El Éter

Capítulo 3 - Parte 1

  • Por favor, acompáñanos a casa, ahí podremos explicarte mejor las cosas
  • No, yo no quiero regresar a ese lugar
  • Ya te dije que lo siento – dijo Joas de nuevo –
  • De todas maneras no quiero ir
  • Tenemos algo muy importante que mostrarte – Ferrán parecía muy serio, pero su mirada era suplicante
  • Está bien, pero no me quedare ahí mucho tiempo
  • Como tú digas

 

Joas de nuevo se puso al volante, Ferrán a un lado y Silas, Dylan y yo subimos atrás. Esta vez sí disfrute un poco más el viaje, poco a poco dejamos la ciudad atrás un largo y estrecho camino nos guio hasta la casa, era grande y muy bonita, hasta se veía un poco antigua. Una vez adentro pensé que iríamos al estudio en donde había estado, pero me equivoque, los chicos me dirigieron hacia el ala contraria, atravesamos un largo pasillo hasta llegar a una puerta de color caoba con un grabado, parecía una especie de sello, Ferrán puso su mano sobre el sello y el cerrojo se abrió y quedaron a la vista unas largas escaleras, Joas encamino el recorrido, chasqueo los dedos y una flama salió de su palma como que si fuera una antorcha e ilumino el estrecho pasillo, uno por uno fuimos bajando las escaleras, yo iba detrás de Joas y los chicos iban detrás de mí, bajamos varios escalones, estaba segura que ya habíamos bajado al menos 2 pisos; a los pocos metros pude ver una habitación pero no distinguía bien el lugar había poca iluminación, una luz muy tenue lo iluminaba. Cuando llegamos Joas acerco su mano a su rostro, soplo y la flama se dispersó por todo el lugar encendiendo todos y cada uno de los candelabros y las arañas de luces que había en el lugar. Había algo extraño en el ambiente, por alguna razón no sentía nervios ni temor, al contrario me sentía muy cómoda en ese lugar. Los chicos caminaron hacia el fondo en donde habían unos sillones, cada uno tenía un símbolo en la parte superior, un pulpito dividía a los chicos, dos a cada lado, de pronto Silas hablo.

 

