El Despertar Z

CAPÍTULO 10: LA HORDA

Teníamos a Matt cara a cara con inmensas ganas de darle un tiro en la mitad de las cejas. Sus hombres levantaron sus armas al igual que Julian y yo.

—No tolero que mis visitantes se vallan sin despedirse, eso es de mala educación señores —Dijo con un tono muy sarcástico.

Matt sacó de su chaqueta de cuero, en un pequeño bolsillo, un radio el cual iba a alertar a sus hombres para que vinieran hacia nosotros. Julian de inmediato ejecutó un disparo que atravesó su mano derecha dejando caer la radio, al mismo que un sonido de numerosos gritos muy cercanos se escuchó. Los hombres voltearon su mirada al origen del siniestro escándalo con cierto temor. No nos dispararon, eso era lo más extraño... El ruido los había impactado de cierta manera; el sonido ponía los pelos de punta y el instinto de supervivencia se activaba.

—¡DISPAREN A ESOS IDIOTAS, INÚTILES! —Gritaba Matt en el suelo.

Los hombres al parecer no lo habían escuchado y estaban estupefactos. Por su expresión corporal nunca habían percibido ese sonido tan siniestro y el miedo los empezaba a inundar. Matt seguía en el suelo agarrando su mano herida con lágrimas de dolor. Los hombres sin pensarlo se fueron corriendo dejándonos solos con Matt.

Mariana aprovechó la oportunidad y le dio una fuerte patada en la nariz y después de eso lo tomó del cuello de una manera muy brusca y le dijo:

—Vienes con nosotros animal.

Rachel nos alertó de que veía a los integrantes de los cuervos rojos correr muy rápido hacia nuestra posición como si estuviesen huyendo de algo. Julian requisó rápidamente a Matt sacándole una pistola 9mm la cual no estaba cargada. Era hora de irnos así que yo me encargué de llevar a Matt mientras los demás buscaban un lugar donde escondernos y hacerle unas cuantas preguntas.

Tomamos dirección hacia un pequeño callejón para que los cuervos rojos no nos vieran.

Nos escondimos en un carro un poco destrozado con la pintura roja muy deteriorada. Rachel con su cuchillo encuelló a Matt amenazándole:

—Gritas y te mato.

Los matones pasaban de largo, del carro salía un olor muy fuerte a carne podrida. Ese olor pasaba por nuestras fosas nasales y sentíamos casi el "sabor" desagradable. Íbamos a vomitar así no lo quisiéramos. Nos levantamos de allí y nos alejamos un poco. El olor simplemente era insoportable. La mano de Matt se tornaba negra y las venas se empezaban a ponerse gruesas y negras también. El virus al parecer estaba haciendo efecto en la herida.

En aquel callejón decidimos interrogarlo aprovechando que ya todos sus hombres estaban muy alejados.

—¿Quién carajos son ustedes? - Preguntó Julian.

—No es de tu incumbencia zopenco.

—¿Ah no? Vamos a ver.

Mariana tomó su cuchillo y lo puso en la pierna de Matt presionando lentamente.

—Dije que quien coño son ustedes.

—Púdranse todos.

Mariana presionaba más fuerte y el cuchillo entraba en la pierna de Matt. La sangre salía y para que el dolor fuera más intenso lo movía en forma circular... Matt solo fruncía el ceño de dolor.

—Para que quieren saber eso si no les va a servir de nada. Sólo obtenemos lo que queremos a nuestro modo —Contestó con gotas de sudor bajando sobre sus mejillas.

—¿Matando gente inocente que aún queda viva?, ¿Comiendo carne humana? están mal de la cabeza —Dije mientras le golpeé fuertemente el estómago.

—¿Saben qué? ¡Váyanse todos ustedes a la mierda!

—El que se va a ir a la mierda aquí eres tú si sigues contestando así. No te hagas el rudo porque te puede costar caro —Recalqué con el rostro rojo debido a la ira.

—Yo contesto como se me dé la gana —Respondió.

Yo... al escuchar esto mi furia pasó sus límites y empecé a golpear a Matt sin piedad recordando todo lo que nos había hecho, lo que le iba a hacer a Mariana y a Rachel y lo que le hizo a aquellas personas apagadas y al tipo que suplicaba por su vida que lastimosamente no se pudo hacer nada para rescatarlo. Ese tipo me daba asco y lo quería moler a golpes. Seguía golpeándolo sin descanso hasta que Rachel me tomó por la espalda y me separó de Matt con mucha dificultad.

—Cálmate William... por Dios... lo necesitamos vivo —Dijo mirándome fijamente a los ojos.

Salía sangre por la torcida y sucia Nariz de Matt, se le notaban 3 moretones y al parecer estaba aturdido o noqueado.

—Bien hecho, pero creo que te pasaste un poco —Replicó Julian.

Mis manos estaban rojas, pero pude liberar mucho estrés y rabia.

Al rato Matt volvió en sí y amenazó:

—Me las vas a pagar.

—Quiero ver eso —Respondí.

El callejón se empezaba a llenar de un olor a muerto y carne podrida como en aquel auto pero esta vez era más fuerte. Nos tapamos la boca y procuramos movernos de ahí hasta que unos débiles gemidos atravesaban nuestros oídos.

—Hay que salir de aquí —Sugirió Mariana.

Julian tomó a Matt del cuello y lo levantó.



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En el texto hay: armas disparos explosiones peleas muertes heridos

Editado: 25.03.2018

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