Juan se llevó el susto de su vida.
Estaba absolutamente seguro de que no había nadie más en el lugar, y mi presencia casi lo hace gritar. Pensó que yo trabajaba para W.U.U.C, que lo venía espiando hacía tiempo y que lo quería extorsionar de alguna forma. Me costó convencerlo de que no era así, y terminé contándole cosas de mi vida que no había hablado con nadie desde que me hallaba ahí, sobre los híbridos más que nada. Al final terminó creyéndome.
Al año ya era parte esencial de La Rebelión. Asistía a reuniones, conseguía información, pasaba y recibía noticias entre los miembros... lo que se suponía tenía que hacer ahí. Eso me hacía sentir un poco mejor conmigo mismo, redimirme de alguna forma por contribuir tanto tiempo con los asesinos de W.U.U.C.
Ser parte de La Rebelión fue un antes y un después en mi vida. Por ejemplo, comencé a enterarme de cosas que jamás me habría imaginado.
Había comunidades a lo largo del mundo entero, y muchas de ellas (aunque por suerte no todas) estaban bajo el poder de United World. Los explotaban para conseguir recursos, mano de obra, y todo lo que pudieran obtener de ellos. Se excusaban diciendo que les ofrecían protección de los híbridos. Igual no tenían muchas opciones. Así como en Heaven nos enfrentamos a ellos, otros intentaron hacer lo mismo. Nunca escuché de ninguna que haya logrado vencer sola contra ellos.
Lo único positivo de que W.U.U.C controlara las comunidades era que La Rebelión había conseguido acceso a la ubicación exacta de todas las que se tenían conocimiento, para así facilitar la comunicación entre los rebeldes y expandir el movimiento. Solos no podíamos contra ellos, pero juntos los haríamos caer.
Y ayudó muchísimo que se llevaran a los miembros de la Rebelión como caballos de Troya.
Pero, cuando todo comenzaba a ir bien, se volvió a torcer el destino para mí.
En mi cuarto año de estadía en W.U.U.C, siendo mi primer año como miembro de la Rebelión, comencé a percibir que recibía mucha atención de los altos mandos del lugar. Me imaginé que estaban sospechando de mí, por lo que me alejé un poco de los rebeldes para protegerme y protegerlos a ellos.
Entonces informaron de un día para el otro que al año siguiente se daría comienzo a la primera prueba de las casas. Y que yo iba a participar.