El despertar de los guardianes.

Capítulo 13. Ágata

Capítulo 13.

Ágata.

 

Gema.

Convertir a Adrián en el novio de Alexandra claramente no es de mis mejores planes. Veámoslo desde dos contiendas. La primera, que Jesús se dé cuenta que Alexandra no está sola y, por lo tanto, terminará alejándose de ella que, analizándolo desde el punto de vista de él, es poco factible. La segunda, que el hecho de tener a Adrián pegado y siendo su novio, despierte en él un sentimiento de competitividad y decida luchar por ella.

Si decide luchar por ella, mi plan se ira directo a la mierda.

No puedo dejarme guiar solo por mi instinto. Después de todo la mente del ser humano no se puede predecir tan fácilmente, somos creaciones muy complejas y diferentes una de otra. 

- ¿Araseb? – Un escalofrió me recorre por toda la espalda. Ese maldito nombre me da tantas ganas de salir huyendo apenas lo escucho, me deja hasta de importar si me veo como una cobarde.

- Si. – Interrumpo a todos antes que esto se alargue aún más. – Esa es otra historia mañana te contaremos, ve con Alexandra a la habitación de la biblioteca, ahí nos reuniremos para aclarar todas tus dudas. – El asiente con su cabeza repetidas veces, se gira hacia Alexandra y Paula.

- Hasta luego Sra. Paula, gracias por recibirme de nuevo. – Sin poder evitarlo blanqueo los ojos. Solo a este pedazo de ser humano se le ocurre tener todas estas formalidades aun cuando hace unos minutos se enteró que cerca de nosotras puede morir en cualquier momento por una de las tantas criaturas horribles que nos atacan.

- Aquí me puedes llamar por mi nombre, después de todo conoces la verdad. – Le dice Paula, si claro, lo que no quiere es que le llamen señora, como si no la conociera, es mi hermana en secreto después de todo.

- No, jamás podría hacer eso, siento que sería irrespetuoso de mi parte. – La cara de mi hermanita se desfigura en un intento por formar una sonrisa. Querida Paula, para este chico eres y serás una señora el resto de tu vida.

Adrián gira su cuerpo un poco para encontrarse con Alexandra. Se quedan mirando a los ojos durante un largo tiempo, ambos sonriendo como el par de idiotas que son. Es imposible que no se den cuenta de lo evidente y son el uno y dos de la escuela, esto no podría ser más típico.

- Te veo mañana… novia. – Dice intentando parecer burlón y resalto el “intentando” porque la realidad es que el luce más avergonzado que Alexa.

- Adiós. – Contesta Alexa sonriendo tiernamente y reaccionando de igual manera al color que luce su amigo. Blanqueo los ojos por segunda vez en un minuto, como no se dan cuenta de los sentimientos del otro.

Tal vez sea que aún no están preparados para darse cuenta, uno de ellos sabe que es lo que siente, pero el otro aún está perdido por la imagen de un pasado que la confunde e impide darse cuenta de lo que tiene delante.

Quién lo diría yo analizando la vida amorosa de los demás, mientras que la mía carece de amor.

- Si, si, si, que bueno son novios, vámonos Adrián, mañana la sigues admirando. – Interrumpo sus miradas perdidas en las del otro. Además, aún tengo que hablar con Adrián, el también implica un peligro en esta misión, sin embargo, sé que si le depositamos nuestra confianza puede controlar todo lo que sus impulsos le piden hacer.

- Claro, vámonos. – Contesta Adrián avergonzado una vez más, este chico pasa la mayor parte del tiempo avergonzado ¿Quién lo diría? Con su apariencia parece mas uno de esos chicos que disfrutan torturar mujeres y romper sus débiles y sensibles corazones, las apariencias siempre terminan engañándote, por eso no juzgo a las personas hasta conocerlas un poco más de lo que demuestran en el exterior.

- Los acompañare. – Se ofrece Alexandra una vez calmó el calor de su rostro.

Salimos de la puerta que da al jardín de la casa, siempre he pensado que este jardín es el mejor trabajo de mi hermana, no es que se dedique a esto, solo le gusta diseñar jardines para que se vean lindos. Sin duda este jardín es su mejor diseño. Tiene un camino que se extiende de la puerta de interior a la exterior, conformado por paralelogramos de color guinda en dos filas a lo ancho, y estos a su vez rodeados por un verde y acolchonado césped, del lado izquierdo posiciono una fuente donde las aves pueden beber agua y así mismo acicalarse. Del lado derecho se encuentran todo tipo de flores, y entre todas ellas resalta una flor blanca, una rosa que florea solitaria entre las demás. Finalmente, en la extensión del jardín hay algunos árboles esparcidos simulando un bosque con árboles silvestres y algunos frutales.

Incluso me recuerda al bosque de las hadas, donde habitan esas repulsivas mujer insecto, cantando lo felices que son y haciendo sonidos irritantes cuando vuelan de un lado a otro.

Una vez que llegamos a la enorme puerta de la entrada, ellos se despidieron una vez más haciéndome blanquear los ojos por tercera vez, literalmente termine jalando a Adrián para que se alejara de Alexandra un poco, no sé cómo Alexandra puede soportar a las personas de esa manera, yo en cambio y muy diferente a ella hablo con ellos un máximo de 5 minutos y ya no sé qué decir, así que decido irme sin decir más.




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