Querido Detective Miller.
Creo que ya debo dejar de comenzar nuestras cartas con algo así, siento que la única persona que escribe aquí soy yo porque no recibo respuesta.
Bueno, es lo más lógico sabiendo que recibes mis cartas en cada escena del crimen. Pero hoy es diferente, hoy lo hago más personal. Porque debo confesar que estoy obsesionada contigo desde el momento que probé tu sangre, y no puedo dormir imaginando ese sabor de nuevo en mis labios.
Quiero tener de nuevo ese sabor en mi paladar, sentir esa sangre caliente en mis dedos y mirarnos de nuevos a los ojos. Quizás no te acuerdes de mí, pero yo si de ti. Estuve desde esa noche de sangre, esa noche cuando decidiste olvidar quien eres ocultando el verdadero monstruo que hay en ti con alguien que en verdad no eres.
Si crees que te he elegido por capricho mío, está equivocado. Porque nuestras vidas están entrelazadas desde esa noche y nadie nos podrás apartar, así que elige bien las pistas que vas a seguir porque a partir de ahora las noches solo serán oscuras para mí, mientras que para ti serán sangrientas y llenas de dolor.
Disfruta de esta tranquilidad todo lo que pueda, porque como dice por ahí: Guerra avisada no mata a soldado y si lo mata es por descuidado. Sin más que decirte me despido de usted.
*Inserta una reverencia*
Su fantasma