El cuaderno mágico de Lili

Capítulo 26

Alguien había decidido que debía hacer las paces con cierto cuaderno mágico que quedó despiadadamente enterrado en una pila de zapatos viejos y mucha ropa sucia, y dentro de una caja forrada con tanta cinta de embalaje que podía darle dos vueltas a la habitación.

— ¿Ya estás lista? —escuchó la voz de Soledad que venía desde el pasillo—.

— Voy...

Agarra un afilado estilete de un cajón de su mesita de noche y lo utiliza para deshacerse de la gruesa capa de cinta. Lo mismo con el cartón.

— ¡Lili por todos los santos!

— Voy...

Agarra el inerte cuaderno, muy bien conservado dentro de su escondite, y lo mete cuidadosamente en la cartera, mientras se observa por última vez en el espejo de su guardarropa. Lleva el cabello suelto y todavía húmedo por la ducha de agua tibia, una blusa negra con escaso escote y jeans azules. Apenas se ha colocado maquillaje y se ha esmerado en elegir la fragancia correcta para el cuerpo. Entre el duchazo, el cambiarse y elegir la ropa adecuada se ha tardado cuarenta minutos, por eso la insistencia de Soledad.

Ryan también la está esperando abajo y seguramente aprovechó la oportunidad para conocer mejor a Soledad. Ambos habían simpatizado desde el primer día que se conocieron y ella estaba encantada de que tuvieran una relación seria. No se cansaba de repetir que era un buen chico. Que debía cuidarlo. Que debía marcar territorio y no dejarlo escapar nunca. Que esperaba que algún día se casaran y tuvieran muchos hijos y que...

— Lili, es la última vez que lo repito...

Liliane sacude la cabeza y deja atrás sus pensamientos. Toma la cartera de la cama y se la prende del brazo. Pone cerrojo a la puerta, corre por el pasillo, baja las escaleras de dos en dos y llega a la sala en un abrir y cerrar de ojos. Ryan y Soledad están sentados frente a frente en los sillones y él se levanta abruptamente cuando divisa su presencia.

— Creí que te habías arrepentido —replica él interrumpiendo la conversación con Soledad—.

— Solo estaba... ya sabes... cosas de mujeres.

— Claro...

Si bien antes ya lo había advertido, pero ahora Liliane lo corroboraba: ¡vaya que Ryan si tenía músculos! Aquella camiseta blanca ceñida al cuerpo y la bermuda negra lo hacían verse toda una mole. Todo un ser viviente lleno de carne y hueso. “Más carne que hueso” reflexionó para sus adentros.

— Le prometí a Soledad que te traería de vuelta antes de las seis —dijo Ryan cruzando sus dedos con los de Liliane—. Pero no creí que fueras a demorar tanto. ¿Qué hora llevamos?

— Tres y media —aclaró Soledad—.

— Rayos. Apenas y podremos instalarnos.

— No tiene que ser a las seis precisamente, ¿verdad mamá?

— Mientras más lo piensan menos tiempo les queda.

— ¡Mamá!

— Ryan, ¿lo tienes?

— Por supuesto... —contesta Ryan guiñándole un ojo—. Lo que usted ordene.

 Soledad le ofrece a su hija un cálido beso en la frente como despedida y con Ryan únicamente se aprietan la mano.

— Conduce con cuidado...

— Claro que lo hará... —replica Liliane golpeando aquel tonificado brazo izquierdo de Ryan—.

Ambos suben al Mustang despreocupados y mientras él conduce fuera del barrio, ella piensa en las últimas palabras que escuchó decirle cuando la llevó en brazos fuera del auditorio: “allá tendremos todo el tiempo del mundo para poder descargar nuestras pasiones”. ¿Allá? ¿Dónde? ¿A la orilla del río que visitaron durante la primera cita? ¿A su departamento? ¿A un motel barato cerca de la autopista? ¿Sobre el coche en medio de una carretera desolada y oscura, varios quilómetros lejos de la civilización? Sintió un cosquilleo en el estó-mago y se le erizó la piel con sólo imaginárselo. ¿Ryan la quería en serio o solo buscaba acostarse con ella? ¿Era la próxima víctima en su larga lista de caprichos carnales o el verdadero amor de su vida?

Descifrar las respuestas de pronto la hizo sentirse mareada.

Quizás eso sucedía cuando alguien te importaba demasiado.

Quizás le temía a la incertidumbre, la tristeza y la desilusión.

Quizás no merecía tanto.

Quizás lo merecía todo.

Quizás solo exageraba un poco y estaba siendo dramática.



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En el texto hay: juvenil, drama, suspenso

Editado: 04.12.2019

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