Capítulo 1

Un rubor se extiende en mi rostro cuando trato de entender al portero que tiene una expresión de confusión y terror en su rostro . Se suponía que esta empresa era bilingue siendo el inglés su segundo idioma. Un chico alto y con unos lentes oscuros sale rápidamente del edificio. Lo detengo con un gritito.

—¿Disculpa tú hablas inglés?— le pregunto esperanzada para que sea mi traductor pero dos hombres gigantescos se avalanchan contra mi, asustada retrocedo y el portero me sostiene antes de caer vergonzosamente. Me siento un poco intimidada,  detrás de ellos está el chico del cual no le veo los ojos pero su boca se torna en un gesto de molestia. Su pelo negro esta alborotado y hace resaltar más su piel pálida y por el amor de Dios, es muy alto. Parece alguien importante y ahora necesito algo así. Lleva un saco negro muy elegante y me siento un poco fuera de lugar con mi suéter rosa con corazones.

Quizá debí ponerme otra cosa.

A mi lado el portero mira al suelo y sus manos están entrelazadas detrás de él. Pobre, se ve que está nervioso y yo también lo estoy.  Hace un gesto hacia los dos mastodontes que casi arrasan conmigo para que se alejen de mi.

—Si.— responde escueto. Su voz es ronca y solo dijo una sílaba e hizo posible que sonara como una orden. Piensa Amy, necesitas llegar rápido a tu primer día.

—Okey, podrías decirle que vengo a mi primer día de trabajo ya que soy la nueva estilista.—saco mi celular mostrando  el correo donde se me permite entrar pero que obviamente está en inglés.

Toma mi celular para leer más de cerca, sé baja un poco los lentes oscuros y veo la mitad de sus ojos negros. Me repasa con la mirada desde mis botas que llegan a mi rodilla hasta mi diadema de brillitos. Una lenta sonrisa burlona se forma en su atractivo rostro, parece salido de unos de esos doramas que le encanta ver a mi hermana, se voltea hacia el portero que al instante sube la mirada y asiente ante todo lo que está diciendo, en un momento se le sale una risa y trata de disimularla mirando hacia otra dirección.

No entiendo nadita de lo que acaba de decir pero sé que se están burlando a mi costa.

Volteo hacia al chico traductor y le digo en español.— La tuya por si acaso.

Es bueno poder defenderse en otro idioma si no quieres caer en una pelea.

Él me mira como si nada obviamente pero me siento un poco mal y vuelvo a hablar en inglés.— ¿Entonces, me dejará entrar?

—Si, le dije que eres mi nueva estilista.— me devuelve mi celular y lo recibo en automático mientras que proceso lo que acaba de decir.— Le dije esta pequeña pulga rosa brillante es mi nueva estilista, yo tampoco lo creí hasta que vi el nombre de mi manager en ese correo.

Camina sin  prestar atención a nada más y proceso lo que acaba de decirme. ¿Pulga?

—Idiota.— digo en voz baja pero se detiene en el camino se voltea hacia mi y con una sonrisa diabólica me dice:

—Estás despedida.

Abro los ojos asustada ¿Qué mierda?  ¿Él no me puede despedir cierto? resoplo indignada, mi nuevo jefe me acaba de despedir pero todo me parece una rabieta y nada profesional. Escucho como sube a la camioneta que estaba estacionada y yo me apresuro a entrar al edificio.

Debo de hablar con quien me contrato, si me pongo a pensar él solo es uno de mis clientes pero no el jefe real ¿verdad? Miro al portero que me mira con timidez pero no dice nada porque obviamente no entendió lo que dijo aquel chico, arreglo mi cabello rubio y con toda la dignidad del mundo entro al vestíbulo.

Vaya, acabo de tener una pelea con mi nuevo ya no cliente.

Subo al ascensor mirándome en el gran espejo de su techo y grito. —¡Mierda!

Se abren las puertas del ascensor y una chica coreana me mira extrañada, le sonrío avergonzada y salgo de ahí. Ahora si que me siento fuera de lugar, todas la chicas de aquí se ven tan... maduras. Todas llevan falda de tubo y camisas blanca, es invierno ¿acaso no tienen frío? Jalo de mi manga tapándome mis manos. Parecen modelos coreanas, todas altas y bonitas. Me veo las botas con taco que me hacen ver un poco más alta.

Le pregunto a una chica a donde debo de ir y me mira desconcertada pero me indica el camino. Paso por varias oficinas hasta que logro con dar con el del hombre que me contrato.

Toco varias veces más pensando en qué diré o si lo omito, el chico de gabardina negra no ha hecho de mi despido algo formal ¿cierto? quizá pueda explicarle al manager como sucedieron las cosas y me deje quedarme y pondré mi cara de borrego si es posible.

Levanto mi puño para volver a tocar pero la puerta se abre y un chico atractivo me mira. ¡Que suerte la mía! encontrarme con muchos chicos atractivos es como el deseo de todas. El chico frente a mi me analiza sin descaro alguno y yo también lo hago. Pelo castaño y piel pálida, su cara tiene unas facciones lindas como el chico que me despidió. Lleva una gabardina mostaza y una bufanda a juego. Realmente es lindo y a comparación del otro él no parece verme con molestia.

—¿Te conozco?— pregunta. Obvio no me conoce y yo creo que si a él. No soy mucho de escuchar k-pop pero sé que lo he visto en algún grupo que no recuerdo su nombre.

—Vivo literal al otro lado del mundo.—bromeo.— así que nunca nos hemos cruzado.

—Una lástima hasta ahora ¿no crees? Soy Jin.—estira su mano y la tomo con un delicado apretón de manos.

—Amy y vengo a ver al señor Lee.—levanta una ceja inquisitiva. No le doy más detalles y la voz detrás de él me salva.

—Por favor Jin, ya termine contigo, no necesitamos más tiempo juntos.— habla quien supongo que es el señor Lee, quien no puede ser mayor que el mismo Jin.— Señorita Amy pase por favor la estuve esperando.

Me sonrojo un poco.— Lo siento, tuve un pequeño inconveniente en la entrada.

Jin a nuestro lado no deja de mirarme y el señor Lee carraspea al darse cuenta.—Adiós Jin y por favor trata de solucionar el tema con Taehyung lo que menos necesitamos son más escándalos.