El Disfraz De La Realidad

XXI

Caminé al castillo con gran tristeza en el corazón, aquella buena mujer no solo me había ayudado a ser mejor pintora durante nuestras largas charlas, sino que también me fue introduciendo en el mundo de los clanes, de sus costumbre, de sus ritos... ahora comprendía mejor a los MacMic y los amaba más 

¿Se habría ido de verdad? Estaba segura de que la volvería a ver, lo que no tenía tan claro era el cuándo. Me sentía algo extraña, en algunas ocasiones había llegado a pensar que aquella mujer era fruto de mi imaginación. Después de que una piedra te hable todo parece posible, pero yo la había tocado, la había olido... ella era real.

-Gloria ¿dónde estabas? Llevo horas buscándote. – Me preguntó French al verme entrar.

-Estaba pintando- respondí despreocupadamente.

-Deimon ha escrito, reclama mi presencia en el clan Duglas- Dijo con seriedad.

-Ese sinvergüenza... No dice ni una palabra en todos estos meses y ahora viene con exigencias- Grite malhumorada.

-Gloria, yo... bueno yo le escribí acusándole de muchas cosas... quizás cree que estás tan enfadada que no leerás sus cartas. – En eso llevaba razón, pero debería al menos intentarlo. Pensé - Partiré mañana al amanecer. Te prometo que traeré a tu marido aunque tenga que arrastrarlo por su pelirroja cabellera. – Dijo abrazándome.

-French- dije devolviéndole el abrazo.- No sabe que estoy embarazada.- Él me miró sorprendido.- Yo lo descubrí tras su partida, y como nunca ha escrito...- alcé los hombros sin saber muy bien qué añadir.

-Seguro se desmaya cuando se entere- dijo riendo.

-Si no es por la noticia, por lo menos lo hará de la paliza que le voy a dar.- respondí.

-¿Sabes? Jamás habría imaginado que aquella refinada dama se pudiera convertir en una auténtica Señora MacMin.- Dijo divertido.- Estoy muy orgulloso de ti cuñada. Ojalá mi futura esposa se parezca en algo a ti.

-Créeme, realmente no te gustaría que se pareciera en nada a mí...- dije secando unas lágrimas que no sé porque habían escapado de mis ojos.- Seguro encuentras a alguien mucho mejor que yo, solo tienes que buscar.

-En verdad, no tengo dónde buscar. La elección está hecha.- dijo serio.

-¿Qué quieres decir? ¿Cómo que la elección está hecha?- ¿por qué French diría esa tontería?

-¿Alguna vez te ha hablado Deimon de nuestro padre?

-Poco... sé que él no cumplió la voluntad de la Scone, que perjudicó a vuestro Clan y que Deimon no lo apreciaba mucho...

-Más o menos eso resume la historia.- dijo sentándose y comenzando a narrar.- La Scone reveló el destino de mi padre y él pareció aceptarlo, se prometió con la hija mayor de los Duglas. No obstante, poco antes de la boda conoció a una hermosa mujer y se fugó con ella. Como podrás suponer aquello fue una ofensa para el clan Duglas y una deshonra para nuestro clan. Por culpa de sus acciones perdimos mucho más que la buena relación con ellos. Los Duglas se vengaron matando todos los animales que encontraron en nuestros bosques... fueron tiempos de mucha necesidad. Mi padre volvió al clan con su nueva esposa y ocho meses después está falleció dejando en su lugar a Jonathan. Nuestro padre creyó que los Duglas aceptarían de nuevo el trato, pero claramente no fue así. Cuando John cumplió tres años mi abuela se percató de que algo no iba bien, él apenas si gateaba y no pronunciaba palabra alguna. Después de aquello el destino de mi padre volvió a cambiar, la Scone le proporcionó una segunda oportunidad, pero él volvió a desaprovecharla. Deshonró a una muchacha del clan y mis abuelos le obligaron a casarse con ella, de esa unión nació Deimon, pero cuando este apenas tenía un año, su madre contrajo fiebres y murió ese invierno. Mi abuelo, el Laird no sabía qué hacer con su hijo, no es que mi padre fuera mal Laird, es que era mala persona, solo pensaba en él y poco le importó casarse tres días después de la muerte de su segunda esposa con una ... bueno una mujer de vida alegre. Mi madre. Una vez nací yo ella desapareció, mi abuela decía que ella no podía con tanta responsabilidad. Para cuando Jonathan cumplió quince años, mi padre estaba completamente ido. Jamás descubrieron que fue lo que le hizo cambiar. Mis abuelos siempre dijeron que todo parecía ir bien, pero cuando desapareció y volvió con su primera esposa ya no era él mismo. Yo me alegro de que hiciera todo eso... no quiero sonar egoísta, pero sino no habría nacido.- dijo sonriendo.- Pero Deimon no lo ve así, él ha vivido siempre intentando enmendar los errores de nuestro padre, por eso consiguió hacer una nueva alianza con los Duglas, una vez la Scone reveló la profecía él juró a los Duglas que aquel de nosotros que se viera liberado de ella se casaría con una Duglas. Por lo tanto, en mi persona recae esa responsabilidad, y esta vez no pienso eludir mi deber.- sentenció con seriedad.

-No sé qué decir...- Dije anonadada ante todas aquellas revelaciones.

-No tienes que decir nada, solo quiero que comprendas la presión a la que ha sido sometido toda su vida Deimon. Lleva ejerciendo de Laird desde los 17 años cuando mi abuelo falleció, siempre consciente de que quizás no fuera ese su destino. Pero...seamos sinceros, yo sería un pésimo Laird.

-No lo creo, tienes un gran corazón French...- dije acariciando su mejilla.

- Y tú cada día tienes la barriga más grande – dijo entre risas.

-Lo sé, quizás en breves explote- Continué su broma intentando quitarle hierro al asunto- Todo va a ir bien.- En el rostro de French podía adivinar el miedo que él pretendía esconder.

- Te escribiré con noticias. – dijo como despedida.

 



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En el texto hay: escocia, epoca victoriana, amor

Editado: 22.01.2021

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