El Ermitaño

En la Ciudad

 

  Bella, apaga la luz y sale dejando a su abuela descansando, se dirige a la habitación principal, Eduardo se ha dado una ducha y está descansando en la enorme cama. Hola, mi amor. Saluda Bella. Hola, mi hermosa novia. Ella se pone ropa cómoda y se acuesta a su lado. Eduardo le da un suave beso y la abraza, ella se queda recostada en su pecho.

 

  Bella…. Tu casa fue desalojada y dos hombres de mi entera confianza están vigilando allá. Me contó Ramiro que cuando llegaron a la casa, estaban subiendo muebles a un camión, parece que se iban, pero querían robar primero. Ella se enoja y expresa. ¡Desgraciados!, ¿y que paso?. Ramiro y sus hombres los hicieron bajar los muebles del camión y ordenar todo y luego los tomaron presos. ¡Bien hecho!.

 

  Hay más… Cuéntame, mi amor.  En tu restaurante hay fuga de dinero, por parte del chef y él administrador, pero tienes algo a tu favor, la señora encargada es incorruptible y cuida tus ganancias, bueno el dinero que cae en sus manos va a parar a tus cuentas. Bella se queda pensativa.

 

  Espera…. la recuerdo bien, se llama Icha y es atenta y amable. ¡Mi amor!, recordaste su nombre, estás recordando muchas cosas. Bueno, solo algunas. Él le informa. El detective está trabajando y pronto nos dará más información. Gracias, novio, te amo.

 

  Se besan y se entretienen entre abrazos, caricias y palabras llenas de amor y ternura. Disfrutan de su amor, se entregan llenos de pasión y deseos, viviendo ese amor a plenitud. Al finalizar, se duermen muy juntos. 

 

  Al siguiente día Eduardo se levanta temprano y conduce hasta el comando, donde habla con Ramiro y este le aconseja. Tienen que imponer una demanda contra esos tipos que estaban robando y los pillamos con las manos en la masa. 

 

  Bella no puede demandar, en cuanto dé la cara van a correr tras ella un montón de matones. Ramiro le dice. Dile que te firme un poder y tú la representas. Es mejor que Lourdes los demande. ¿Quién es Lourdes?. Es su abuela. ¡Perfecto!,  ella sí puede presentar una denuncia.

 

  Voy a hablar con las dos, te llamaré según la decisión que se tome.  Los hombres se dan la mano y se despiden. Mientras tanto en la mansión ďe Eduardo. Bella entra a la alcoba de Lourdes con una bandeja. Abuela, desayuna que vamos a salir. 

 

  Lourdes se sienta en la cama y está desayunando. ¿Trajiste tus tarjetas de banco?. Pregunta Bella. Si, siempre están en mi cartera. Contesta Lourdes. Bella toma su móvil y pregunta. Dame tu pago móvil, por favor abue.  Lourdes le da los datos y ella hace una transferencia a una de las cuentas de su abuela. Pagaremos con tu tarjeta, porque las mías las rastrean y me encuentran. Muy bien Gloria, entiendo.

 

  Vamos a ir de compras, te traje este vestido, es nuevo, nunca me lo he puesto. Lourdes entra a la ducha y Bella se va a la habitación de las pelucas. Se pone la peluca de cabello largo y ondulado, se maquilla y se ve al espejo, después sale en busca de Lourdes.

 

  La encuentra en la sala principal, ella escribe una nota y la deja pegada con un imán en la nevera, van al garaje y Bella abre la puerta para su abuela del Ferrari rojo, sube y parten rumbo a un centro comercial. Entran a una tienda por departamentos donde compra ropa íntima, vestidos,  batas y zapatos para Lourdes. 

 

  Después hace una pregunta a Lourdes. Abue, ¿sabes donde venden pelucas?, ¿alguna tienda especializada que conozcas?. La mujer piensa por un rato y dice. En la planta baja hay una muy grande. ¡Vamos!. Y Bella la toma de la mano.

 

  En la tienda encuentra todo lo que buscaba, peluca masculina, bigotes y barba, compra todo y Lourdes paga con su tarjeta, luego entran a una tienda donde venden ropa masculina y compra ropa de hombre a su medida pero un poco holgada.



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En el texto hay: persecucion, secuestros, atentados

Editado: 03.09.2024

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