Taehyung
Suga me pasa la revista una vez más para sacarme de quicio.
Y una vez más la vuelvo a estampar contra su pecho con más rudeza que la anterior, él solo ríe. Ambos somos los únicos en el estudio de grabación ya que le pedí que intentáramos crear el ritmo para la próxima canción.
Dynamite.
Una palabra que significa un poder potencialmente peligroso.
Creí que ese poder lo puede tener cualquier persona y hoy lo confirmo. Reconocí el cabello rubio de Amy con tan solo verlo y su diadema fue como un plus porque ya se lo había visto antes y me desconcierta saber de accesorios tan específicamente.
Aunque solo sean los que usa Amy.
—Ya lo vi deja de insistir.—le digo irritado.
—¿Seguro? Míralo bien.—le doy una mirada que lo dice todo y que cualquiera podría intimidarse pero no Suga.—Después de todo Eun Woo y tú fueron amigos un tiempo. ¿No te alegras por él?
Lo miro de reojo.—¿Cuando fui amigo de ese?
—Me corrijo, fueron socios. Ya sabes, desde que besaste a Gang Mi se convirtieron en socios.—la sonrisa burlesca de Suga es tan rara de ver, creo que se la borrare de un puñete para que siga siendo rara.
Si, quizá...
—¿En qué demonios estoy pensando?—susurro para mi.—Yo ni siquiera la toque, ella se abalanzo a mi y fueron milisegundos.— aseguro perturbado cuando recuerdo ese momento.
—¿Fue con lengua?
—¿Qué parte de fueron milisegundos no entendiste?
Suga se ríe por lo bajo y a costa de mi frustración.—¿Quién será la chica que cautivó a Eun Woo? Digo, debe ser hermosa para que él haya caído y traicionado a Gang Mi.
Demonios, mis manos pican y en un arrebato le quito de nuevo la revista y me largo del lugar.
—Bastardo.—digo para mi.—¡Los años de amargura te han vuelto una vieja chismosa, Suga!—grito antes de dar un portazo.
Camino por los pasillos de la empresa con la revista en mano. ¿Cuándo paso esto? Detallo la imagen entrecerrando los ojos pero no logro distinguir el lugar ¿Me estoy quedando ciego? ¡Que frustración! Lo pienso más y más y vaya mierda que soy, me pongo celoso cuando no existe nada entre Amy y yo.
Y ni existirá por el bien de ambos.
Es una decisión que tome más por obligación que por voluntad y ahora solo quiero probar sus besos de nuevo y decirle que sus ojos solo sean para mi.
—Taehyung.
Me detengo en seco y cualquier pensamiento se borra de mi cabeza. Segundos, son los que pasan para tomar conciencia de quien esta tras mío llamándome.
—Baek ¿Cómo carajos es que te estoy viendo acá?—digo conteniendo las ganas de sacarlo de aquí. Hago un rápido recorrido del lugar donde estoy y caigo en cuenta que el área de sonidos está con varias personas aun trabajando.
—Quería ver el lugar donde haces millones y millones de dólares. ¿Quizá haya algo de valor por acá que puedas regalarme? A fin de cuentas, tienes todo esto gracias a mi.—su aliento a alcohol es asqueroso y su forma de hablar todo arrastrado es gracias a eso. Lleva unos lentes que esconden sus ojos que seguramente están rojos y desorientados. Al verlo en tal estado ya no me afecta como antes ahora solo siento molestia por su presencia, este tipo ya no es mi hermano desde hace mucho tiempo.
Camino directo hacia el ascensor y él me sigue riendo como estúpido. No necesito que la gente presencie esto y se esparzan rumores maliciosos. Agarro su brazo para que no se desplome con más fuerza de la necesaria.
—Estas más fuerte, granjerito.—dice esto último despectivamente. No me afecta pero es una mierda aguantar sus idioteces. Presiono el botón con urgencia y maldigo cuando veo que el ascensor se detiene en el piso de arriba, le doy al botón para que baje y solo puedo esperar a que la persona que haya estado ahí haya bajado en el piso superior.—Oye vine aquí porque necesito...
Dejo de escuchar.
Unos ojos verdes me miran con sorpresa y yo trato de enmascarar las emociones que me provoca verla después de aquella despedida.
Por unos segundos me permito perderme en esos ojos que me persiguen día y noche. Esos ojos que expresan todo lo que siente, siendo tan transparente que siento que me asfixia.
—Oye guapa ¿vas a salir?—la voz de Baek me trae a la realidad y Amy se fija en él y quiero empujar al estorbo lejos de su atención.
—Cállate la boca.—siseo con rabia. Sin esperar respuesta lo jalo para bajar por las escaleras, ojalá se caiga y quede inconsciente para no escuchar su voz.
—Esperen.—cierro los ojos intentando ignorar la voz de Amy. No quiero que presencie esto.—Pueden entrar yo me bajo aquí, de todas formas.
Baek se zafa de mi agarre de repente.—Eres un ángel, rubia. ¿Cómo te llamas? Quizá podríamos divertirnos saliendo de aquí.—mis manos se vuelven puño cuando veo el desconcierto de Amy.—Hermano, el dinero para divertirme como dios manda con la rubia te...—sin pensarlo dos veces agarro del cuello a la escoria y lo golpeo contra la pared.
—Cierra tu puta boca, bastardo.
El grito ahogado de Amy me hace mirarla de reojo.
—Jodido infierno, hermanito.—se ríe como si esto fuera lo más divertido del mundo.—No te hagas el santo aquí, estoy muy seguro que aquí las mujeres se pelean por que te las cojas, regálame a esta.
Esta vez no me contengo y mi puño vuela a su rostro impactando con fuerza haciéndolo tambalear pero lo sigo sosteniendo para darle otro puñetazo. No me importa si estoy siendo el centro de atención, no puedo pensar en nada más que defender a Amy.
—¡Basta!—una mano en mi hombro me toma con fuerza. Namjoon, me jala hacia atrás y ni siquiera lo miro, solo necesito golpearlo una vez para borrar esa sonrisa que aun se carga.—Es suficiente, es suficiente.
Pero yo sigo viendo todo rojo, mi cuerpo está a punto de explotar por la tensión que quiero liberar golpeando a la escoria que tengo de hermano. Sin pensarlo dos veces me abalanzo otra vez y mi hermano parece reaccionar y su semblante cambia tan de repente que mi cerebro cae en cuenta de algo.