Toby vivía con una familia de clase media el cual se componía de un hombre llamado Carlos que trabaja como camionero surtiendo tiendas, una mujer de nombre María que era ama de casa y un pequeño niño de cuatro años que le habían puesto de nombre Luis.
Anteriormente le llamaban al perro "Mike", lo adoptaron cuando lo vieron cachorro deambulando por las calles de la ciudad casi desnutrido y totalmente desamparado. Lo rescataron y en poco tiempo el perro le tenía cariño a la familia e hizo parte de ella.
La familia no quiso ponerle una placa en el cuello ya que hacía mucho ruido y el pequeño niño lo podría lastimar ya que ellos dos jugaban mucho.
Pasó el tiempo... como unos 3 años y ya todo el barrio amaba al pequeño amigo peludo. Jugaba con los niños, a veces traía el periódico a su propia casa y en algunos casos a los hogares vecinos, era amistoso con otros animales y jugaba con ellos... Simplemente era muy simpático y tierno.
En una noche fría Toby (o Mike en ese momento) dormía en la sala en una casita de madera que Carlos le había construido con mucho aprecio, sintió unos pasos inusuales en la casa cuando ya era muy tarde y se levantó creyendo que María o Carlos estaban en la cocina o caminando por ahí. Al caminar unos cuantos metros vio a un hombre totalmente desconocido vestido de negro abriendo cajones y tomando pertenencias de aquella familia; Un ladrón había entrado por una ventana que estaba mal cerrada. Toby ladró con mucha fuerza despertando a Carlos y a su esposa.
—¡Mike, Silencio! —Gritó.
Sin esperar más tiempo Toby mordió al ladrón en el antebrazo provocando un grito de dolor a su vez que Carlos enseguida notó que alguien estaba en la casa y Toby los estaba alertando. Se puso su pantalón a toda prisa y del armario sacó un bate de baseball (Beisbol para que algunos entiendan) y salió de su habitación, tomó dirección a la sala y allí encontró a Toby mordiendo al ladrón. Carlos se llenó de furia y golpeó al intruso en la cabeza y después en la nuca. Apartó a Toby y lo abrazó dándole las gracias por el heroico trabajo. Llamaron a la policía y se lo llevaron, el ladrón estaba un poco débil y sangraba por la cabeza.
El barrio enseguida se dio cuenta al día siguiente y a partir de ese día todos confiaban plenamente en Toby. Un cachorro callejero se había convertido con el tiempo en un personaje casi público en dicho barrio.
Una semana antes de que el apocalipsis iniciara...
Carlos estaba sin trabajo ya hace un buen tiempo y María había muerto por un paro cardiaco 3 días atrás. Luis tenía 7 años y vivía con sus abuelos... Lo único que le quedaba era su perro, su fiel amigo esponjoso que siempre estaba ahí acompañándolo. Entró en una depresión muy fuerte así que decidió tomar las pertenencias de Toby y se dirigió a una de las casas vecinas para regalar a Toby, algo tenía en mente y al parecer no era nada bueno.
Una anciana de 73 años abrió la puerta apoyándose en su bastón de madera y observó a Carlos de pies a cabeza y notó que salían lágrimas de sus ojos.
—¿Que te pasó? —Dijo la anciana preocupada.
—No preguntes... Solo quiero saber si cuidarás bien a Mike... ¡Júramelo! —Dijo Carlos en profundo llanto.
—Bueno... Esto es muy repentino pero no me caería mal un poco de compañía... Te lo juro, pero te veo triste... Pasa y tomamos una taza de café y hablamos, algo raro está pasando.
—Creo que no se va a poder —Dijo tomando suspiros —Tengo que hacer unos trabajos.
Dicho esto se marchó dejando la casita del perro y entró a su casa. En su mente pasaba la palabra "suicidio"... Estaba desempleado, su esposa estaba muerta y su hijo estaba viviendo en otro lugar. La vida ya no tenía sentido para él. Tomó una soga y armó una horca, la colgó sobre un pedazo de viga que sobresalía en el techo y sin decir ni una última palabra se ahorcó. Movía sus pies en el aire desesperadamente hasta que dejaron de moverse.
Toby por otro lado estaba llorando porque estaba en una casa desconocida, se paraba en la puerta y la arañaba con sus patas delanteras. La simpática anciana lo veía con un poco de lástima y le acarició el cuerpo. Dos días más tarde Toby se hallaba un poco tranquilo y la anciana escuchó desde su cuarto un pequeño alboroto al lado de su casa. Se asomó por la ventana y vio dos autos de policía y uno de criminalística forense. Salió con Toby y se acercó a la pequeña multitud; uno de los policías le advirtió que no podía pasar, el perro al ver su antiguo hogar corrió a toda prisa y entro a la casa. Vio a su amo colgado de una soga gruesa y sin vida. Las personas que estaban adentro haciendo el "levantamiento" vieron al perro y se quedaron viéndolo. Toby empezó a aullar y generó un poco de tristeza en las personas que se encontraban allí. Sacaron al perro a la calle y preguntaron por el responsable del perro. La anciana levantó su bastón y uno de los policías se dirigió hacia ella preguntándole.