Caos fue lo que encontró Caelina al regresar al pueblo. Aparentemente habían estado muy ocupados en asuntos muy importantes mientras ella no estaba, los hombres parecían prepararse para una inminente batalla contra algo grande, las mujeres estaban distraídas en la noticia del baile que la familia Sidefire ofrecería muy pronto. Nadie le estaba prestando atención, ni siquiera habían notado su repentina desaparición y la de su amiga Raven.
Tampoco podía encontrar al señor Cliff, probó con buscarlo en su casa, pero este no estaba en ella. Quizás lo del accidente era debido a la bestia, que ahora este demonio tuviera a ambos bajo su poder. Trató de apartar las ideas terribles que comenzaban a apoderarse de su mente.
Optó por retomar la idea de ir en búsqueda de la bestia, pero si tan solo tuviera algo que le mostrara el camino, un mapa o una señal. Una idea cruzó por su cabeza, buscó una cubeta y la llenó con agua sacada de un pozo. Quizás estaba haciendo una locura, pero tal vez era lo único que podía sacarla de ese lío.
Se concentró y miró su reflejo.
—Quiero ver el camino a la guarida de la bestia.
Esperó unos segundos que le parecieron una eternidad hasta que una imagen se abrió paso entre las ondas. Le mostró un camino y en él iba Raven, parecía ser un lugar como otro de no ser por el ambiente que la rodeaba. Había algo mágico en él, la neblina era más oscura y los árboles tenían formas tenebrosas. No había vegetación, ni siquiera hongos o arbustos cubiertos de nieve.
Raven avanzó hasta un castillo oscuro y se perdió en él. La imagen desapareció cuando alguien pateó la cubeta derramando el agua. Caelina vio dos pares de zapatos conocidos, levantó la mirada encontrándose con sus hermanastras.
—¿Se les ofrece algo? —preguntó incorporándose.
Blaire le plantó una bofetada.
—¿Quién te crees que eres para salir corriendo así? ¿Una loca?
—Ustedes me han llamado demente desde que era niña —dijo Caelina—, ¿por qué les sorprende lo que hice?
—Madre nos ha hecho buscarte.
—¿Tan tacaña es como para conseguirse otra sirvienta?
Sylvie bufó.
—En lugar de agradecer, te haces la víctima.
Caelina rodó los ojos.
—No tengo tiempo para ustedes, debo hacer algo importante.
Blaire y Sylvie cortaron su paso. Estaban empezando a hacer enojar a Caelina, quien miró hacia abajo y vio que estaban de pie sobre el agua, entonces se le ocurrió una idea.
Sonrió de medio lado y se dio la vuelta para irse, Blaire ya le estaba gritando, pero no pudieron seguirla. Sus pies estaban atorados en lo que parecía ser hielo.
—Tengan cuidado, el agua de aquí se congela muy rápido —dijo continuando su camino y dejando a ambas chicas atrapadas en su trampa.
~~
Raven comenzaba a pensar en que esperar a que Sawyer la llamara no iba a resolver nada, pensó en buscarlo por sí misma y enfrentarlo. Incluso se había cambiado de vestido por sí misma a uno color azul oscuro con decorado en negro, dejó su cabello caer en ondas. Lexi cruzó la puerta entrando y haciendo una reverencia.
—Señorita Raven, el amo quiere que vaya a la biblioteca.
Raven abrió la puerta y salió sin decir nada a Lexi ni agradecerle. Dentro de ella sintió pena por comportarse así con ella, pero no podía mostrarse débil en ese momento. Bajó los escalones de manera, dio zancadas hasta llegar a la biblioteca entrando sin tocar. Sawyer volteó a verla ligeramente sorprendido.
—Raven, te ves molesta, ¿ocurre algo?
Raven no quería soltarle todo de una sola vez, trató de respirar para calmar sus nervios.
—Lo siento, es debido a lo de anoche, estaba algo nerviosa —sintió sus mejillas enrojecer. A pesar de su enojo, aquello era verdad.
—Ah, sí… Me disculpo si eso te incomodó.
Raven fue a sentarse en una mesa, tomó un libro hojeándolo. Quería evitar la mirada de Sawyer, quería evitar que la hiciera estremecer, empezaba a odiarse a sí misma por no lograr controlarse. Cambió de tema sin apartar la mirada de las hojas.
—¿Conoces el mito de los elegidos por el Sol y la Luna?
Sawyer se aclaró la garganta.
—Por supuesto.
—¿Crees que existan?
—No lo dudo. Si existen criaturas como yo, es posible que ellos también, ¿por qué la pregunta?
—Simple curiosidad.
Sawyer pareció incómodo con la plática, se puso de pie yendo a un estante. Raven lo siguió con la mirada, lo vio tomar un libro y luego dirigirse hacia ella.
—Este libro habla acerca del mito, y de las diferentes habilidades que tienen los elegidos.
Ella lo tomó observando la portada. Era simple, encuadernado en piel y de hojas amarillentas.
—¿También explica cuál es su misión? —preguntó.
—Una guerra.
Raven levantó la mirada encontrándose con sus ojos diferentes nuevamente.
—¿Habrá una guerra?
—Eso menciona el mito —explicó—, una batalla en la que los elegidos deberán unirse y enfrentar a un enemigo en común.
—Pero son solo historias, es un mito, como tú dices.
—Raven, yo creo firmemente en que los mitos tienen algo de verdad en ellos. El simple hecho de existir ya los hace reales. Que no creas algo solo por no verlo, no significa que no esté ahí, te dará señales si desea ser visto.
La joven pensó en su amiga; Caelina le contaba todo, pero nunca le mencionó nada que tuviera que ver con sus poderes. Al principio podría pensar que era egoísta, sin embargo al analizarlo bien se dio cuenta de que tal vez intentaba protegerla. Cuidarla de quien quisiera hacerle daño por sus poderes, tales como la señora de hace unos momentos y, por supuesto, Sawyer.
—Puedes leerlo aquí o en tu habitación —siguió diciendo él—, debo salir.
Raven se alarmó.
—¿Salir? ¿A dónde?
—Tengo algunos asuntos por hacer, no te preocupes, volveré antes de la cena —dijo comenzando a girarse para salir.
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Editado: 28.05.2021