Guarde mi maquillaje dispuesta a marcharme cuando él se interpuso en mi camino.
— ¿Donde crees que vas? — inquirio con una asquerosa sonrisa en sus labios.
Rode mis ojos.
—A la fiesta, estúpido ¿donde más? —ahora si podia hablarle como quisiera, ya me tenia arta.
Di pasos hacia mí.
—Siempre altanera — susurro cerca de mi, le di un empujón pero el tomo mis muñecas. — ahora si te daré lo que siempre quisisteis.
— Estas drogado o qué, tu y yo terminamos James. Desde hace tiempo que quise hacerlo — mi vos destilaba rabia.
— Sólo un poco —sonrio malicioso.
Tomo mis caderas besando ferozmente mi cuello, apretandome hacia para sentir su erección. Mi ojos se abrieron James estaba drogado y me queria violar.
— ¡Ayuda, ayuda! — Gritaba mientras James me tocaba los senos. Las ganas de llorar comenzaban.
Forcejeo contra su cuerpo mientras agarro uno de lo tacones tirándoselo en la cara. El ahoga un grito de dolor e intento correr, pero toma mi pie haciéndote caer al suelo. Mi vestido esta hecho una asquerosidad.
¡Maldita sea sólo quiero que alguien me ayude!
— Otro me han salido mas fáciles que tú — dijo mientras quitaba sus pantalones.
— Yo no soy parte de las otras imbécil — masculle.
Empezó a subir sobre mi levantando mi vestido para luego darme una bofetada, mi mejilla ardio. No podia creer que el ingenuo con quien estuve estos meses fuera un maldito psicópata.
—Dejame en paz — supliqué llorando mientras lo sentia tocando rozandi mi sexo con su erección. Cerre mis ojos asqueada.
Escuche lo pasos de alguien entrando.
—¡Ayuda!— grite. — Por favor...
— Calla — Me dio otra bofetada —Tú vete, estoy ocupado con esta zorrita.
— Sal ahora mismo o te rompo los huesos — siseo el hombre. James se puso de pie acomodando sus pantalones para enfrentarlo, yo, sin esperar mas me levante de la posición que estaba para observar.
Su piel parecia de porcelana y sus ojos verdes destacaban en él. Iba con traje negro y corbata verde haciéndolo verse atractivo, imponente y elegante. Perpleja no dejaba de verlo. James se acercó al con un golpe de fracaso en en abdomen, en cambio, el hombre con demasiada agilidad tomo su brazo torciendolo para que James se rindiera.
— Rindete o seré capaza de romperte los huesos sin compasión alguna — su voz era ronca, pero atractiva, amenzadora y cautivante. Me dio una mirada rápida, de inmediato cambio por un gesto duro.
Torcio el brazo aun más haciendo que su brazo crujiera y James soltará un grito desgarrador. Cerre mis ojos con fuerza. Me provocaba miedo...
Lo senti estar en el piso conmigo, no sabía ni en que momento me habia resbalado. Tomo mis mejillas un escalofrio recorrió mi cuerpo al sentir sus manos frías. Mi ceño se fruncio.
— Lo menos que quiero es provocarte daño o miedo... — susurro.
¿Cómo sabias que le temia?
Me ofrecio su mano para levantarme, para luego envolverme en un abrazo restaurador. El alivio me lleno por completo.
— Vamos, tenemos que ir a la fiesta.
— James estara ahi ¿no? — pregunte con miedo.
— No. — junto nuestras manos mientras caminabamos, no sabia quien era, siquiera como me habia encontrado.
Una canción suave comenzo a sonar, él me llevo hasta la pista puso mis manos en sus hombros y poso sus frias manos en mis caderas. Nos comenzamos a mover despacio, observandonos, tal vez intentando conocernos ó guardando cada una de nuestras facciones ¿esta seria la última vez que nos veriamos?
Sonrió cariñoso achinando sus ojos, que bello que es. Nego con la cabeza como si me escuchara. Arruge mi frente haciendo que el suspirara.
—Deja de pensar tanto y disfruta tu ultimo baile — apenada asenti con la cabeza desviando la mirada intentando encontrar a mis amigas, pero ni rastro.
La pieza termino y mi escrutinio hacia él también. Me sentía cansada sin mencionar que mis ánimos no estuviran del todo bien.
— Bueno... Me tengo que ir.
— Te acompaño — ofreció. Seria bueno, pero estoy demasiado avergonzada.
— Mi... Abuela me vendrá a traer — reí nerviosa — no te preocupes.
Hice un gesto sin importancia con la mano, obvio estaba mintiendo.
— Estas mintiendo — aseguró. Suspire pesadamente.
— Si, pero no te quiero causar mas molestias.
Desprendió su saco tendiendolo en mis hombros, luego tomo mi mano dirigiéndonos a la salida. Un auto deportivo esta fuera, presionó un boton de un aparato que saco de su pantalón haciendo que automáticamente se abrieran las puertas.
— Wao — salió de mi boca sin poder evitarlo. Ambos entramos, haciendo que arrancará el motor con fuerza.
Salimos del estacionamiento mientras veia como tomaba la interestatal que llevaba a mi casa.
— No te he dicho la dirección — dije mientras bostezaba.
— Si lo hicistes — su vista seguia de frente a la carretera.