El lindo extraño estaba en la cocina de Henry con un delantal que dice “El mejor papá del mundo” y con la tacita de Bruce en sus manos batiendo lo que parece ser una papilla.
—¿Elliot? —. Masculle Henry a mi espalda luego de aclarar su garganta.
¿Elliot? ¡Se llama Elliot el lindo extraño!
Elliot se da vuelta casi que de inmediato al escuchar la voz de Henry llamarlo para detener su castaña mirada puesta en las mías con asombro. No pude evitar esbozar una pequeña sonrisa al verlo sorprendido de volver a verme.
—Te dije que vendría mi novia a conocerte.
Elliot sale de su ensoñación para volver en si y dejar sus cosas de lado para venir a mi e intentar fingir que no me conoce.
—Soy Elliot, un gusto. —. Extiende su mano aún sin despegar su mirada de la mía.
—Yo Valeria, lo mismo digo. —. Al juntar la piel de nuestras manos siento una extraña corriente eléctrica traspasar nuestras pieles sin llegar a ser tan molestosa y al elevar mi mirada a la suya veo chispas volar alrededor de él como si de una serie romántica tratase esto.
—¿Le has hecho almuerzo a Bruce? —. Henry se interpone entre nosotros rompiendo la conexión de nuestras manos para ver qué le han preparado a su hijo.
—Eh si. Él mismo me dijo que quería mi famosa papilla de calabaza. —. Elliot estaba tenso y un poco incómodo por lo que terminó apartándose de mi lado para cargar entre sus brazos a Bruce.
Yo voy a una de las butacas de la isla para ver desde mi posición a un lindo extraño moverse con tanta confianza en la cocina de mi novio mientras carga a su hijo en brazos como si fuera de él.
Sentía mi corazón latir con mucha rapidez cada que miraba a Elliot sonreírle con ternura al dulce niño que tiene en brazos.
—Iré por mi laptop a mi habitación, vuelvo en breve. —. Besa mi frente bajo la atenta mirada de Elliot antes de desaparecer.
—¡Es tu novio! —. Me acusa el lindo extraño cuando Henry desaparece por las escaleras.
—Si. ¿No lo mencioné ayer cuando nos conocimos?
Elliot me miró con sus ojos castaños achinados.
—Me mentiste. Dijiste que tú novio no te comprende es mentira, Henry me dijo que su relación es una de las más estables aún cuando él ya salió de la universidad y tú sigues en ella.
—Evidentemente te mintió para que creas que somos perfectos pero la cruda realidad es que soy la última opción en su larga lista de quehaceres.
Y bajo de la butaca cuando siento las lágrimas querer bajar.
—Valeria…
Elliot aparece a mi lado ya cuando dejó a Bruce en su corral jugando.
—Sea lo que te haya contado Henry créele, después de todo lo conoces más a él que a mí.
El lindo extraño cuando estaba por decir algo fue interrumpido por la voz de Henry hablarle mientras bajaba de las escaleras. Antes de alejarse de mi me susurra un: hablamos luego. Y va de lado de Henry a ver qué quiere.
¡Lo he vuelto a ver!
Esbocé una sonrisa cuando ya ambos hombres han desaparecido de mi campo visual.
Matilde no me creerá cuando le cuente todo lo que me ha pasado en dos días.
Me detuve bajo el umbral de la puerta que va en dirección a la cocina viendo a Henry y luego a Elliot. Henry estaba como siempre en su trabajo mientras que Elliot continúa en la preparación de la comida de Bruce.
Siento más calidez en el pecho cuando veo al dueño de las avellanas castañas que cuando veo al portador de la vegetación en sus ojos.
—¿Y en dónde se conocieron Elliot y tú, mi amor?
Estábamos en el comedor de la casa de Henry comiendo de la comida que mi novio mandó a traer desde un restaurante en la ciudad.
—En el antiguo vecindario de nuestros padres. Elliot vivía a mi lado prácticamente y una tarde cuando salí a jugar con mi bicicleta lo conocí, desde entonces hemos estado juntos en esta amistad. Más que mi amigo es como un hermano. ¿No, Elliot?
—Si. Lo recuerdo. —. Elliot evita a como de lugar la mirada de Henry y no se porqué.
Bruce ya no nos acompaña puesto que se ha quedado dormido en su corral mientras esperábamos la cena.
—¿Y ustedes cómo se conocieron? —. Nos pregunta Elliot de regreso tratando de no ser tan tajante con ambos.
—En un festival de verano…
—… él apareció en mi camino por arte del destino con Bruce y su mascota de aquel entonces. Siendo tan lindo como siempre. —. Continué por Henry quien de inmediato me dirigió una sonrisa de esas que logran derretirme.
—Valeria fue la única que en ese entonces se fijó en mi, independientemente de haberme convertido en padre.
—Es raro que se te haya complicado tanto tener pareja con lo casanova que eres. —. Elliot se ríe y Henry igual, de seguro recordando los viejos tiempos.
—Es dato es que nadie quería hacer del papel de madrastra. Oh bueno cuando Valeria apareció y aceptó.
Y solo hasta hace dos días atrás había creído que fue la mejor de las mejores cosas que pudo pasarme.
Elliot dirige su castaña mirada a mi sin despegarla y me hizo sentir extraña, muy extraña.
Y Henry solo se dedicaba en hablar para no caer en el silencio que tanto le incomoda.
Henry luego de un rato avisó que subiría a recostar a Bruce en su habitación y que volvería pronto para continuar con la plática.
—Creo que puedo creerte. —. Me susurra cerca del oído cuando estamos saliendo al jardín trasero.
—¿Crees?
—Soy un analista compulsivo y vi como Henry trataba de hablar cada rato solo para evitar el silencio que se crea luego de tu hablar.
—Oh es bueno que lo notes así no quedó como una mentirosa. —. ¿Por qué lo tienen que notar todos y no quién deseo que lo haga?
—Valeria…—. Me sujeta del antebrazo impidiendo que siga.
—¿Por qué cuando nos conocimos no me dijiste que eras amigo de Henry o tu nombre?
Elliot respiró profundo antes de responder:
—¿Y por qué habría de hacerlo? En ese momento eras una linda pero carismática desconocida a la que solo le daría un aventón a su casa. No creí que te volvería a ver o que serías la novia de mi mejor amigo.
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Editado: 09.11.2024