Capítulo 1: Prueba de Guerrero.

Estaba yo una tarde de abril entrenando en casa de mi Sensei. Mientras yo hacía barras para ejercitar mis bíceps, mi Sensei preparaba el té de la tarde.

-97, 98... 99... ¡100! ¡Ufff! Que agotador –dije yo al finalizar mi ejercicio.- ¡Sensei! ¡Ya termine!

Una vez completé mi ejercicio camine secándome con mi toalla a dentro de la casa.

-Sensei, ya terminé.

-¿Las 150?

-¿Eh? ¿150?

-Sí. Debías hacer 150.

-¡Ah! ¡150 barras! ¡Claro que las hice! –no se mentir.

-No sabes mentir Louis. Te la dejare pasar por esta vez...

-Lo siento Sensei. Es que en serio pensaba que eran 100.

-Tranquilo. Errores cometemos todos.

Entonces me senté en Seiza, la forma correcta de sentarse expuesta por los japoneses. Tome un poco de té y continué hablando con mi Sensei.

-Sensei. ¿Cuándo empezaré a desafiar los Dojos? –tome un sorbo de té.

-Justamente quería hablarte de eso. Hace una semana estaba pensando en si estabas listo o no. –decía mi Sensei mientras llevaba su taza de té y daba un sorbo.

-¿Por qué se pregunta eso? He estado recibiendo un duro entrenamiento desde que cumplí 15 Sensei. Estos últimos años me he hecho muy fuerte... -otro sorbo de té.

-Ya, ya... escucha. El submundo es peligroso. No quiero enviarte ahí. Pero tú fuiste el primer promotor de devolver al mundo la esencia de las Artes Marciales. Tienes agallas Louis. Estoy orgulloso de tener un estudiante como tú. Pero para pelear en el submundo, necesitas más que agallas. Tienes que poner tu vida en juego. –se termina su té.

-Claro que si Sensei. Estoy dispuesto a lo que sea con tal de superarme a mí mismo y con tal de superar a todos los que practican Artes Marciales solo para pelear.

-Está bien Louis. Escucha. Te tengo una prueba. –decía mi Sensei mientras servía más té.

-Hable Sensei.

-El Dojo "Gold Dragon's" funciona desde hace tiempo. Tienen casi la misma cantidad de años que yo en funcionamiento. Han participado en los mismos campeonatos en los que tú participaste y venciste a varios de sus estudiantes. Sin embargo, hace ya años que no peleas contra ellos. Así que quiero que vayas a ese Dojo y lo desafíes.

-¿Solo quiere que llegue y diga "Quiero pelear"?

-No. Quiero que llegues y hables con el Sensei. Su nombre es Peter Johns. Desde que ha enseñado Karate, solo se ha dedicado a enseñar a sus estudiantes como ganar una pelea. La mayoría de sus estudiantes solo saben pelear. Estoy seguro que no tendrían la resistencia de hacer un Kata más de dos veces.

-Bueno. Oss Sensei. Pero... Si preguntan de dónde vengo, ¿Qué les digo?

-Tú dirás que vienes de un Dojo lejano. Ellos no deberían reconocerte. Ha pasado mucho. En fin, desafía a su mejor estudiante. Quiero que lo venzas y tu cuerpo me dirá si ganaste o no.

-Mmm... me agrada la idea. Hace tiempo que no peleo con nadie.

-Pues ya tienes una pelea. Ve mañana por la mañana. Adáptate a las reglas que pongan para el combate. Y gana.

-Oss Sensei. –terminé mi té y empecé a recoger mis cosas.

En cuanto terminó mi entrenamiento del día, salí a mi casa. Estaba muy emocionado por conseguir un combate real. Hacía tiempo que no luchaba con alguien. Mi última pelea fue hace tres años en la última competencia en la que participé. Obviamente me he vuelto muchísimo más fuerte desde ese tiempo para acá. Y sinceramente, no tengo miedo de enfrentar a quien sea. En la noche casi no pude dormir, pues estaba tan emocionado por combatir. En fin, me quedé dormido y hasta el otro día.

A la mañana siguiente, me levanté directo a comer mi desayuno. Mi mamá estaba limpiando lo que había ensuciado tras cocinar y me dio los buenos días.

-Hola hijo, Dios te bendiga. ¿Cómo dormiste? –decía mi mamá mientras lavaba los platos.

-Ahh, muy bien mamá. Soñé que estaba en una competencia en Brasil. –le di un mordisco a mi Sándwich.

-Vaya. Brasil. Antes de tenerte fui a Brasil. Pero no vi nunca una competencia de Karate.

-Un Arte Marcial común en Brasil es el Jiujitsu Brasileño y la Capoeira. Algún día me gustaría pelear contra expertos en esas artes.