Capitulo 9

11:09pm ya todos en casa estaban dormidos así que Adele se ha dispuesto a leer los diarios. Se sentó frente a la ventana de su habitación y allí abrió uno.

Empezó a leer detenidamente. Todo lo que había allí era bastante interesante, a lo que se estaban por enfrentar era poderoso, estaba algo asustada, pero de igual forma no le importaba.

Cerró el diario y miró a Matthew quien la observaba desde la ventana de su casa, se quedó mirándolo mientras que pensaba en que por más que le molestara que el la quisiese matar aquella vez, no podía negar que era un hombre que le causaba bastante intriga, no lo conocía bien aún, pero lo poco que había compartido con él la ha dejado deseosa de saber más. Quería conocer más sobre el misterio que envolvía a Mathew, quería saber todo de él.

—¿Qué piensas?—se escuchó la voz de Matthew hablar en la habitación, Adele pego un pequeño salto en la silla al instante que se daba vuelta para verlo sentado en la cama.

—Nada importante. —hizo una pausa para buscar una escusa válida. —solo pienso en lo que se aproxima. —dijo esto mientras que le mostraba el diario que tenía en las mano.

Matthew se quedó analizándola por un momento y luego habló.

—No me mientas.

Adele se paralizo por unos segundos, ahora mismo no pasaba absolutamente nada por su cabeza.

—¿Y?—Volvió a insistir mientras que se sentaba en la cama.

—Si desde un principio sabías que debías matarme, ¿por que esperaste hasta ahora para hacerlo?

Esto fue lo único que se le ocurrió preguntar.

Aquella pregunta no fue para nada del agrado de Matthew, pues recordó todo lo que paso el día de su nacimiento.

Todo fue como un libro abierto delante de sus ojos. La vio crecer y no solo eso, sino que la vio crecer junto él, desde ese entonces sintió la obligación de protegerla.

Matthew frunció el ceño ante tal recuerdo y se quedó mirándola confuso, ahora mismos estaba experimentando cosas de las cuales tenía miedo.

—No lo sé, prefiero no hablar de eso.—se puso en pie y empezó a caminar hacia la puerta, Adele rápidamente se puso en pie y dijo:

—Espera.

Él se dio la vuelta y la miró detenidamente esperando a que dijera algo.

—Quiero saber más de ti. —dijo soltando lo que hace tiempo quería decir.

—¿Qué quieres saber?—Preguntó él, en parte temiendo por la respuesta.

—Todo.

Él la miró confundido y luego dijo:

—Créeme, si te contara todo de mí no querrás verme jamás en tu vida.

—Quisiste matarme, y aún sigo aquí.

Estas palabras afectaron a Matthew como nunca pensó que lo seria. Recordó lo que le dijo Sandra una vez "No podrás ser así toda tu vida, algún día te enamoraras y no lo podrás evitar." No podía permitir que esto pasara.

—No me interesa que me conozcas. —dijo esto bastante frio, Adele por su parte se sentía bastante inútil, pues por primera vez en su vida estaba intentando romper los esquemas, pero él no se lo permitía.

—¿Por qué viniste entonces?—preguntó esta y se quedó esperando respuesta. Matthew huyo de allí dejándola completamente sola con un montón de duda en su cabeza.

Ella pensó que Matthew se había ido, pero en realidad no fue así, este se encontraba observándola desde la ventana mientras que ella daba vueltas en la cama y pensaba.

"¿Por qué si sabia que debía matarme no lo hizo antes?"

Con esta pregunta rondando en su cabeza calló en un profundo sueño.

Matthew decidió volver a casa, para luego de media hora volver a la habitación de Adele quien se encontraba dormida.

No sabía que rayos le estaba pasando, pero esta niña de alguna forma u otra le estaba cambiando, todo el tiempo que duró junto a ella, mientras la veía crecer parecía estar teniendo efecto justo ahora. Se sento en su cabecera y empezó a pasear su mano por el rostro de ella con cuidado de no despertarla, apartó unos cuantos mechones que se encontraban en su rostro.

La miraba detenidamente, parecía tan frágil, lo menos que quería era hacerle daño.

Entre sueños Adele podía sentir sus carisias, pero no estaba conciente de quien era. Subio su mano y acaricio la de Matthew haciendo que la mano de él tomara su rostro por completo.

Se acercó a ella y depósito un beso en su frente, esta empezó a abrir los ojos y Matthew se esfumó rápidamente del lugar.

Adele se sentó en la cama mientras que recorría la habitación con la mirada, pensó que todo pudo haber sido parte de un sueño y volvió a dormir.

Luego de un rato Matthew decidió entrar nuevamente a la habitación, esta vez se acostó junto a ella y la acogió en sus brazos, Adele se dio vuelta y Matthew se tensó un poco con miedo a que despertara y lo encontrase allí, pero ella no despertó, simplemente se apegó más a él y puso su cabeza en su pecho.