Prólogo

Te lo puedo decir ahora, te lo puedo decir de frente, te amo, te amo de la forma más increíble que te puedes imaginar no sé como demostrártelo también sé que la adversidad esta en contra de nosotros pero te juro que voy a buscar la manera de estar contigo cuésteme lo que me cueste.

Ami espalda se encontraban tres Ángeles burlándose de mí, sabiendo que aquella promesa era algo casi imposible, ya que tenía que lidiar contra ellos, yo no lo sabía.

Aún con toda la situación en contra, no sé si fue la playa, el cálido calor que emanaba ante la puesta de sol, o aquella ligera brisa del mar que daba un tono húmedo con sal o la arena granulada que estaba debajo mis pies, no sé si era su perfume combinado con su sudor, no sabía que era, no sabía si era su sonrisa, su mirada, su cálido roce de mis manos en su piel, pero no pude soportarlo más, así es que ese pacto esa promesa se sello con un beso, un eterno beso que  podía demostrar cuánto era mi amor hacia ella, sí quiero un pacto prohibido, Evelyn inmediatamente me lo respondió con un sentimiento increíble no podía contener la emoción la apreté contra mi pecho, la abrace con tanta fuerza que sentí que le lastimaba pero era inminente el amor que sentía por ella ese amor que desbordaba cualquier presa, pero cómo lo dije antes no sabía la tormenta que se avecinaba, aún así estoy dispuesto a pagar el precio que sea para demostrarle mi amor a esta mujer a esta hermosa y bella dama de la cual estoy enamorado y hasta ahora me atreví a decirlo.

A mi espalda esos tres Ángeles desfortuna, destino y muerte sólo contemplaban aquella escena, una escena que en algún recóndito lugar de su existencia, movió alguna fibra que tenían algo casi humano, un sentimiento acaso? desconozco, pero su plan tenía que seguir, tenían que demostrarse el uno al otro quién era el único ángel que podía separar un amor real.

Su orgullo y su avaricia de ver quién era el mejor de Los tres Ángeles podía más que la sensación o sentimiento, entonces acto seguido destino dijo; es mi turno, ahora yo haré qué se separe este dichoso amor real voy a demostrarles como yo soy capaz de romper este lazo, y ese vínculo.

Muerte de una forma burlesca casi susurrando comentó; estoy dando mucha oportunidad a ustedes desfortuna no lo logró y bueno ahora sí destino falla todo quedará en mis manos. Cómo se las comenté al principio yo soy el único capaz de romper un lazo de un amor real no me quisieron creer aquí estámos ahora. Esa era la plática que se desarrollaba detrás de nosotros mientras derrochabamos nuestro amor, abrazados en algo tan increíble, que parecía ser que nos fusionamos el uno con el otro, era prácticamente ser uno solo.

La miré a los ojos no sé cuánto tiempo nos besamos y se me salió una frase, algo que nos marcaría, "contigo el tiempo es sólo un suspiro".

Muerte al escuchar esas palabras volvió su mirada hacia mí y ese sentimiento que en algún momento tuvieron lo volví a sentir de una manera más fuerte esa frase, esas mismas palabras, se las había dedicado vida a él.