Se mantuvo quieta en el sillón fingiendo que leía el libro en sus manos ignorando por completo a la esfera dorada que levitaba encima de ella tratando de llamar su atención.
Si era para ayudar aquel druida grosero no lo haría, ya había hecho suficiente. No permitiría que la siguiera tratando mal cuando solo quería ayudar sacrificando casi su vida.
Sonrió un poco cuando la esfera dorada desapareció. Bajo el libro cerrándolo soltando un resoplido poniéndose de pie, y al hacerlo fue arrastrada violentamente hacia un portal sin darle tiempo de reaccionar.
Miro la pared gris que se encontraba en frente de ella muy asustada. Aquella cosa lo había hecho de nuevo. Miro a su alrededor. Parecía ser un túnel bastante estrecho con una puerta al final que llevaba a no sabe dónde, se giró al ver la parte trasera de un cuadro con unas pequeñas rendijas por donde salía una luz amarilla.
Se subió por el pequeño muro que estaba debajo de aquella pintura y miro por la rendija. Lo primero que visualizo fue una oficina dándose cuenta después que era la antigua oficina del señor Smith. Todo parecía estar igual que antes, no hubo ninguna remodelación, suponía que el idiota de Liam todavía no tenía tiempo para esas cosas dado que ahora era el nuevo rey.
Se preguntaba qué haría ahora para proteger a los ciudadanos de la guerra con los humanos. Si él había ayudado a que ellos destruyeran parte del reino para culpar al señor Smith para conseguir el trono, como le haría ahora para detenerlos.
De seguro contaba con un buen trato para eso y evitar que estos dejaran de destruir el reino y verse como un buen rey ante el pueblo.
Sus preguntas fueron respondidas al ver al traidor de Liam entrar a la oficina acompañado del señor Feith.
Se sorprendió que ese humano estuviera allí en el castillo como si nada, ¿Qué carajos había pasado?
Si ellos estaban allí a solas era porque hablarían de algo importante por lo que saco su teléfono poniéndolo en la rendija empezando a grabar todo para tener evidencias.
—Mi coronación oficial será este viernes—habla Liam sentándose en el sillón que era del señor Smith subiendo los pies en su escritorio mirando con una sonrisa divertida al general Feith quien se sentaba frente a él bastante complacido por lo que había escuchado.
—Entonces ya podemos empezar con las excavaciones, ¿No?—pregunta—, ya que eres el rey yo tendré mi oro de acuerdo al plan—dice mostrando sus dientes chuecos y amarillentos.
Liam asintió—pueden empezar mañana a primera hora—contesta—ya mis hombres están listos para la tarea.
—Es un alivio escuchar eso—dice el general—me gusta que todo vaya de acuerdo a lo planeado. Si tan solo aquel rey anterior no hubiera sido tan estúpido al enfrentarse a mí aún seguiría manteniendo su linda corona en su cabeza…
Liam se rio divertido—y, ¿Qué decir? Lexer era obstinado e ingenuo, y poco capacitado para el trabajo, por eso termino muerto al igual que toda su familia que no veía la gran alianza que habría con su familia mi, querido general.
Este asintió complacido—en efecto—contesto—tras décadas mi familia trato de llegar a un mutuo acuerdo con el clan Smith, pero estos eran obstinados y orgullosos creyendo que podían con nosotros…—dice cruzando las piernas—tan fácil que pudieron ser las cosas, tomábamos un poco de su oro y ellos obtendrían legalmente las tierras del norte que les fue arrebata en la época medieval por aquellos humanos. Era sencillo.
Liam se encogió de hombros—estaban destinados a fracasar desde el principio—contesta.
Ambos hombres se ríen divertidamente para posteriormente ponerse de pie.
—Si ya todo está listo para mañana me retiraré—dice el general dándole la mano a Liam—nos veremos mañana temprano.
—Lo acompañaré a la salida—dice siguiéndolo.
Dejo de grabar guardando su teléfono. Necesitaba un poco más de evidencia sobre aquel trato. Si entraba a la oficina y rebuscaba entre la pila de papeles que había allí sin duda alcanzaría a dar con algo más.
Pero, el problema ahora era que, ¿Cómo salía de aquel túnel para llegar a la oficina?, debía de haber alguna manera.
Miro toda la parte trasera en busca de algo que le diera la señal de salir de allí. Al no haber ninguna pateo con fuerza el cuadro tres veces sacándolo de la pared cayendo al suelo.
Miro hacia abajo. Por suerte no estaba tan alto, pero si sería un poco complicado de bajar y subir. Al bajar camino hacia el escritorio empezando a revisar entre los papeles algo de información hasta que dio con el contrato que tanto hablaban el general y Liam.
Lo doblo guardándolo entre sus senos. Al darse la vuelta para volver de nuevo al túnel la puerta se abrió dejando ver a Liam y al general.
Por un instante los tres cruzaron miradas sorprendidas. Ashley reacciono corriendo de nuevo al túnel, Liam corrió hacia ella logrando atraparla por el tobillo derecho.
—De aquí no te irás pequeña sabandija—dijo jalándola con fuerza hacia afuera del túnel.
Chillo dándole una patada en la cabeza con su otro pie libre logrando zafarse por un segundo de su agarre entrando de nuevo al túnel empezando a correr por la puerta que había visto antes.
Rogaba que esta estuviera abierta si no seria historia. Agradeció a los dioses que si estaba abierta, apareció en unos escalones que ascendían. De inmediato empezó a subir de en dos escuchando las voces de Liam y el general detrás de ella maldecir.
Salió por un pasillo por donde transitaban sirvientes del castillo. Se hizo paso entre ellos quienes la miraban sorprendidos, ¿Qué hacía una humana en el castillo siendo perseguida por el rey y…? ¿Qué hacía el general Feith allí?
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Editado: 18.07.2022