El nombre de entrada ya debe parecerte curioso, si por en cambio me sigues entonces podrás saber sin lugar a dudas a qué hace referencia dicho nombre, pues sí, es mi nueva mini novela, que terminé en tan solo tres días, novela que está basada en hechos reales, novela que narra lo que me ha pasado con Christopher, el Christopher del que he hablado en este libro, sí, ese Christopher.
En esta plataforma, este fue el primer proyecto que yo publiqué, usando un texto que yo había pensado mandar a un concurso, pero que por X o Y razón, a final de cuentas no lo hice, pero tomé la decisión de cargarlo aquí, un 22 de marzo del 2020, justamente en unos días. La idea de este libro al principio, era un conglomerado de temas diversos, me llegaba un nuevo tema, platicaba sobre él y listo, como lo dije, esa era la idea, pero con el tiempo, con los meses, la idea se fue sacudiendo un tanto, sin que yo pudiera preverlo y por consiguiente evitarlo. Ahora que lo analizo, me he podido dar cuenta de que he hecho de este libro, mi diario personal mostrado al público, hay innumerables datos personales de mi vida en este libro, más de los que incluso he contado a las personas más cercanas a mí, este libro se ha convertido en un centro de descarga, emocional, racional y demás. Este libro ha tenido giros, sí, pero mi prioridad siempre ha sido el jamás perder de vista la reflexión y la motivación, que es hacia lo que va enfocado este libro.
Y bueno luego de ese enorme paréntesis, ahora sí me abro paso a explicar el punto de este escrito, pues de una vez dejo estipulado que me voy a desahogar, y mientras lo hago, pienso en la reflexión de todo esto.
La cosa es que cuando entregué esa carta, creí que mi mente al fin me dejaría en paz, había sido valiente, osado, lo miré de frente y se la entregué en sus manos, y con ello creí que al fin el ciclo comenzaría a cerrarse, justo ahora compruebo que no, justo ahora me doy cuenta de que las compuertas a dicha ilusión se han abierto aún más, que peleo contra algo que desconozco, que sigo una huella a ciegas y que jamás había estado tan perdido de como lo estoy ahora; salté en mi mar de amor, y naufragué en su mar de desamor y desinterés total, y lo más preocupante es que no sé cómo salir, parece que nado a la orilla, luego me mira y una ola enfurecida vuelve a arrojarme dentro, al ojo del huracán. Necesito que alguien me explique el por qué conforme aumenta su rechazo, mi mente se interesa aún más y más.
Muy continuamente me siento a hablar conmigo mismo, y estúpidamente pienso que ya he logrado sacarlo de mí, y estoy listo para acudir a esa tienda, sin que mi voluntad se decaiga, pero apenas entro y le miro, todo el peso de mi irónica suposición recae sobre mí, burlesca y altanera.
Si lo pienso, y permito que mi sinceridad hable, he de decir que en toda mi vida, él ha sido el único chico que ha levantado un completo caos dentro de mí, y hasta la fecha, si la vida me lo vuelve a poner en frente, sigo cayendo rendido a sus pies, y es estúpido, el amor se vuelve eso cuando el corazón está dispuesto a entregarse por completo, sin esperar nada a cambio. Es que es esa estúpida mirada, ese estúpido porte tan elegante que tiene que sigue acaparando toda mi atención. Si tan solo se apiadara de mí y se abstuviera de mirarme, pero luego que lo pienso, me azoto con la triste visión de que algún día deje de hacerlo y no quiero, de verdad que no lo quiero, y no se moleste nadie en decírmelo, yo lo sé, soy estúpido.
El amor es cruel, o ¿por qué el corazón se enamora de personas que no puede tener?, es cruel, quizás con la persona incorrecta, o quizás con ambas, al final del cuento todo se resume en que amar duele.
¿Me arrepiento de haberlo conocido?, ¿de haberle escrito esas cartas?, ¿de haberlas puesto en sus manos?, ¿de escribirle ese poema?, ¿de hacer una novela?, mi respuesta es la misma para cada una de dichas incógnitas, no, no me arrepiento de nada, de absolutamente nada.
Ya no sé qué me duele más, su rechazo, o el aceptar que siempre supe que sería así. Quisiera que todo lo que hay respecto a él dentro de mí se fuera, pero cuando eso pase, ¿qué va a pasar?, ¿con qué voy a luchar a diario?, ¿qué reemplazará la enorme emoción de verle?, ya no sé siquiera el si deseo que se esfume.
Creo que el amor puede doler, muchas veces, pero también sana, mata emociones para dar paso a nuevas, eliminando las negativas y trayendo las buenas vibras o viceversa.
Todo esto termina en que escribí una novela, narrando cada cosa que ha sido relevante para mí y solo para mí respecto a él, esa novela está en mi perfil bajo el nombre de “Bajo la llave de la ilusión” por si alguien gusta echarle un vistazo.
Soy una persona muy complicada, ayer me fui a dormir y hoy amanecí deprimido, no cabe duda de que no gana uno para disgustos. Probablemente me vean más tiempo por aquí, pues cuando estoy deprimido es cuando me centro en este libro.
Recuerden que no importa qué tan azotador sean los vientos, vuelen, láncense a ellos y dáncenlos, interprételos, y aunque el fregadazo sea duro, se quedan con lo más importante, el aprendizaje, la confianza en sí mismos, porque si saben sacarle provecho a cada viento en contra, se quedarán con algo que los volverá más fuertes, con más convicción en la vida, ya que después de cada madrazo, no cualquier viento los va a obligar a caer, hagan de cada caída, una entrada para brillar.