El Disfraz De La Realidad

XIX

7 MESES EN EL CASTILLO casi 5 MESES DE EMBARAZO

Transcurrieron dos semanas más sin noticia alguna por parte de los hermanos MacMin. Hacía más de un mes que Deimon se había ido, y no había recibido ni una palabra suya. Tampoco French había dado señales de vida. Por lo tanto, no sabía cuándo llegaría mi cuñado, ni cómo iban las visitas de Deimon por los diferentes clanes. Quizás Deimon había escrito a French diciéndole que no viniera... No quería juzgar a ninguno de los dos, pero no saber de ellos me generaba un tremendo malestar, además, al no saber dónde estaban, tampoco podía escribirles yo. Aunque realmente, tampoco sabía si lo haría en el caso de saberlo.

-Señora- dijo uno de los criados sacándome de mi ensoñamiento.- Ha llegado el señor MacMin.

-¿Dónde se encuentra?- Pregunté levantándome velozmente. Deimon se iba a enterar.

-En los establos mi señora.- respondió este.

Yo salí dispara hacia aquel lugar. Deimon me iba a oír, cómo se atrevía a no decirme nada. No obstante, al verlo de espaldas no pude evitar sonreír. Me acerqué a él lentamente y lo abracé por detrás. Mis bruscos cambios de actitud me asustaban a veces.

-¿Qué tal el viaje de vuelta?- le pregunte cordialmente, iba a empezar con buen pie. Al fin y al cabo había sido yo la que había decidido no ir con él.

-No esperaba una bienvenida tan calurosa.- dijo una voz que no era la de mi marido. Yo le solté en un movimiento brusco, el cual me hizo resbalar y caer entre la paja. French comenzó a reírse por la situación.- Supongo que no era a mí a quien deseaba ver... ¿Gloria?- Su sonrisa burlona se había esfumado y en su cara reinaba la incomprensión.

-¡French! –Dije sorprendida- ¡Qué alegría que por fin estés aquí! – Me levanté con cuidado y toqué mi vientre, el cual había crecido en el último mes, para asegurarme de que todo estaba bien.

-¿Qué- qué haces aquí?- preguntó todavía inmóvil.

-Bueno he venido corriendo pensando que eras tu hermano, pero me alegro de que seas tú.- dije con una gran sonrisa en mi rostro. Realmente me alegraba muchísimo de verlo.

-No, te pregunto que ¿qué haces en el castillo? ¿Qué haces en estas tierras?- Yo lo miré sin comprender.

-Yo... bueno soy la señora del castillo...- dije tímidamente.

-¡¿Qué?! –Exclamó como loco- Tú eres la inglesa con la que Deimon se ha casado.

-No lo sabías, Deimon me dijo que tú estabas de acuerdo con la boda.- Dije empezando a hiperventilar.- Tú no sabías que-que yo había venido a buscarte, él no te avisó de... ¡Ahora sí que se la va a cargar!

-¿Cómo se atreve a mentirme así!- Jamás podría haberme imaginado a French tan enfadado. - ¡Desgraciado! ¡Malnacido!...- Los improperios continuaron saliendo sin ningún control por su boca.

-French...- Dije intentando calmarlo.

-De French nada Gloria.- Dijo indignado.- Espero que ni se te ocurra defenderlo. Si hubiera sabido que eras tú... eso lo hubiera cambiado todo.

-¿Qué?- Pregunté algo sorprendida.

-No te mentiré diciendo que estaba enamorado de ti, pero eres una mujer encantadora, atarme a ti habría sido un futuro mucho mejor que el que me espera.

-French.... No te comprendo...- Un fuerte mareo me sobrecogió.- Ne-necesito sentarme.- dije agarrándome fuertemente de sus brazos. Él me cogió en volandas y me llevó al salón.

-¿Te encuentras mejor?- preguntó tras mandar a un criado a por un té a las cocinas.

-Sí, solo ha sido la impresión. Voy a matar a tu hermano.- sentencié. Él me miró sorprendido al escuchar mis palabras.

-Lo podemos matar juntos.- Dijo acariciando mi mejilla con su mano. – Explícame lo que ha sucedido, porque no lo comprendo.- Parecía haber vuelto a su calma habitual.

Poco a poco le fui narrando los acontecimientos que se desencadenaron tras su partida de la biblioteca, como había tenido que huir de casa de mis tíos, las palabras que había escuchado al tocar la Scone, el pacto que había hecho con Deimon y las mentiras que me había contado.

-Pensé que tú lo sabías, él dijo...

-¡Yo no tenía ni idea! – Exclamó enfadado- Él me habló de una extranjera, pero jamás mencionó tu nombre, siquiera dijo que yo la conocía. ¿Cómo ha podido ser tan egoísta? ¡Ha puesto en peligro al Clan!

-No, al contrario, Deimon me dijo que debíamos casarnos para proteger el Clan.- Dije defendiendo a mi esposo

-Gloria, esa fue otra mentira. Es cierto que si tú eres la escogida debías casarte con el Laird, pero...

-¡Señora!- Exclamó la señora Kate irrumpiendo estrepitosamente en la habitación.- ¿Qué le ocurre? ¿Le pasa algo al bebé?

-¿Qué bebé?- preguntó French

-¡Señor French qué alegría verlo!- dijo la señora Kate reparando en su presencia.- Pero tengo que pedirle que salga de la habitación, debo asegurarme de que todo esté bien con el bebé.

-No es necesario – dije poniéndome en pie- Solo ha sido la sorpresa de ver a mi cuñado, nada más.

-¿Estás embarazada?- Su pregunta parecía más una súplica, una negativa para que aquello no fuera real. No obstante, al dirigir sus ojos a mi vientre pudo comprobar la veracidad de aquello.

-Sí, de unos 5 meses.- dije alegre. – Señora Kate, le importaría dejarnos solos, tenemos muchas cosas de las que hablar.- La aludida salió tan rápido como había entrado.- ¿Qué ibas a decir?

-Nada – dijo French dejándose caer en el sillón.

-French... por favor no seas como Deimon, dime la verdad.

-Ese bebé lo cambia todo Gloria, ya no hay vuelta atrás. Deimon es el Laird y tú su esposa.

-Yo... no me arrepiento de eso.- el alzó la visto sorprendido por mis palabras. – Si no me hubiera casado con él este bebé no existiría... - en su rostro se dibujó una tierna sonrisa.

-Yo también me alegro de ello.- dijo posando una mano en mi barriga.

-¡FRENCH!- Por segunda vez fuimos interrumpidos, John no cabía en sí de felicidad.- ¡HAS VU-VUELTO!



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En el texto hay: escocia, epoca victoriana, amor

Editado: 22.01.2021

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