pared que da a la puerta trasera de la cocina del hotel, pero mejor saco otro de mi cigarro y fumo cuando oigo un aullido de un gato y no puedo dejar pasar el pensamiento cuando tuve mi primera vez un gato.
Era un gato siamés, un gato precioso que le costó una sola vida.
<<Lástima que no paso de un solo día.>>
—...Puedes creer que hoy estaremos lleno por el Actor ese.—la puerta que conecta la cocina con el callejón es abierta por uno de los cocinero que sale con uno de su compañero a botar la comida.
—Ni me lo digas, esto está para reventar, ¿Ya notaste los reporteros afuera?
— Eso da miedo amigo.
—Y lo peor es que el jefe esta como loco cocinando y que todo salga bien.
Apago el cigarro con la bota de mi zapato donde me acomodo mejor la chaqueta marrón, observo como los chicos hacen su trabajo para volver a entrar de nuevo al edificio. Espero, y cinco minutos después la puerta trasera por donde salieron los chicos es abierta y una chica sale por ella apurada mientras que saca un celular que se lleva a la oreja.
—¡Tengo horas llamándote y nada que apareces, la porquería de habitación que me hospedaste! ¡Eso allá adentro es un caos de puras ese!—grita ella sin percatarse de mí, mientras camina de un lado al otro estérica arropándose más por el frío de la noche—¡Que pésimo es este hotel, yo creyendo que jamás me pasaría esto a mí! ¡A mí que soy una Actriz!
Blanqueo los ojos por lo estúpida que es, sus gritos son tan ruidosos que por eso actuó rápido sacando el pañuelo blanco con somnífero, ella me da la espalda y a mí se me hace más fácil cuando la presiono y le coloco en pañuelo entre la boca y la nariz.
Comienza una lucha pero ella cae primero, el celular que todavía tiene la llamada entrante solo miro por segundo antes de colgar pisándolo destrozándolo en el proceso antes de votarlo al contenedor de basura.
—Vamos a ver si es verdad de lo que dicen de las pelinegras, si son fuerte de verdad o solo son mitos. —murmuro viendo el cuerpo de la chica que está en el suelo.
A pesar de que salió para llamar a su representante como todas las noches para quejarse de cada hotel donde la hospeda es demasiado fácil capturarla.
Una semana, una semana observando que no le gusta llamar la atención por lo que siempre sale por la puerta trasera de la cocina del hotel. Una semana donde siempre sale a la misma hora para quejarse con su representante de que los hoteles donde siempre la hospeda son un asco, un asco que ella no le gusta pagar después que nunca le dan la Suite.
Personas como ella nunca debieron darle ningún papel en alguna película, porque personas como ella solo son lobos disfrazados de oveja en la sociedad. Son un asco de persona y nunca me he determinado a pensar quien vale la pena morir o vivir, solo sé que mi instinto siempre me llevaban a jugar con la presa.
Lo veía divertido, en mi mente siempre estaban mil formas de como disfrutarlas. Pero soy de más acción que dejar que la víctima se vuelva loca.
Una semana me basto para saber cuál próximo hotel iba a hospedar, verificar si había cámaras y planear lo que se vendría después.
Soy una persona que aunque en mi mente estuviera la oportunidad de entrar en ese hotel y matarla adentro, no me gusta. Muchas cámaras y cero diversiones.
Por eso saco las llaves de mi bolsillo y me voy directo al auto que estacione cerca fuera de la vista de todos y las cámaras, subo el cuerpo en la capota mientras que arranco saliendo del lugar.
Manejo sin detenerme hasta llegar al lugar donde quiero estar, salgo y voy hacia la parte trasera del vehículo. Solo abro la capota para observar que ella todavía sigue inconsciente hasta que los efectos pasen.
La noche sigue siendo fría y a pesar de que las olas se escuchan tan cerca no me tengo para observar si vale la pena observar la luna que ha sido mi cómplice de todos mis crímenes.
Una vez había escuchado a mi madre decir que la luna es la mejor cómplice que hay para nosotros en este mundo, y le creí porque es la única que guarda el secreto de lo que soy y lo que me convertiré.
Por eso miro el cuerpo dormido por última vez antes de planear mi plan.
Camino sin preocupación hacia la casita de playa vacía, por esta zona en las costas de las playas siempre están vacías. No hay gente que merodee o que deba preocuparme mucho, los niños ricos de papi o mami nunca vienen en estas temporadas y más si es de noche porque el frío es arrasador.