Al entrar al gimnasio lo primero que hice fue caminar hasta el saco de boxeo, Emma sigue sentada en el suelo y a su lado está Daniel quien se coloca el protector solar para vampiros nuevamente para asegurarse de no quemarse, ¿ese era su algo importante que hacer? ¡Las ventanas están completamente cerradas por el! A veces Daniel puede ser muy inseguro. Los ojos de mi amiga me siguen en el recorrido que hice hasta llegar a al saco para luego estamparle un golpe con el puño cerrado seguido de una fuerte patada intentando no llorar.
Celeste seca el sudor de su rostro con una toalla mientras que Xavier se limita a estar a su lado en silencio, mi acto llamó la atención de ambos quienes se mostraron confundidos. Celeste le hizo un gesto a Xavier y este negó con la cabeza, se quejó mentalmente, lo supuse por la mirada que le había dado al pelirrojo quien puso los ojos en blanco y comenzó a caminar hasta mí.
La castaña buscó algo con la mirada, recorrió el gimnasio detenidamente y luego le prestó suma atención a los pasos de Xavier, mientras tomaba agua de una botella. Sus ojos se volvieron a posar sobre mí, distante y pensativa Celeste se dignó al fin a dejar el gimnasio cargando su bolso donde guarda las cosas que usará para entrenar.
Xavier llego a mi lado y suspiró, sus ojos azules se mostraron igual de distantes que los de Celestes, fue inevitable no cerrar mi mano en forma de puño con fuerza, ambos se comportan raros, me asusta y me molesta pensar que ellos dos están intimidando a mis espaldas, me encantaría saber que esconden pero sé que evitaran mi pregunta. Lo que no saben es que los he estado siguiendo más de una vez, los he estado viendo a escondidas mientras se dirigían al mismo salón de siempre a hablar.
—¿Qué sucede? —preguntó el pelirrojo, su expresión es de completa seriedad y desinterés.
Algo en mi interior se siente herida, algo en mi interior teme a perder por completo su interés.
—¿Qué es lo que te sucede a ti, Xavier? ¿Es que acaso te estas divirtiendo tanto con Celeste por las noches que te olvidaste de mí? —arquea una ceja y ladea la cabeza buscando alguna excusa tonta que darme, rasca su nuca nervioso e incapaz de posar sus ojos sobre los míos.
—No, nunca me olvidaría de ti solo... Celeste y yo tenemos cosas que hablar.
—¿Y qué es lo que tanto "deben hablar" a la mitad de la noche? —hice comillas invisibles con los dedos y me cruce de brazos sin intenciones de detener la conversación.
Xavier suspira, sus ojos se encuentran con los míos, me piden disculpas por no poder darme los motivos de sus encuentros nocturnos con Celeste, niego y frunzo el ceño exigiendo una respuesta, necesito saber qué es lo que tango ocultan esos dos, necesito saber todo antes de tomar mi propio camino en esta guerra y mandarlos a paseo tanto a los cazadores como a los vampiros, sin mí, después de todo, están en desventaja ya que Alex no se atreverá a luchar contra nuestra madre.
—Después de la muerte de la primera pura, ella he estado reencarnando por un siclo irrompible de veinte años en el linaje Némésie, el tuyo. Los niños que ella poseía no sobrevivían al despertar, morían con apenas cumplir once años, vivían una vida llena de enfermedades y sufrimiento, nunca se ha dado un caso como el tuyo. —hizo una pausa y desvió su mirada al suelo, muerdo mi mejilla interior y paso el peso de mi cuerpo a mi pierna izquierda. —Creímos que eso había parado, que ella se había ido a otro clan no obstante nunca fue confirmado por los sabios, hasta el día en el cual tú naciste.
Lo contemplo perpleja intentando asimilar sus palabras, ¿Qué es lo que quiere decirme con esto Xavier? ¿Acaso quiere desviar el tema de conversación? Bufo molesta y ladeo la cabeza confundida, o sea que realmente la primera pura está cumpliendo con sus palabras de reencarnar pero no lo logra por completo ya que esos niños mueren al no soportarla.
—¿Esto qué tiene que ver con Celeste? —arrugo la nariz confundida y molesta por no ir directo al punto de la conversación —¿La primera pura está reencarnando y matando a los niños?
—Estamos preocupados por ti, no queremos que ella te destruya por dentro como lo ha hecho con esos niños. Ella no ha reencarnado aun, se está preparando para reencarnar consumiendo la energía vital de los niños que usa como contenedor hasta matarlos, creemos que tú eres la última antes de su renacer.— Xavier ladea la cabeza y posa sus ojos azules sobre los míos, el pequeño destello rojizo se hizo presente mostrando sus más sinceros sentimientos hacia mí, mostrándose preocupado y atento.—Queremos averiguar todo lo que se sepa sobre ella, por ende nos reunimos por las noches para investigar, no obstante también queremos averiguar sobre los hijos de humanos y vampiros pero por desgracia casi no hay información.
Trago saliva nerviosa e intento no mirar a Xavier sin asimilar aun lo que acaba de decir. Todo este tiempo he estado pensando que ambos se veían a escondidas con la intención de que algo más pasara, planeando algo a mis espaldas y buscando la manera de perjudicarme, manipularme nuevamente como al comienzo hacían, inhalo una bocanada de aire y desvió mi mirada a la puerta del gimnasio donde mi hermano apareció acomodando la corbata de la escuela.
—Yo...—aclaro mi garganta y alzo la barbilla mirando al pelirrojo—No lo sabía Xavier, ¿Realmente mi vida corre peligro? Digo... la persona a la que yo veo...
—Como ya te hemos dicho, Lilith está despertando, reencarnará pero antes de hacerlo tiene que venir a por ti, cada vez que tú la miras, que la sigues, que le hablas e incluso la tienes cerca es una excusa más para poder robar tu energía vital.
—¡No lo entiendo! Entonces si soy un simple contenedor de Lilith, ¿Por qué no me dejan despertar como una vampira normal? ¿Por qué Amadora y los otros sabios lo prohibieron? ¿Qué es lo que está pasando por sus mentes, Xavier?