9. Cosas inesperadas

Sus corazones latían al compás. El beso era suave y lento. Ambos disfrutando de la cercanía del otro. Las manos de Dorian bajaron hasta su cintura pegándola más a él, no pudo evitar morder sus labios. Eran suaves con un ligero sabor a fresa y su aroma a rosas... lo estaban volviendo loco. Era perfecta.

Se detuvieron por un momento por la falta de oxígeno. Trago saliva con el corazón acelerado bajando la mirada de nuevo a sus botones bastante nerviosa. Ese beso... ese beso había sido el mejor que había dado en toda su vida. Maldijo a la falta de oxígeno, si no hubiera sido por eso ahora estuviera a un saboreando esos dulces labios con sabor a canela.

Se mantuvo quieta con las manos en su pecho sin saber que hacer o que decir hasta que él puso una mano debajo de su barbilla mirándola. «Madre mía de los pecadores, que mirada...»

No sabía si él quería decir algo, pero si era así ya lo sabría después. Puso ambas manos en sus mejillas acercándolo a ella, esta vez besándolo no de la misma manera que la primera vez, de manera suave y gentil, no, este beso era desenfrenado y acalorado.

Ambos cayeron al mueble, él entre sus piernas sus manos viajando por debajo del vestido, pero se detuvo escuchando los pasos de su amigo acercarse a ellos. Lo maldijo mentalmente por interrumpir justamente en estos momentos.

En el caso de Moon, estaba tan distraída que ni siquiera escucho que alguien se acercaba por lo que cuando antes de que se rompiera aquel beso sin querer le mordió el labio inferior a Dorian dejándole una marca. Se quedó en blanco cuando lo vio alejarse de ella de inmediato con una mano en la boca acercándose a la chimenea contó todo el cabello cayendo por su frente.

Jared se detuvo frente a ellos mirando a ambos por un momento. Al instante comprendió lo que había pasado ahí minutos antes de que apareciera. Hasta el mismo se maldijo por haber interrumpido aquel glorioso momento entre su amigo y su amada. Siempre tenía que cagarla.

—Lamentó interrumpir, en serio. Pero necesitan volver ahora, algo paso...—dice mirando de reojo a su amigo quien miraba fijamente el fuego con los labios en una fina línea entrando sus manos a los bolsillos.

— ¿Qué sucedió?—preguntó Moon poniéndose de pie pasándosele la pequeña calentura recapacitando que el estupidolfo que tenía parado frente a ella no debería de pasar nada entre ellos y menos algo como eso...

«¿A quién engañas estúpida?, tú solo quieres que te haga suya ahí mismo...»

—Tú hermana, Audrey. Resulto ser la Soulmate de Zack... ¿No es genial?—contesta dejándola sorprendía. De inmediato salió corriendo hacia el jardín.

«Por andar de puta olvidas a tu familia fácilmente».

Dorian giro la cabeza viendo a su amigo con fuertes ganas de querer arrancarle la cabeza. Lo vio levantar la mano en rendición.

—Perdón, de haberlo sabido ni cruzo por aquí... —dice retrocediendo—pensé que se estarían matando... pero vaya manera de matarse...—susurra divertido bajando la mirada a los labios de su amigo viendo el pequeño corte que tenía.

Rodó los ojos pasando por su lado. Se echó a reír siguiendo a su amigo.

Al llegar se encontró a su hermana en el suelo desmayada en los brazos de Zack.

— ¿Es cierto?—pregunta mirando a sus hermanos y los ve asentir— Pero... ¿Cómo?—pregunta mirando como Zack se paraba del suelo con su hermana en brazos.

—Resultó ser especial para el Ancestral y la eligió como la Soulmate del—contesta Allison.

— ¿Eso acaso es posible?—pregunta confundida—creí que solo funcionaba con los lobos...

—Se han visto pocos casos como estos... Pero si es posible—respondió Lexer.

—Madre mía...— murmura mirando a Audrey que empezaba a despertar.

—Hablando de eso... ¿Cómo se lo tomará mamá la noticia?—pregunta Ashley.

—Uh...— responden sus hermanos mirando con mucha lástima a Zack.

— ¿Qué?—pregunta asustado viéndolos.

—Un mm... —responden mirando hacia otro lado inclinando la cabeza un poco al mismo tiempo sabiendo que no le gustara para nada esta noticia.

Era una niña a pesar de tener diecisiete, le sería difícil entregarla.

—Estoy muerto, ¿cierto?... —dice asintiendo.

—Correcto—responden sonriendo abiertamente viéndolo.

—En pocas palabras... Fue un gusto conocerte— le dice Jared.

— ¿Qué pasó...?—la voz de Audrey capto la atención de todos girando sus cabezas hacia ella viéndola en los brazos del difunto Zack.

Se rio mentalmente. Eso será un drama de novela cuando su madre sepa que a su pequeña y adorable niña tendrá que entregarla a un lobo...

Audrey mira a sus hermanos y a los otros confundida, luego gira la cabeza lentamente encontrándose con el rostro de Zack — ¡AAA! —Grita asustada— ¡Bájame! ¡Bájame! —exclama moviendo los pies mirando al suelo.

Al hacerlo fue a esconderse detrás de su hermano procesando todo con el corazón latiéndole frenéticamente.

—... ¿Es cierto?—pregunta poniendo sus pequeñas manos en la espalda de su hermano sacando la cabeza mirándolo. Él asiente tomando una postura seria, ya la conmoción le había pasado.

Encontró al fin a su Soulmate y ahora tenía que hacerse cargo... pero joder, ¿tenía que ser una humana?, ¿los dioses le estaban castigando por aborrecer a los humanos?, si era así, vaya manera de hacerlo...

Bajo la mirada al suelo volviendo a esconder su rostro respirando profundamente.

— Bueno ya que todo el drama pasó... ¿Por qué no hablamos de lo que está pasando?—Habla Jared sentándose en uno de los bancos que estaban ahí cerca de las farolas que iluminaban todo el jardín—después de todo, para eso era la reunión...

—Y presentarnos ante la princesa... — agrega Lexer tomando asiento al lado de él al igual que Zack.

Jack, Allison y Audrey se sientan en el banco que estaba al lado de ellos.

Abby, Ashley, Michael y Hanzel en frente y finalmente Dorian en el único que quedaba vacío. Alzo la vista viendo a Moon parada al lado de Jared con las manos juntas mirando fijamente el suelo. Escucho su corazón latir muy rápido y su respiración muy forzada, su pequeño y diminuto cuerpo daba ligeros temblores.