— Ella no es así. — Quiso defender Megan. — Solo es muy callada y no le gusta hablar demás. —
Todo el mundo consideraba a Anderson una compañera tosca, te decía lo necesario y no le gustaba establecer amistades. A pesar de que algunos habían intentado serlo, ni siquiera del club de Matemáticas se llevaban bien con ella. Solo tenía relaciones de compañerismo se decía aunque muchos no lo creían, pues sus notas eran las mejores, estaban casi seguros que era el juguetito de los maestros.
— No me sorprendería de la zorrita psicópata. — Rió Edward comiendo. Los demás rieron también.
— Claro que si es así. ¿Cuánto apostamos? — Se quejó Stacy. Y todos voltearon a verla divertidos. — Apostemos, ya saben para final de año, o si alguien gana antes mejor. Ella no tiene de amigo a nadie, pero se saca las mejores calificaciones, no me sorprendería que se acueste con todo el mundo. — Dijo viendo como desaparecía por otra puerta. — Es muy rara ¿Qué tal que apostamos a que ella en realidad es una zorra secreta, es una maldita? —
— Me uno a la apuesta. — Habló Brittany. — Pero que sea una cantidad grande. — Wyatt enarcó una ceja, le interesaba cualquier cosa que tuviera que ver con dinero fácil, pues no le venía mal.
— ¿Qué tal $500 cada uno? — Habló Edward y todos asintieron, Wyatt dudo un poco porque le parecía una tontería apostar por algo así. — Stacy, Brittany, y yo creemos que es una zorra enmascarada, seguramente solo aparenta ser una buena hija con sus padres y ustedes. — Apunto a Christoffer, Megan y Wyatt. — Piensan que ella no es una zorra la pequeña demonio. — Dijo riendo.
— Ah no. — Se retractó Christoffer. — Puede que si sea una Zorra. — Se disculpó en silencio con los otros dos. Megan enarcó una ceja, viendo a Wyatt, este se encogió de hombros. Conocía a Anderson desde hace bastante no personalmente, pero a veces se sorprendía a si mismo sabiendo sus horarios, entrando y saliendo de su trabajo, esforzándose más de lo necesario.
— ¿Y si nosotros ganamos qué? ¿Nos repartimos su dinero? — Pregunto Megan de brazos cruzados, viéndolos mal, le parecía una apuesta injusta.
— Claro, si nosotros ganamos nos repartiremos el dinero de ustedes cuatro. — Apunto a los otros. — Nosotros dos. Pero con una condición sin sabotajes cabrones, no quiero saber que ninguna de ustedes dos la están convirtiendo en una especie de puta barata. — Habló Wyatt, mientras Brittany bufó.
— Al menos no aparento ser lo que no soy como ella. — Dijo de mala gana. Los demás rieron y Wyatt se hizo la nota mental de apartar esos $500, que con su actual trabajo los conseguiría en unas dos semanas o tres mínimo.
💣
Miller estaba sentado en su escritorio a una distancia prudente de su alumna favorita, para evitar malos entendidos.
— ¿Qué dijiste en el hospital? —
— Que me asaltaron por llegar tarde a casa. — Miller sabía que aquello era una rotunda mentira. No le gustaba que su alumna favorita mintiera, y los del hospital no eran tontos ya había ido seguido al hospital y siempre daba excusas tontas.
— ¿Sabes que tengo que hacer cierto? — Habló Miller con voz pesada. No le gustaba lo que sucedía con Anderson y de lo cual nadie se enteraba porque ella decía que estaba bajo control.
— Darme una nota para Hablar con la Dra. Miller. Adelante, me gusta mucho hablar con ella. - Admitió sonriente. Él sonrió también, su esposa era una persona amable y Anderson también lo era por eso se llevaban bien.
— Deberías denunciar este tipo de cosas un día no podrás despertar a tiempo. — La miro mal. Y ella solo sonrió aceptando la nota.
— Este año me graduó, y luego me mudaré, sé que las cosas van a mejorar mi querido profesor, gracias por preocuparse por mi realmente lo aprecio. — Admitió con sinceridad.
Él solo sonrió a medias, mientras la veía salir en dirección de la Biblioteca.
📚
Había tenido un desayuno gratis, gracias a una enfermera que ya la conocía por ir al hospital frecuentemente. Fue hasta uno de los pasillos del final, tomó un libro de Historia de sus favoritos y lo puso como tapa, para que nadie la descubriera durmiendo.
— Psss. — Su ceño se frunció. Y levanto el rostro para encontrarse con una linda sonrisa, una chica de cabello rubio y ojos azules la saludaba, recordaba su apellido era Davies.
— ¿Ocurrió algo? — Pregunto Anderson aún adormitada. — ¿Tienes dudas sobre algún tema de alguna materia o algo así? — Pregunto Anderson dudosa y cubriendo su rostro para bostezar.
— Ah no. Solo te despertaba porque ya casi es la hora de Biología. — Anderson vio alarmada el reloj, aún faltaban diez minutos, suspiro aliviada.
— Oh Muchas gracias. De verdad. — Asintió estirándose un poco, sonriéndole agradecida y poniendo el libro en su lugar, vio como la chica la seguía de cerca. — ¿Hay algo más que quieras decirme? — Le pregunto Anderson curiosa, la chica era de su estatura, pero realmente le parecía muy cute, parecía una muñeca de porcelana.
— No, es solo que te admiro mucho. — El ceño de Anderson se frunció.
— ¿Y eso? — Pregunto curiosa, realmente no sentía ser digna de admiración.
— Si, llevas las mejores notas, y yo he notado que desde antes del año pasado eres así, y yo el año pasado casi lo dejó. — Dijo la chica con pesadez.
— Oh ¿Es por eso? Esos son solo números y papeles que no creo que sirvan mucho después. — Sonrió Anderson a medias, la chica enarco las cejas. Era totalmente raro ver a Anderson sonriendo. — ¿Quieres que te ayude en algo? — Pregunto con interés. — No soy muy buena en Matemáticas, los números son difíciles para mí pero puedo ayudarte en Historia, Literatura o cosas así, soy buena haciendo resúmenes y me ayuda a estudiar. — Dijo pasando sus manos hacía atrás.
— ¿Harías eso por mí? — Pregunto curiosa. Anderson asintió rápidamente.
— Claro, somos compañeras ¿No? Tenemos que ayudarnos. — La chica sonrió.
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Editado: 21.08.2020