El diario De un ángel

Capítulo 6

–Bienvenida a casa, Am Steel, o prefieres que te llame Ángel.

Un escalofrío sube por mi espalda al escuchar esa voz, sigue siendo igual de fría e inexpresiva que como la recordaba, me doy la vuelta lentamente hasta encarar a mi inesperado invitado, él está inclinado cómodamente sobre el marco de la puerta como si esta fuera su casa, aunque teóricamente si lo es.

–No sabía que tendría visitas- no esperaba que Ellos enviaran a alguien tan pronto, pensé que por fin me dejarían en paz; la noche esta fría pero el miedo no deja que me mueva de mi lugar, fui una tonta, pensé que si me portaba bien y no causaba problemas Ellos se olvidarían de mí, pero claramente eso no va a pasar.

–No pareces contenta de verme, al contrario, si no supiera que es imposible, pensaría que mi visita te desagrada- no sabe cuánto.

Respiro profundamente y el frío aire de la noche entra a mi sistema y parece enfriarme la cabeza, lentamente el temblor se detiene y soy dueña de mi cuerpo nuevamente, agarro mi maleta y lentamente doy un paso tras otro, hasta que finalmente paso por su lado y llego a la calidez del interior de mi departamento, calidez que rápidamente es remplazada por tensión cuando Bryan cierra la puerta principal y nos deja dentro de este pequeño espacio.

Tratando lo mejor posible de ignorarlo, de dirijo a mi habitación, donde dejo la maleta y con una profunda respiración vuelvo a la sala donde Bryan está parado junto a la ventana, dándome la espalda.

–¿Cómo te fue en el nuevo instituto?

–Si solo vino a preguntarme eso, le podría haber enviado un reporte y ahorrado el trabajo de conducir hasta aquí- no creo que ese sea el motivo de esta visita, así que tengo que andar con cuidado.

–No seas tan fría conmigo, y sabes que odio las evasivas, ¿ha ocurrido algo interesante de lo que me quieras hablar? - siento el frío descender por mi espalda, él se da la vuelta y me ve directamente a los ojos, como si traspasara hasta mi alma, inmediatamente me viene a la cabeza las 36 horas de inconsciencia, en las que no tengo la más mínima idea de que hice, es imposible que él sepa algo, probablemente solo está tratando de jugar con mi mente.

–La escuela está bien y no ha ocurrido nada que merezca ser mencionado, sigo sin entender porque vino hasta aquí solo para preguntarme eso- trate de mantener mi voz lo más firme que puedo, ya que la mínima muestra de debilidad podría traerme problemas.

–Espero que eso sea verdad, pero si se te refresca la memoria de pronto, espero ser el primero en saberlo- eso sonó muy parecido a una amenaza –Además eso no es lo único que me trae por aquí esta noche, vine a hacer un recado de nuestros padres y aproveché para contártelo en persona.

Nuestros padres, la sola mención de esas personas hace que la bilis se me suba a la garganta, nada relacionado con esas personas puede ser algo bueno, la única razón por la que acepte venir a estudiar a este desolado pueblo fue para alejarme lo más que podía de esas personas, y el hecho de que se hagan llamar mis padres me provoca dolor de estómago, Ellos jamás serán mis padres.

Cuando mis verdaderos padres murieron, todo fue como un borrón en mi vida, en realidad no recuerdo mucho del periodo de tiempo en que eso sucedió, lo único que sé fue que unos ladrones se metieron a la casa y cuando nosotros llegamos se asustaron y dispararon, yo corrí y por eso sigo viva, pero hubiera deseado morir ese día.

–¿Qué es eso tan importante, que tuvieron que mandar a uno de sus hijos en persona? - nada bueno, de seguro.

–Vine a inscribir a Gabriel a tu instituto, a partir de ahora serán compañeros- un puñetazo en el estómago hubiera sido menos doloroso y sorpresivo, siento como me tiemblan las piernas y me falta el aire, a pesar de mis años practicando como ser inexpresiva, no logro evitar la mueca de dolor que se forma en mi cara ante esta noticia, siento que todo da vueltas y se derrumba a mi alrededor.

Bryan sonríe maléficamente con satisfacción por haber provocado una reacción en mí, pero nada de eso me importa en este momento, una estaca en mi pecho hace que me doble del dolor, estoy entrando en una crisis, esto no puede estar pasando, la sola mención de ese nombre tiene que ser una simple broma, todo tiene que ser una mentira, solo una forma más de tortura, no puede ser verdad, él no puede volver, él no lo haría.

–Llegara este lunes, espero que seas amable con él y le ayudes a adaptarse a su nueva escuela, al fin y al cabo, ustedes eran mejores amigos, ¿cierto? – no es posible, no es posible, pero de alguna forma, sé que Bryan no miente.

Siento que cada vez me falta más el aire, así que sin pensarlo mucho agarro un abrigo que esta sobre el sillón y me dirijo a la salida.

–No pensaras dejarme hablando solo ¿verdad?, pensé que la noticia te alegraría de verdad hermanita- sé que sonríe, pero en este momento nada me importa, tomo la perilla y sin pensar en las consecuencias o en nada, la giro y salgo de la casa, el frío me golpea en la cara, pero no lo noto, no noto nada más que mis pies sobre el pavimento, alejándome del peligro, alejándome del dolor, alejándome de todo, aunque se muy en el fondo que de esto no puedo escapar.



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En el texto hay: romance, drama, ficcion

Editado: 12.04.2019

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