Medidas desesperadas

Kindar, ese es el apellido de Alice, eso nos lleva hacia el padre de esta jovencita, un tipo muy amable, Amadeus Kindar se encontraba en la capital imperial, Romanthe.

El señor Kindar estaba de visita en una oficina del museo esperando por un amigo suyo, miró su reloj con calma y se dirigió a la puerta bloqueandola y a mitad de su oficina en el museo apareció con un chisporroteo eléctrico un hombre con una máscara de hueso que solo dejaba ver que sus ojos eran azules del mismo color que su cabello.

- Señor Kindar - saludó el recién llegado con una reverencia apagando algo de fuego que se empezaba a iniciar en su hombros - un placer verlo en este día.

- De igual manera, es un placer verte - saludo el señor Kindar - espero que puedas ayudarme.

- Me temo que no puedo entregarle lo que me solicita - dijo el joven ojiazul y le extendió una carta al señor Amadeus - estoy seguro que entiende las implicaciones, pero eso no quiere decir que haya venido aquí solo por verlo, estas son instrucciones con fechas incluidas para que se haga con el cuadro de la hijastra de nuestra sacra alteza, la reina de la destrucción Thyrria, confío que eso cerrará nuestro trato.

- Por supuesto - dijo el señor Kindar revisando los datos de la carta para luego guardarlo en su escritorio - espere un momento, tengo su pago aquí.

Amadeus se dirigió a su caja fuerte y luego de abrirla tomó unas extrañas tablillas de acero con marcas extrañas que con cuidado envolvió y le entregó al joven.

- Son todas las que encontramos en la excavación - comentó el señor Kindar esperando que fuese suficiente - una chica estaba evaluando sus marcas y solo logró saber que eran una especie de archivos de datos.

- Una chica brillante - dijo el joven guardando las tablillas de acero que había recibido en una artefacto que cubría su antebrazo derecho y que al poner la última hizo un ruido como si se encendiera - lastima que no pueda reunirme con ella.

- No le hará nada verdad? - dijo algo espantado el señor Kindar pensando que habló de más.

- No se preocupe Amadeus - le tranquilizó su visitante - mi padre requiere que no interfiera con nada siempre que usted cumpla su parte del trato, en fin ya me tengo que retirar, saludos a su familia.

Luego de decir eso simplemente se esfumó en lo que el señor Kindar parpadea llegando incluso a pensar que había soñado todo, pero tenía la carta que volvió a leer dándose cuenta que todo en efecto había pasado y con la informacion que tenia en esa carta se fue del museo.

De vuelta en la escuela, estaban recogiendo a Ebby inconsciente mientras Alice era fotografiada y se iba lejos de las cámaras a cambiarse, de esta manera los enfrentamientos continuaron.

- Ahora, los que pelearán serán - anunciaba la maestra de lucha volviendo a revolver su mano en la caja de sorteo - Holly Morningstar y… Stella Du Noir, pasen al frente chicas.

Ambas fueron por sus armas bajo el ruido de los fans de Holly, además de tener una imagen de modelo, su tía era la directora y para rematar el paquete tenía sin saberlo un grupo que se autodenominaba “Rocío del Alba” algo similar a un culto dirigido según rumores por un alumno de grado superior incluso algunos dicen que un profesor, este grupo la protegían en las sombras de aquellos que podían dañarla… o eso le contó Flum a Rice un dia que estaban aburridos en el club hablando de rumores.

- Lástima que no pueda poner en su sitio a Rice - comentó Holly llegando frente a Stella con solo una espada mientras Stella sostenía una espada y escudo.

- Bueno supongo que esta es una buena oportunidad - le contestó Stella y alzó la voz - Directora Lightlamb, quiero desafiar a Holly por el puesto de presidenta por lo que queda del año.

Muchas voces y susurros incluso entre los periodistas ante esa declaración a lo que la directora miró a su sobrina que asintió.

- Stella - contestó la directora - supongo que entiendes lo poco ortodoxo de tu pedido, sin embargo así es como llegué a ser considerada para mi puesto así que… lo permitiré, solo si sigues las reglas.

- Armamento igual - dijo Stella dejando caer su escudo y encarando a Holly que se veía un poco emocionada.

- No te desmayes al primer golpe - dijo Holly dejando ver magia salir de sus manos infundiendo en su espada de madera dándole incluso un brillo al filo - sería muy aburrido.

- No te daré en la cara no te preocupes - le contestó Stella levantando su espada en pose defensiva.

- Listas? - dijo la maestra de lucha de nuevo con su mano en alto volviendo a lanzar su bombarda de fuego para dar inicio al combate - A pelear!!!

Holly lanzó un corte para acabar con Stella de una vez pero esta retrocedió con cuidado y dejó que su espada fuese cortada por la mitad tomando la parte cortada y compactandola en una esfera con telekinesis para endurecerla y lanzandola a la cara de Holly que la esquivo dando un pirueta en el aire, a medio movimiento vio a Stella con su camisa rota por el golpe que lanzó al inicio y a la vista con dificultad para pararse aun asi sonriendo mientras apoyando su brazo lastimado con su espada rota y su otro brazo estrellarse con ella mandandola a rodar y rebotar del suelo un apr de veces por la fuerza que habia empleado.

Incluso la directora estaba sorprendida por una táctica tan… suicida? ya que Stella había quedado con un brazo inmovilizado por dar ese golpe que sonó fuerte incluso para los chicos.

- Jaja… toma eso - dijo Stella apoyada al sobrante de su espada mientras con terquedad Holly se ponía de rodillas intentando levantarse con mucha dificultad.

- Argh…. mhm… no has ganado aún - dijo Holly con cuidado al hablar ya que parecía como que el golpes de Stella le había sacudido muy fuerte las entrañas.

- Adelante entonces - contestó Stella rompiendo la manga de su brazo lastimado y usándola como un cabestrillo improvisado luego de cortarlo y atarlo con telekinesis sorprendiendo a Holly que se había puesto de pie pero se veía tambaleante y mareada - que? mi abuelo era médico militar, esto es algo básico para ellos.