Magaly sonreía cada vez que nos mirábamos y, de vez en cuando, trataba de tomar mi mano, había podido evitar la situación sino hubiéramos estaba en el mismo grupo de investigación. Al ser mi compañera para realizar el proyecto, tenía que soportar su presencia y su sutil acoso.
Marco le tocó hacer grupo con Rosa, en parte me tranquilizaba que él fuera su compañero, nunca trataría de coquetería después de ser rechazado.
—En tu casa —dijo Magaly, de pronto.
No entendía que quería decir.
—Hay que hacer el trabajo de investigación en tu casa.
La miré y trataba de ver sus intenciones.
—Mejor en la tuya, Magaly.
Ella hizo un gesto pensativo.
—Está bien.
No quería que ella conociera donde vivía.