- Como he dicho todo empezó cuando abrí las puertas del cielo – susurra Caliane -. Fui en busca de la ciudad plateada para volver a tener el poder necesario para traer de vuelta a Asmodeo.
- ¿Todo empezó cuando nos has traído aquí? – quiere saber Raffe.
- Sí, pero cuando Trono os trajo de vuelta dijisteis que habías ido al pasado – contesta la diosa.
- Así es, por eso mismo nos ha sorprendido un poco el ver que no sois los de este tiempo – añade Trono.
- Bueno, pues después de mandaros al pasado busqué la forma de ir al cielo, y la encontré, al final di con la puerta trasera que Metatrón hizo, pero no fue una gran idea – Caliane suspira -. No debí ir al cielo, ya que al estar las puertas cerradas el control que Gabriel tenía sobre mí era mínimo, pero al llegar a la ciudad plateada todo volvió como la primera vez y también fue cuando Nadiel salió de su encierro.
- ¿Nadiel? – pregunta Raffe confuso, pues nunca había oído ese nombre.
- ¿Nadiel sigue con vida? – pregunta As -. Lo creía muerto.
- No pude matar a mi hermano – contesta Trono y ahí es cuando Raffe se queda con la boca abierta.
- Bueno, con Nadiel suelto todo se volvió un desastre, pues con el gran poder que tenía y siendo manejada por mi propio hijo conseguimos abrir las puertas del cielo y después de eso me encerraron en la misma jaula que Nadiel había estado encerrado. Estuve ahí mucho tiempo sin poder hacer nada, pero pude descubrir varias cosas.
- Nadiel bajó a la Tierra, pero por desgracia no me di cuenta – susurra Trono -. Estaba empeñado en traeros de vuelta, tanto que bajé la guardia y fue demasiado tarde. Cuando os traje del pasado Phoebe seguía sin recordar nada así que se alejó de vosotros por algo que ocurrió y nunca me dijeron – eso hace que As y Raffe se mirasen por un segundo -. Después de eso Phoebe se alejó de todos, incluso de sus nuevos amigos de Portland.
- Como ha dicho – sigue Caliane mirando a su marido -, Nadiel estaba en la Tierra, ya que se quería vengar de su hermano y supo esconderse muy bien. Yo seguía encerrada, pero después de un tiempo logré salir.
- En ese tiempo mi hermano consiguió acercarse a Phoebe – los dos chicos miran a Trono -. No sé cómo lo consiguió, pero fue un gran error por mi parte. Phoebe empezó a confiar en él, hasta tal punto que se fue con él al cielo.
- Yo vi todo lo que sucedió, pero al principio quise creer que Phoebe estaba engañando a Nadiel – susurra Caliane con la cabeza baja -. Pero no fue así. Pude ver como ella y Nadiel se unían, como la ceremonia de Joseph y Mia. Cuando conseguí escapar fui directa a contarle todo a Trono. Entonces ocurrió lo inesperado.
Trono y Caliane se miran por un segundo, ya que lo que venía ahora era demasiado doloroso, pues tras saber que Phoebe estaba con Nadiel, los caídos se dirigieron al cielo, con la convicción de rescatar a Phoebe de las garras de Nadiel, pero ocurrió una masacre.
Cuando los caídos llegaron al cielo se encontraron con todos los ángeles muertos, y en medio de toda la masacre se encontraba Phoebe. A los caídos les costó un poco reconocerla, pues la chica estaba cubierta de sangre, de pies a cabeza. El primero que se acercó fue Lucifer, pero Phoebe atacó y comenzó otra pelea, en la que la chica salió victoriosa. Acabó con todos los caídos, todos menos Asmodeo. A él lo dejó para el final, pero justo cuando quiso dar el golpe final alguien detuvo el filo de su espada. Se trataba de Raffe. No pudo quedarse de brazos cruzados y fue al cielo, al igual que toda la manada con la ayuda de Caliane y Trono.
Todos lucharon contra Phoebe, pero la chica no tenía piedad, pues quien se acercaba a ella acababa muerto, y eso incluyó a sus padres. Los únicos que quedaban en pie fueron Isabelle, Caliane, Trono, Asmodeo y Raffe. Trono y Caliane se habían alejado para sanar las heridas de la ángel, pues la chica no estaba en buen estado, así que los únicos que estaban enfrentando a Phoebe eran su hermano y Asmodeo.
Por raro que pareciera, Phoebe no podía matar a Raffe, y eso la tenía furiosa, pues no soportaba saber que no podía cortar todos sus vínculos con los lobos, pero con Asmodeo no tenía problema, así que fue a por él. Consiguió cogerlo con la guardia baja y de una sola estocada le cortó las alas al caído.
Raffe no podía creer lo que veía, pero no tardó en atacar. Fue una ardua lucha, pero al final Caliane y Trono decidieron que era hora de retirarse, pues ellos cinco no estaban en su mejor estado.
- Fue en esa pelea donde conseguiste esa cicatriz – dice Trono cuando terminan de contar la pelea que masacró a los caídos y a la manada -. Desde entonces nos hemos escondido aquí, pero no hemos desistido en luchar contra Phoebe.
- Así que... ¿pretendo matar a mi hermana? – susurra Raffe, pues le era imposible pensar en eso. Tampoco podía creer que su hermana hubiera acabado con los ángeles, los caídos y con la manada. No podía ni imaginar a su hermana asesinando a sus padres. Phoebe los amaba mucho, hasta tal punto que cuando tenían una discusión entre ellos, era su hermana la que hacía todo lo que podía para que sus padres se reconciliaran.
- Phoebe se ha vuelto malvada – dice Caliane sin apartar la vista de su hijo. Asmodeo estaba con la cabeza gacha, pues toda la historia le había impactado mucho -. Al unirse a Nadiel, toda la maldad de este fue traspasada a ella. No hay forma de salvarla.
- Fueron ustedes los que llegasteis a esa conclusión – Trono se levanta y empieza a caminar de un lado a otro con semblante pensativo -. Pero ahora las cosas han cambiado, así que es posible que todo esto se solucione.
- ¿Cómo? – pregunta Raffe desesperado.
- Ahora Phoebe está en su cuerpo de este tiempo, y como pasa con vosotros, es ella quien lo controla – aclara Trono.
- Y se acuerda de vosotros – añade Caliane -, dado que en este cuerpo mi hechizo no está.