El destino tu y yo

Capitulo 29

4 años después

 

-Adam vamos que mamá ha este paso llegará tarde a la oficina.- Le digo a mi pequeño niño de pelo rubio y ojos claros.

-Nu quero ir, yo quero jugar a los rum rum.- Dice con su palabrería de bebe.

-Mi amor, puedes jugar en la guarde con Estela y Víctor a los cochecitos.- Lo cojo en brazos para poder ir más rápido.

-Si mami, con miz amigos.- Me río por su forma de hablarme con amor.

 

Entró por las puertas del gran edificio y Ana salió del mostrador para saludar a mi pequeño.

 

-Pero yo cada dia te veo más grande hombrecito.- Empieza a darle besos por toda la cara.

-Sip, voy a zer un superhéroe.- Dice mi niño contentísimo.

-Para proteger a tu mama.

-Sip- Me abraza por el cuello.

-Ana voy a dejar a Adam con Lucia en la guarderia ahora nos vemos.- Me despido con una sonrisa.

 

Me introduzco por un pasillo lateral para llegar a la guardería que mis jefes hicieron en la empresa. Estamos en pleno Julio y los colegios no están abiertos, es una ayuda para la gente de la oficina que podamos dejar a los niños aquí y no tengamos a nadie cercano a nosotros en Madrid.

 

-Buenos días Lucia.- Le digo abriendo la puerta de la sala.- Te vengo a dejar a Adam, luego para comer te lo recojo y después te lo vuelvo a dejar.

-Creo que me dijo Carolina que teníais una cena de empresa con unas personas que vienen de fuera.- Me confirma Lucia convencida.

-Yo no voy, prefiero comer con Adam. Mande a Matias que fuera por mi, debe empezar a desarrollarse empresarialmente y de fiesta en fiesta no lo va hacer.- Le digo resoplando.

-Entre nosotras, Matías es un idiota.- Después de tener dos citas con él le bastó.

-Me lo dices o me lo cuentas.- Me agacho para hablar con Adam- Cariño portate bien con Lucia, mama luego vendrá a recogerte para irnos a comer ¿Si?

-Vale mami.- Me dice cogido de la mano de Lucia.

 

Se despide de mí con la mano mientras me marcho por la misma puerta que entré. Subo por los ascensores a la última planta donde se encuentra mi despacho en la dirección, estoy pensando en lo que dijo Lucia. Matias no a cambiado ni un poquito, sigue siendo un idiota, pensaba que en los meses que no estuvimos juntos maduro lo suficiente para aprender de sus errores, pero me lleve la brillante sorpresa de que no fue asi. Empezó una relación con Yolanda, aquella que supuestamente era mi mejor amiga, pero vamos no es que digamos que la relación ha ido muy bien. Yolanda buscaba dinero, pero los cuernos por parte de los dos no tardaron en llegar.

Los padres de este no aceptaban a Yolanda como nuera y al enterarse que volvía a la empresa a trabajar, me echo las culpas a mi. Al principio empecé a pasar de ella, hasta que uno de los días apareció de la nada en mi despacho montando un pollo que ni el cristo y destrozando mi despacho. Me lleve tal disgusto que la saque de los pelos de la empresa, todo el mundo me miró, pero nadie vino a defenderla, ellos sabían que tipo de calaña era ella, al fin de cuentas había trabajado aquí.

Cuando Lucia entró en la empresa, Matias se le tiró encima como león intentando conquistarla, yo no dije nada, era mejor estar callada que meter cizaña, incluso el vino a decirme que no contara nada, me quedara calladita que es lo mejor que hacía. Una de esas tardes que Lucia acababa su turno salió de la oficina y que es lo que se encontró a este patan y a está idiota pegándose el lote, ella lo mando a tomar fresco y ahora si hace falta le escupiría en la cara por rencor.

 

-Buenos días jefa.- Me dice mi secretaria personal.

-Buenos días Patricia, ¿está todo en mi mesa?

-Si jefa su café con leche y la agenda están listas para hoy.

-Gracias eres un cielo.- Le sonrió.

 

Entro a mi despacho, dejo mi bolso y maletín en la percha que está alado de mi mesa. Enciendo todo el equipo y me pongo a trabajar concentrada en lo que debo hacer. Me concentro en mi trabajo, videoconferencias, llamadas de trabajo, revisiones de contratos y albaranes. Mi cabeza está apunto de explotar, a veces creo que hago el doble de trabajo que Matias, ya que ni el suyo propio sabe hacerlo bien.

Pasan las horas y el rey de roma aparece por la puerta de mi desacho con cara de enfado, ahora que leches le pasa a este idiota.

 

-¡¿Por qué tengo que ir yo a esa maldita comida de negocios?!- Me dice casi gritando y yo resoplo.

-Vamos a ver, te lo voy a volver a explicar, porque por lo visto todas las neuronas que tenías en la cabeza se te han bajado donde yo me se.- Lo miro casi cabreada.- Tu debes en un futuro heredar esta maldita empresa, tus padres no quieren que se vaya a la quiebra y vinieron a mi, tu ex novia a la que le pusiste los cuernos más grande que un toro que te enderezará. Te estoy obligando a que vayas a esa maldita comida porque es tu maldita obligación como hijo de tus padres, interesarte por el negocio y sus socios o futuros socios como es en este caso. Primero tu te iras a comer con ellas, allanará el camino y yo les daré el golpe de gracia donde firmaran el contrato. ¿Te quedo claro o te hago un croquis?-Lo miro cabreada.

-Jade me podrias hacer el favor de ir tu, yo no se como hacerlo.- Dice con carita de pollo antes de ir al matadero.

-No, suspende tus malditas citas y ocupate de lo que debes hacer.- Me estoy enfadando por minutos.

-¿Y es que tú tienes algo más importante que hacer? A, si  no me acordaba del bastardo que tenias como hijo.- Me levanto apresuradamente, lo cojo de la corbata y lo empujó por encima de la mesa acercandolo a mi cara.

-Te voy a advertir de algo, porque ya me tienes harta. A la próxima que insultes a mi hijo te cortaré la lengua, puede ser que desapareciera, puede ser que tu no sepas quien es el padre de mi hijo, pero en Noruega e aprendido muchas formas de hacer a la gente pagar, así que ni te atrevas a meterte con él, ya que es mucho más de lo que serás tú y la perra que tienes por novia en la vida.- Lo suelto viendo como me mira con los ojos que se le salen de la cuenca.




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