Cara bajó por la escalera de caracol y se dirigió al salón en busca de Logan. Estaba nerviosa por la fiesta; esperaba tener buen aspecto y que el modelito que dejaba al descubierto su cintura, aprobado por Logan, le sentará bien a su figura.
Aún no se le notaba la tripa, pero Cara se sentía embarazada gracias al aumento de peso que había experimentado, a juzgar por sus curvas extras, tanto por arriba como por abajo. Y también, por supuesto, a juzgar por la expresión de Logan la primera vez que se puso aquel conjunto para enseñárselo. Una expresión que demostraba que le agradaban los pocos - bueno, más que pocos - kilos que había cogido.
Pero, ¿dónde estaba? La había dejado a solas para que se vistiera, y ahora Cara estaba ansiosa por comenzar la velada. La fiesta iba a tener lugar en la hermosa extensión de césped del jardín, que había sido decorado con coloridos doseles tipo gazebo iluminados con hileras de diminutas luces blancas y otros efectos luminosos entre los árboles.
Todas las diferentes secciones, como el escenario, el bar y la zona de juegos donde se iban a llevar a cabo unas competiciones, habían sido cuidadosamente organizadas. Hacía una tarde estival, pero también se habían instalado braseros por si refrescaba al anochecer.
Todo era perfecto, sobre todo las mesas para la cena y el DJ que no dejaba de hacer sonar mezclas de todo tipo. A pesar de estar tan nerviosa, Cara estaba deseando que empezara la velada.
Pero primero tenía que encontrar a Logan, y el salón le pareció un buen lugar para empezar al oír un ruido procedente de allí. Se encaminó hacia la fuente del sonido y se detuvo, sorprendida.
El salón estaba lleno de hombres. Logan y otros cuatro hombres tomaban algo mientras conversaban y reían. El exótico sonido de sus marcados acentos irlandeses recibió a Cara, pero aquello no fue la única sorpresa.
Todos ellos estaban buenísimos. Aparte de Logan, Cara jamás había visto a unos hombres más apuestos.
Eran todos altos y musculosos, muy parecidos a Logan, que seguía destacando con su especial clase de atractivo.
¿Quién lo hubiera pensado? Cara se detuvo con los ojos desorbitados en el centro de la estancia, y los hombres se dieron cuenta de su presencia.
-¡Vaya! Hola, belleza. Tú debes ser Cara- espetó el más cercano a ella. Tenía una barba roja, tatuajes en el cuello, ojos azules, y una cálida sonrisa. -Yo soy Egan.
Oh, Dios mío.
Los siguientes momentos fueron una confusa mezcla de presentaciones. Cara por fin conocía a los tres primos de Logan y a un amigo
- fue un poco abrumador. Logan le podía haber advertido de que eran súper atractivos. Parecían de la edad de Logan, o un poco mayores. Todos tenían características similares: misteriosos, melancólicos y definitivamente intimidantes, pero se comportaban de forma amable, y la hicieron sentirse muy cómoda.
Cara se alegró cuando Logan se acercó a ella; se estaba sintiendo un poco fuera de lugar, y agradeció su proximidad. Contestó con una sonrisa a las preguntas de aquellos hombres sobre su procedencia e intereses. No le preguntaron nada más personal, y no mencionaron el bebé ni la subrogación.
Parecían contentos de estar juntos, y también de tener a Cara allí con ellos. Por la forma en que la miraba y la tocaba, debían haber notado que había algo entre Logan y Cara. Cara se preguntó qué pensarían de todo aquello.
Antes de incorporarse a la fiesta, a la que empezaban a llegar los invitados, los hombres bromearon entre ellos y hasta le contaron a Cara anécdotas de juventud. Por la forma en que actuaban, se podría pensar que aceptaban a Cara como la mujer de Logan. Pero no era así. Sólo era su vientre de alquiler, con quien también se acostaba. ¿Le convertía aquello en su amante?
Los cuatro hombres salieron del salón para sumarse a la fiesta. Logan detuvo a Cara colocando una mano en su muñeca y atrayéndola hacia él, con la mirada fija en su rostro.
-Les caes bien- dijo.
Cara suspiró aliviada, consciente de que necesitaba confirmación.
-¿Acaso importa?- preguntó, sosteniendo la mirada de Logan. La fastuosa fiesta, presentarla a su familia ¿qué significaba todo aquello?
-Por supuesto que sí. No eres una extraña, Cara.
Cara se controló para no soltar un desatinado entonces, ¿qué somos?. Apenas estaba en el primer trimestre de embarazo y no quería que Logan empezara a cuestionar sus motivos, o que sintiera rechazo por esperar más de lo que debiera.
-Me alegra oírte decir eso. Y a mi también me caen bien. Me ha encantado escuchar vuestras historias. ¿De verdad tienen un negocio online de productos frescos de granja?
Logan rió ante su asombrada expresión.
-Correcto. Tiene mucho éxito en el Reino Unido, y están pensando en expandirlo a los EE.UU. Y, sí, el tercero de mis primos, Connor, se convirtió en unos de los mejores fiscales del país tras renunciar a la vida en las calles.
Cara sacudió la cabeza con asombro. -Es genial. E inspirador. ¿Cuántas personas pueden decir que han dado el valiente paso de concederse una segunda oportunidad?
-Tú lo has hecho- dijo Logan, tomándola por la barbilla.-Dejaste a tu abusivo novio y te aventuraste en lo desconocido con la certeza de que te merecías algo mejor. Es más que encomiable, porque muy pocas mujeres tendrían el valor de hacerlo.
-Gracias- susurró Cara. -Es lo más bonito que me has dicho.
Logan sonrió. Su bello rostro, y la forma en que su esmoquin se ajustaba a su musculoso cuerpo como una segunda piel, le provocaban cosas.
La tomó de la mano y ella sintió la calidez de su tacto.
-Tengo algo para ti- le dijo él. Empezó a sacar algo del bolsillo, y el primer pensamiento de Cara fue que Logan le iba a dar un anillo. ¿Qué? Su corazón se detuvo un instante, para después comenzar a latir con temor y expectación.
¿Podría haber sucedido algo mágico y aquello se iba a convertir después de todo en un romance? ¿Le
diría Logan que se había enamorado perdidamente de ella y que la quería como mujer y no sólo como máquina de hacer bebés?
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Editado: 30.09.2021