  • El motivo por el que estamos aquí es para contarte una historia
  • Que básicamente describe lo que somos y nuestra relación contigo – prosiguió Dylan –
  • Hace muchos, muchísimos años, cuando el mundo fue creado y los humanos tenían vidas tranquilas ocurrió algo que causo un gran desequilibrio y terror – conto Ferrán – uno de los ángeles que había sido seducido por luzbel y cuyo corazón se había vuelto a las sombras vino a la tierra para corromper y contaminar no solo a los humanos sino todo lo que había sido creado, ataco los mares volviéndolos negros, pudrió las tierras evitando así poder cosechar flores y frutos, desato aires que arrastraban hasta las personas y las desaparecía y lanzaba llamas azules hacia los humanos para quemarlos vivos, entonces una legión de ángeles bajo del cielo con la misión de encontrar a cuatro familias y les otorgaron estas gemas – cada uno fue levantando su mano izquierda, todos tenían una piedra en su interior de un color diferente – las 4 familias lucharon pero la devastación era incontrolable, fue entonces cuando surgió “el éter”, los ángeles le otorgaron a este ser la gema más poderosa. El Éter era el alma del mundo y toda la vida emanaba de él. Los cinco elementos se unieron y al final eliminaron a ese ángel de las sombras. El equilibrio volvió a nuestro mundo y los ángeles decidieron dejar las gemas en la tierra para que ese equilibrio continuara hasta el final de los tiempos. Cada uno de nosotros somos los primogénitos de esas cuatro familias, tenemos la misión de mantener de equilibrio. Cada cierto tiempo las sombras vienen, disfrazadas de diversas formas, atacan y nuestras familias luchan contra ellas pero pronto ocurrirá algo que le dará a las sombras aún más poder del que ya tiene. Desde hace 300 años hemos luchado solos los cuatro elementos ya que el éter había desaparecido… hasta ahora. – nadie hablo, los cuatro chicos me observaban, esperaban alguna reacción de mi parte y yo simplemente no sabía que decir –
  • Es una historia muy interesante, pero aun no entiendo que tiene que ver conmigo
  • Éter es la energía de la que somos hechos, con la que estamos conectados, todo ese poder está concentrado en esa gema que cuelga de tu cuello. El éter también es capaz de manejar todos los elementos, de hecho es el único que puedo manejarlos todos.
  • ¿Ósea que estás diciendo que mi collar le pertenece a alguien?
  • Las cosas no funcionan así – intervino Silas – la gema sigue una línea de sangre, en otras palabras la gema solo puede ser usada por el éter
  • Momento… ¿me estás diciendo que yo soy “el éter”? – hice el gesto de comillas con mis manos, me congele un instante y luego sin poder evitarlo me tire una carcajada, los chicos se voltearon a ver entre si – esto es… no tengo palabras – tome el collar y los saque de mi cuello – no me interesa todo esto, no me interesa ni sus luchas ni sus poderes ni nada, tómenlo, si es verdad lo que dicen, tómenlo y busquen a otro éter, estoy segura que en algún lugar van a encontrar otro
  • Eso es imposible – dijo Dylan – solo existe una persona que puede ser el éter, así como solo puede haber uno de nosotros, no solo somos primogénitos somos hijos únicos, bueno, algunos tenemos hermanas pero solo hay un varón por familia
  • Otro punto a mi favor, yo soy mujer
  • Por eso al principio no creíamos que tu pudieras serlo, - prosiguió Silas -desde el principio las gemas siempre habían sido portadas por hombres, hasta hace 300 años con la muerte del ultimo éter varón
  • Posiblemente por eso no te habíamos encontrado, siempre pensamos que el éter seguiría siendo varón y no una mujer – remarco Ferrán –
  • Es que… ustedes no lo entienden, yo no soy como ustedes, yo no tengo poderes
  • Si los tienes y ayer lo demostraste
  • ¿Ayer? No recuerdo haber hecho nada
  • No te diste cuenta pero lo hiciste – Joas hablo, todo este tiempo se había mantenido ajeno a la plática – cuando lance la bola de fuego tu prácticamente la absorbiste con tu cuerpo
  • ¿Que? – él se levantó y me tomo una de las manos -
  • ¿Ves? No hay nada, ni la más mínima irritación, es como si el fuego nunca hubiera tocado tu piel – él tenía razón, mis manos y brazos estaban intactos; recordaba perfectamente ese momento, recordaba ver el fuego directo hacia mí. Todo esto era abrumador, era demasiado para un solo día, me sentía cansada mentalmente –
  • ¿Y ahora que se supone que va a pasar conmigo?
  • Tenemos que prepararte – anuncio Ferrán –
  • ¿Prepararme? ¿Para qué?
  • Ocurre que… dentro de poco habrá un acontecimiento y tememos que algo pueda pasar
  • ¿Qué cosa?
  • En cuatro lunas nuevas habrá una luna roja, esta es la oportunidad perfecta para que las sombras salgan e intenten hacer algo, esta noche en especial nos afectara de alguna manera, nuestros poderes no serán suficientes si algo llega a ocurrir, pero ahora que tu estas aquí las cosas pueden ser muy diferentes – explico Dylan –
  • Entonces mi destino es pelear con “no se quien” y ganarle
  • Es una manera de decirlo
  • ¿Qué pasa si no quiero hacerlo?
  • Es parte de ti, de lo que eres. Eres el éter ahora, eso jamás cambiara ¿No quieres descubrir todo lo que eres capaz de hacer?
  • No estoy segura
  • Yo estoy convencido de que serás maravillosa – Dylan mostraba de nuevo su brillante sonrisa, ellos confiaban en mí y ahora yo tenía que hacerlo; le devolví la sonrisa y coloque de nuevo el collar en mi cuello
  • Gracias Dylan. ¿Cuándo tengo que empezar?
  • Empiezas mañana… yo trabajare contigo – Joas levanto una ceja y comenzó a caminar hacia la salida; él se detuvo – trae un par de cambios de ropa por si alguno se quema – soltó una pequeña risa burlona y empezó a subir por las escaleras, yo me quede perpleja, esperaba no tener que trabajar con él pero me había equivocado, voltee a ver a los chicos –
  • ¿Por qué me odia? ¿Yo que le hice?
  • Él es así con todo el mundo, no te lo tomes personal, cuando nos mudamos a esta casa nos lanzaba bolas de fuego a la mínima provocación, ahora solo lo hace de vez en cuando, su carácter es muy volátil pero es buena persona. Aprenderás mucho de él.
  • ¿En verdad tengo que trabajar con él?
  • Trabajaras con cada uno hasta que aprendas a manejar todos los elementos y los puedas controlar a voluntad
  • ¿Y cómo aprenderé a manejar esto? – sostenía el dije entre los dedos
  • En eso no podemos ayudarte, eso lo tienes que ir descubriendo sola – claramente las cosas no serían nada sencillas



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En el texto hay: elementos, magia, magia y brujas

Editado: 22.09.2018

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