Una vez abajo, debía seguir por un estrecho sendero de piedra caliza, el cual conducía hacia la plaza Marger, desde allí tenía que partir rumbo a mi casa, a unas dos o tres cuadras. Mire mi reloj, eran pasadas las 19:30 pm pero el sol ya estaba a punto de ocultarse detrás del horizonte, por lo que decidí apurarme en llegar a mi objetivo.
Me percaté de que mi camino cruzaba muy cerca de antiguo cementerio apodado “Leviatán” lo que me llamo la atención, sin embargo no le hice mucho caso y proseguí a dirigirme hacia la plaza. De pronto, unos extraños ruidos me paralizaron y me introdujeron unas terribles sensaciones de pavor y ansiedad acompañados por una curiosidad en lo más profundo de mi ser. Giré mi cabeza hacia un lado y pude divisar a la distancia dentro del mismo unas cuantas personas con túnicas y capuchas de colores grises y que parecían estar realizando algo inquietante, por lo que decidí acercarme un poco más para ver y escuchar mejor. La puerta estaba entre abierta, por lo que se me hizo bastante fácil escabullirme.