El Efecto Haylee x Baylee

¿Cuál fue tu primera reacción?

Enero 03, 2018

Baylee había estado mejorando en los siguientes días después de su primer interrogatorio; había comenzado a usar la ropa más limpia y correcta para su edad. Además, comenzaba a cuidar más su apariencia física a tal grado que estaba comenzado a usar maquillaje. Cosa que notó la agente Paulson.
—Veo que te has arreglado. —Comentó mientras le servía una taza de té de limón a la joven Ravenson.
—Si, mamá decía que siempre hay que dar una buena imagen, incluso en los malos momentos. —Renata asintió. Dejó la taza de té frente a Baylee quien lo tomó con mucho cuidado, no quería quemarse. Pero antes de darle un sorbo a su té, decidió decir algo que tenía en mente desde que su hermana se lo contó anoche; —Renata, perdón, agente Paulson. —Renata se giró a verla.
—Puedes llamarme Renata, antes de que llegue Marcus. —Baylee asintió con una débil sonrisa en el rostro.
—Bueno, primero quiero disculparme por mostrarme tan…, mala onda, no me gustaría justificarme con el tema de mi padre, pero ha sido difícil, yo, yo creo que aún queda mucho de qué hablar y creo que entonces entenderás muchas cosas. Marcus dijo que es un proceso, y que debo de seguirlo, por eso no puedo decir nada antes de tiempo. —Renta asintió sentándose justo frente a ella. —Lo que quiero decir es que me siento muy apenada por lo que te hizo mi hermana, no debió de ser tan grosera, pero, créeme cuando te digo que no es mala persona.
—¿No fue grosera contigo cuando llegó con ustedes? —Baylee asintió.
—Si, en verdad lo fue, pero creo que fue por el hecho de que tenía que aceptar que nuestro padre se había casado una vez más.
—¿Por qué no lo sabría? Ella dijo que tú decías creer que ella lo sabía todo. —Baylee asintió.
—Si, yo creí que ella lo sabía, pero un día, estando molesta me dijo que no era así, que lo descubrió de la peor manera, y eso me hizo sentir aún más triste por ella y por la situación en la que las puso mi padre, nuestro padre.
—¿Por qué triste? —Baylee suspiró; dio un sorbo a su té y decidió contarle.
—Cuando me enteré de que tenía una hermana, fui la persona más feliz del mundo, de mi mundo, porque al parecer de ambas yo era la única en desear una hermana o un hermano, pero mis padres nunca quisieron dármelo. —Ambas rieron.
—Y entonces, ¿cuál fue tu reacción cuando descubriste que tenías una hermana?  Que además tenía tu misma edad. —Baylee sonrió de oreja a oreja, lo recordaba bastante bien.
—Bueno, recuerdo haberme emocionado demasiado, no podía creer que después de tantos años de estar deseando una hermana o un hermano, la vida me estaba dando una, que además tenía la misma edad, y teníamos en común el mismo día de cumpleaños en el mismo mes, todo era perfecto, obvio no lo supe todo en el momento, pero ella fue desvelando poco a poco mis dudas, porque ni siquiera mi padre la conocía como me conoce a mí.
—¿Y estás segura de que ella ha sido sincera contigo? —Bayle pareció dudarlo, pero era su hermana, claro que le había sido honesta.
—Si, ella no es de esas chicas que mienten.
Renata siempre se quedaba con las preguntas en la cabeza después de cada encuentro con Haylee el temor de que Baylee se molestará y la alejará del caso aumentaba cada vez más.
—¿Y qué hay de ti? ¿has mentido alguna vez? —Y ahora, al parecer, debía también de cuidar sus palabras con Baylee. Al final del día ellas estaban cortadas por la misma tijera, y ambas eran sospechosas, ella no debía de olvidarlo.
—Creo que todos lo hemos hecho alguna vez, pero si te refieres a que, si he mentido en algo sobre el caso, la respuesta es no. No he dicho mentiras en nada de lo que he contado sobre mi padre o sobre mi hermana. Todo ha sido la verdad y nada más que la verdad.
—Bien, supongo que debo de creerte. —Baylee frunció el ceño, pero no dijo nada, guardar sus verdaderos comentarios se había vuelto su talento, al menos desde que su hermana había llegado y ella le había ayudado a desarrollarlo.
—Bien, nuevamente lamento la demora, Baylee. —Marcus Kansas cada día llegaba más tarde, cosa que preocupaba a Renata, él no era un chico que se desatendiera de los casos que se le asignaban, pero en este último parecía que todo lo hacía a propósito.
—No se preocupe, ¿podemos empezar ya? Haylee quiere que la acompañe a la iglesia, oraremos por papá y luego quiere ir a descansar. —Marcus asintió, miró a la agente y luego a Baylee; entre ellos parecía haber una especie de conexión, una que solo era notable entre ellos, pues al parecer Renata no sospechaba ni un poco. —Agente Paulson, ahora ya puede dejarnos solos. —Y con eso la agente Paulson que además de ser la encargada en el caso de la muerte de Hernan Ravenson, también era la exprometida de Marcus, salió de la sala, dejando a solas a Marcus y a Baylee, al fin de cuentas ellos dos tenían una mejor comunicación.
—Luego seguimos hablando, Baylee. —Renata miró a Marcus y le regaló una sonrisa y un pequeño beso, luego salió de la habitación.
—Es tan melosa. —Exclamó Baylee en español mientras se acomodaba sobre el sofá.
—¿Perdón? ¿dijiste algo, Baylee? —Y entonces agradeció que él no supiera nada de español.
—Ah, sí, se ve que te sigue amanado. ¿No te arrepientes? —Baylee era tan temperamental que hasta sus preguntas lo demostraban, y eso lo estaba conociendo Marcus día con día.
—Nunca me arrepiento de mis decisiones, ¿acaso tú sí? —Baylee asintió.
—Si, en ocasiones lo hago.
—¿De qué te arrepientes, Baylee? —Baylee lo miró seria antes de decirle;
—Decirte lo que ocurrió, decirte lo que ella hizo.
Marcus se quedó sin saber que decir, y Baylee no ayudó mucho cuando decidió hablar de nuevo.
—¿Tú no te arrepientes de nada? ¿Enserio? —Y justo antes de que Marcus pudiera responderle ella volvió a hablar. —Bien, será mejor que iniciemos con la sesión. —Marcus solo asintió.
 




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